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Curva España Chévere

¿Qué sucede cuándo existen leyes que intentan salvaguardar un relato de unidad territorial, que dice que España es una, en un mundo cada vez más fragmentado y mestizo? ¿Qué sucede cuándo esas leyes intentan amordazar una tendencia intrínseca a la condición humana: la capacidad para generar relatos disidentes y leyendas alternativas a las narrativas oficiales?

 

Desde mi punto de vista, esta es la cuestión central, o una de las cuestiones centrales, que articula la última dramaturgia del Grupo Chévere, titulada Curva España. Una coproducción con el Ayuntamiento de Teo (A Coruña), Teatros del Canal de la Comunidad de Madrid y la MIT, Mostra Internacional de Teatro de Ribadavia (Ourense), que es donde se estrenó el 25 de julio de 2019, en el Auditorio del Castillo de la capital del Ribeiro. El Día de la Patria Gallega.

Curva España. “La historia de la curva en la que se mató España”. Estas son las primeras palabras del programa de mano del espectáculo.

Queda claro, por tanto, que España, sea lo que fuere, no es una línea recta. Tal vez, y por supuesto, de manera metafórica, puede ser una curva, como aquella de la antigua carretera que iba de A Gudiña hasta Verín (Ourense), en la que se mató, el 26 de mayo de 1927, José Fernández-España Vigil, más conocido como el ingeniero España.

La muerte del ingeniero España, al salirse de la carretera el vehículo que conducía, en una curva muy cerrada, dio origen a una leyenda popular con múltiples variantes y curvas narrativas. El motivo de esas especulaciones populares, contra la versión oficial de los hechos,  se debía a que el ingeniero España trabajaba en el diseño del trazado de entrada del ferrocarril en Galicia, desde Zamora, por la comarca de Verín, para facilitar las comunicaciones de esa población y también porque el trazado resultaba más económico si discurría por el valle en vez de por las montañas. Sin embargo, después de la muerte del ingeniero, el Ministerio, sin ninguna explicación, cambió el trazado del ferrocarril llevándolo por un macizo rocoso deshabitado, aumentando así la carestía y el retraso de las obras, para mayor ganancia de la constructora, dejando aislados a los vecinos de la comarca de Verín, una de las zonas más vaciadas poblacionalmente de Galicia y de España. Es esta circunstancia y el hecho de que el chófer se salvase, lo que disparó el mito de la denominada “curva España”.

La leyenda popular, en diferentes versiones, sostiene que la muerte de España no fue debida a un accidente fortuito, sino que se trató de un asesinato orquestado por la mafia de caciques de la zona, que acaparaban la propiedad de las tierras.

Chévere ha creado esta pieza dando un paso más en ese estilo no lineal y mestizo que utiliza, desde siempre, la veterana compañía, y ahondando en las posibilidades de jugar con una historia, sin representarla, sino ofreciéndonosla desde perspectivas múltiples.

Un trabajo de documentación alrededor de las versiones que hay sobre la leyenda de la “curva España”, recogidas de diferentes personas de la zona y contrastadas, también, con los documentos periodísticos y otras fuentes oficiales, aunque el doble informe forense y algunos datos relevantes hubiesen desaparecido en el incendio del archivo que los contenía.

Todo ello, carga la investigación, puesta en escena de manera meta-teatral o auto-referencial y ficcional, de un halo de misterio y suspense, semejante al de un thriller policial. Pero esa intriga no es dramática porque, al mismo tiempo, adopta un formato documental sobre el que ironiza.

El espectáculo comienza mostrándonos sus cartas, para establecer el pacto de juego a través del cual se desarrollará Curva España: el escenario como sala de operaciones o plató de rodaje. No hay ni el telón típico del teatro a la italiana, ni hay decorados o una escenografía que pretendan disimular el escenario y generar un espacio dramático ficcional. Estamos ante el escenario, auto-afirmado, como sala de operaciones artísticas y, en cierto modo, como plató de rodaje, filmación, realización y proyección cinematográfica documental.

En el escenario dos jóvenes veinteañeras, Lucía Estévez y Leticia T. Blanco, especialistas en el ámbito audiovisual, manejan una mesa realización y montaje y diversas cámaras dispuestas sobre trípodes.

En el set de rodaje, entre otros dispositivos, en el margen izquierdo, una mesita con una vieja máquina de escribir alemana (sin la letra “Ñ”), después descubriremos su procedencia ficticia, en la que Miguel de Lira, comienza a escribir el guión de un documental sobre el mito de la “curva España”. En una gran pantalla, situada en el fondo del escenario, podemos ver, en primer plano, lo que escribe.

Así pues, en el inicio del espectáculo, observamos cómo una chica monta la cámara sobre un trípode, se ilumina la mesita con la máquina de escribir, el actor se sitúa en el set de rodaje, ante la máquina de escribir, y comienza la filmación, que vemos, en directo, del inicio del guión de un documental. Estas son las claves del pacto de juego que se nos propone y en el que se sientan las bases de los mecanismos de coherencia dramatúrgica que regirán el desarrollo de toda la pieza.

Poco después, en el margen derecho, se dispone otro set de rodaje, una sala de rueda de prensa de la Guardia Civil. La actriz Patricia de Lorenzo, vestida con el uniforme, habla para unos hipotéticos periodistas sobre las novedades de la exhumación del cadáver del ingeniero, para poner fin a los rumores y leyendas infundadas sobre la muerte de José Fernández-España Vigil. Entre las declaraciones de la agente de la Guardia Civil y, ante una pregunta inconveniente de la prensa, que no escuchamos, nos lee un párrafo de las instrucciones que deben cumplir los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado: “Uno de los principales desafíos es luchar contra las narrativas que niegan la realidad española”. En el debate posterior al espectáculo, que tuvo lugar en los Foros de la 35 MIT Ribadavia, Xesús Ron, el director afirmaba que ese párrafo estaba extraído, literalmente, de un documento público del Ministerio de Defensa.

Patricia de Lorenzo, como agente de la Guardia Civil al cargo de la investigación, llama, también, a un forense para que exponga brevemente sus conclusiones. El forense, Miguel de Lira, ironiza con la rapidez con la que se procedió a la exhumación de los restos del ingeniero España, en comparación con otros casos.

Esta ficción, de una reciente exhumación y una nueva investigación, para poner fin a las narrativas alternativas que amenazan la narrativa oficial, continúa, derivando hacia el teatro documento, cuando Patricia de Lorenzo y Miguel de Lira, declaran ante la Policía, por haber difundido, en las redes sociales, afirmaciones sobre “la muerte de España”. De esta manera, el propio proceso de documentación y creación de Curva España pasa a formar parte del argumento y del material mostrado en la pieza.

Esto sirve, además, para que Patricia y Miguel, en sus declaraciones, como actriz y actor de Chévere, recuperen aquel proceso por el cual la Sala Nasa, que la compañía regentaba en Compostela, había sido acusada por Conde Roa, edil del Partido Popular, de enaltecimiento del terrorismo, llegando incluso el caso a la Audiencia Nacional. Todo porque la Sala Nasa había alquilado el local, en el 2008, a una plataforma ciudadana legal que organizaba un concierto de apoyo a familiares de presos independentistas. La acusación no prosperó y, sin embargo, quien fue alcalde de Santiago de Compostela, Gerardo Conde Roa, tuvo que retirarse de la política al ser procesado por corrupción etc.

Ficción y realidad se cruzan y se alimentan en Curva España. El tema de la censura en los tiempos actuales, en el Estado español, está presente en esos interrogatorios realizados sin ningún afán panfletario ni proselitista. Todo parece amable y democrático y, sin embargo, la política del miedo se asoma.

No obstante, una de las maravillas de este montaje, es el substrato de comicidad que está todo el tiempo presente, por ejemplo, en algunas respuestas ocurrentes de los actores en esa situación, en la que el artista parece convertirse en sospechoso de algo. La comicidad en algunos de los testimonios audiovisuales proyectados, desde la prueba acusatoria contra Miguel de Lira, cuando proyectan una foto en la que observamos una bandera de España agujereada por el centro, en el lugar del escudo, por donde saca su cabeza y sonríe el actor, como si fuese el león de la Metro Goldwyn Mayer, hasta el montaje del documental con diferentes personas de la zona de Verín dando versiones chocantes sobre la suerte del chófer que había salido ileso del accidente en el que murió el ingeniero España.

La comicidad no es explosiva porque no se debe a gags, sino al contraste entre testimonios y versiones, en el montaje audiovisual y en la dramaturgia, en general, de toda la pieza. También emana, esa sensación de comedia, tan extraña en un trabajo de teatro documental, del humor que inviste el carácter de la actriz, Patricia de Lorenzo, y del actor, Miguel de Lira. Un humor que se fragua en un vitalismo y una energía sutil característicos, muy alejados de un temperamento existencial o melancólico. Patricia y Miguel, también Xesús Ron, desde la dramaturgia y la dirección, son personas con mucho humor y una buena dosis de picardía a la gallega.

También contribuye a esa comicidad sutil, el espíritu lúdico con el que se nos presenta la información y algunos de los datos que alimentan este relato poliédrico y contrastante, indirectamente, de cómo se ha construido un país como España, a partir, por ejemplo, de su vertebración territorial en provincias y de la importancia del ferrocarril, como uno de los medios de transporte más baratos y eficientes. Una de las secuencias, a este respecto, es la de la jugada de cartas, con diferentes iconos y mapas, sobre un tapete verde, como si estuviésemos en un casino, ante una mesa de apuestas. Como en un teatro de títeres, las manos de Patricia y Miguel mueven las fichas, mientras la voz en off de Xesús Ron va relatando las jugadas y las estrategias de juego de ese relato de construcción de España. Todos los movimientos, de esa mesa de apuestas de casino, los vemos proyectados en la pantalla central, que amplifica las figuras de las cartas, los iconos y los mapas. Con ellos se explica, de manera sintética, lúdica y sencilla, con un ritmo ágil y divertido, en un estilo parecido al de los dibujos animados o a un tutorial de internet, los avatares de cómo se construye un país y cuáles son los daños colaterales. De ahí acabamos sabiendo, por ejemplo, que aquella primera empresa constructora del ferrocarril, en la época del ingeniero España, después de diferentes reconversiones, ha llegado hasta la actual Acciona, la empresa que está construyendo el Ave a Galicia, que acumula, igual que la empresa de aquella época, retrasos y varios expedientes por sobrecoste etc.

Entre los descubrimientos felices, que nos ofrece esta última pieza de Chévere, está el de la figura del filósofo, catedrático de psicología, Eloy Luis André, nacido en Verín en 1878, máximo defensor de que el tren pasase por Verín, en lo que dio en llamarse la “variante André”. En una de las escenas recreadas por los Chévere, Miguel hará de Eloy Luis André, dictándole a Patricia, que hace de mecanógrafa, un discurso con su particular relato sobre Galicia. Un relato muy libertario que no coincidía con el del galleguismo de la época, pero tampoco con el relato que se estaba construyendo desde España. La máquina de escribir de Eloy Luis André escribe Espana sin la letra “Ñ”, porque la había comprado en Alemania, cuando estuvo trabajando con Wilhelm Wundt en Leipzig. Ante este pequeño contratiempo, el actor que hace de Eloy Luis André le dice a su secretaria que puede poner “nh” como hacen en Portugal, en un guiño hacia el reintegracionismo ortográfico y el lusismo, disidentes respecto al relato oficial de Galicia establecido, por ejemplo, desde instituciones como la Real Academia da Lingua Galega o el Consello da Cultura Calega. Por supuesto, lo de la “Ñ” ausente de la máquina de escribir, es otro guiño de la dramaturgia a esa comicidad sutil que tan bien trazada está en este montaje.

 Nos encontramos, por tanto, además, con una recuperación de la memoria histórica, en la figura olvidada del filósofo, escritor y pedagogo Eloy Luis André, un ejemplo de librepensador, influenciado por la psicología de los pueblos de W. Wundt. Entre las múltiples publicaciones de André, un testimonio, el padre del escritor Juan Tallón, nos habla de cuando encontró, de niño, su libro sobre ética y lo llevó a la escuela todo contento, hasta que el profesor le reprendió y fue a hablar con sus padres para decirles que debían vigilar al niño porque estaba haciendo lecturas peligrosas. El escritor Juan Tallón, de Vilardevós, en la raya con Portugal, dentro de la comarca de Verín, también participa en el documental, contando lo que él sabe sobre la leyenda de la “curva España”, junto a otros vecinos de la zona.

Otra de las delicias sutilmente cómicas de este espectáculo es el documento apócrifo del capítulo del programa de TVE titulado “A Fondo”, en el que su presentador y director, Joaquín Soler Serrano, entrevistaba a importantes personalidades del mundo de las artes, la política y la ciencia, entre 1976 y 1981. Los Chévere descubren que María Victoria Fernández España, más conocida como Victoria Armesto, era la hija del ingeniero España y nieta del fundador del diario La Voz de Galicia. Escritora, periodista y diputada por A Coruña en Madrid, vicepresidenta del Congreso. Entonces elucubran que ella, entrevistada por Soler Serrano en “A Fondo” de TVE, podría descubrirnos otras perspectivas para el relato sobre el ingeniero y también sobre el suceso de su muerte. Y ahí introducen una revelación, a través de una carta que recibe la hija, tiempo después, de uno de los testigos del accidente de su padre, el ingeniero España. La escena del capítulo del programa de TVE “A Fondo” es proyectada, en blanco y negro, y con una calidad de imagen y sonido que imita a la de los programas auténticos. Miguel de Lira interpreta a Soler Serrano y Patricia de Lorenzo a María Victoria Fernández España, no hay parodia y, sin embargo, la evidencia del documento falso y ficcionado despierta también un tipo de comicidad tal vez más intelectual que visceral o desahogadora. El respeto por los personajes y la enorme riqueza de matices que despliega Patricia y Miguel en esta escena, así como la sensación de facilidad y fluidez con la que actúan en todo momento, generan esa empatía serena y cómica al mismo tiempo.

La combinación de teatro y cine en directo, el tránsito del teatro documento al teatro documental, porque no es lo mismo un documento que un documental, y esa indagación sobre la necesidad por la que surgen las leyendas populares, como la de la “curva España”, dan como resultado un espectáculo de una singularidad explosiva.

Explosiva porque se adentra en territorios olvidados y marginales, como esa zona apartada y fronteriza, en la comarca de Verín, Xinzo, Vilardevós. En los territorios del control y la censura respecto a las narrativas diversas, alternativas y disidentes. En el desentrañamiento alegórico de cómo se construye un estado nación, que, a día de hoy, sigue siendo problemático.

Todo ello desde una historia muy local, dando cabida a las voces de personas anónimas, encajando piezas ficticias con piezas recogidas de la ficción popular y montadas sobre datos “reales”. Hasta ese punto en el que lo real se confunde con lo inventado y lo inventado da pie a lo real. Y todo ello animado desde un substrato cómico muy sutil y empático.

Curva España es un atrevimiento que nos invita a jugar, a fabular, y a repensar el terreno que pisamos. Porque, al fin y al cabo, somos animales (racionales) y, como tales, la territorialidad es un algoritmo innato, que necesita ser repensado críticamente y no simplemente resuelto por el relato institucionalizado que nos inculcan.

 

P.S. – Sobre algunos otros trabajos del Grupo Chévere, en esta misma sección de Artezblai, también pueden leerse los siguientes artículos:

 

Chévere”, publicado el 18 de febrero de 2013.

El género de la Ultranoite”, publicado el 25 de julio de 2014.

Eroski Paraíso y lo que venimos siendo”, publicado el 7 de agosto de 2016.

Berberecheira Chévere y Anatomía de una Sirena Iria Pinheiro”, publicado el 15 de abril de 2019.


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