Críticas de espectáculos

24/7- Cuarta Pared

Juventud en precario
Obra: 24/7
Autores: José Ramón Fernández, Yolanda Pallín y Javier G. Yagüe Intérpretes: Audrey Amigo, Jesús asensi, Esperanza Elipe, Eugenio Gómez, Asu Rivero, José A Ruiz
Espacio escénico: José Luis Raymond
Iluminación: Isabel Vega
Dirección: Javier G. Yagüe
Producción: Cuarta Pared
Teatre Municipal de Manacor – 08-10-03
La trilogía de la Juventud que emprendió Cuarta Pared, culmina con los nietos de aquellos que aparecieron en su primera entrega: «Las manos». Los jóvenes de hoy viven enredados con los móviles, internet, la comunicación inmediata y aleatoria, los problemas derivados de un mercado laboral en donde la precariedad es la norma y los horarios interminables, las condiciones para no figurar en las listas del paro. De ahí viene el título de la obra: «24/7», veinticuatro horas, siete días a la semana.
Los jóvenes de hoy, con una preparación curricular como nunca, tienen excesivos problemas para incorporarse al mundo del trabajo en los puestos para los que se han preparado largamente. Flota una sensación de frustración colectiva, con los problemas colaterales de falta de independencia económica, lo que les impide afrontar la vida fuera del núcleo familiar, con las contradicciones inherentes a la situación. Es desde este punto de vista cargado de intencionalidad donde transcurren las acciones, en donde se nos narran vidas y contextos, con dos cámaras web presidiendo un magnífico espacio escénico de José Luis Raymond que dota a la propuesta de una relación espacial que deja a las espectadores como seres también observados, y en donde la visión no es únicamente frontal, lo que permite mayor penetrabilidad.
Esta disposición espacial le da más valor a unos textos que en ocasiones se hunden en el costumbrismo, en el lenguaje tópico de núcleos de jóvenes, pero que se sostiene en unas actuaciones medidas en su despego, en el intento de elevar en lo estético los rasgos más manidos, logrando en muchas ocasiones trasmitir perfectamente los estados de ánimos, el tránsito de los personajes, y hasta la esperanza por un futuro que parece imposible de aséptico, de castrador. Y, sobre todas las cosas, tiene la bondad de hablar a hombres y mujeres de hoy, con claves identificables, con aproximaciones emocionales, pero distancia analítica. Un buen cierre de la trilogía.
Carlos GIL


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