La ficción española lleva años siendo un negocio de éxito para productoras y cadenas de TV. No así para sus equipos técnicos. Estos días las cadenas estrenan en Vitoria las temporadas de sus series a bombo y platillo. Es el nuevo FesTVal (festival de televisión y radio de Vitoria-Gasteiz), al que, el sindicato TACE (técnicos audiovisuales y cinematográficos del estado español) desea éxito y larga vida.
Pero también queremos aprovechar para mostrar la realidad de la producción de ficción en televisión que en estos días se estrena con éxito. Cada año, TACE calcula que se “regalan” unas 675.000 horas de trabajo que, además, deberían considerarse horas extra puesto que suceden más allá de las 40 horas semanales. Esto da una cifra nada despreciable de más de 10 millones de euros que los trabajadores, los técnicos, dejan de cobrar. Aún más sorprendente resulta el saber que con este dinero se podría producir unos 25 capítulos de series en prime time, es decir, 2 temporadas completas de una serie, o lo que es lo mismo, a cada serie le puede salir gratis uno o dos capítulos por temporada (dependiendo de sus presupuestos).
Estas horas “regaladas” implican además la no contratación de unos 200 puestos de trabajo en el sector. ¿Cómo es posible? Fundamentalmente, gracias al miedo. Los técnicos que trabajan en series, sólo conocen el contrato por obra y, su futuro laboral, depende de que trabajen bien (y no protesten). Así, se consigue trabajar en jornadas excesivas (con horas extras no pagadas), subcontratación de empresas auxiliares (que aumenta los beneficios, deja dinero en los intermediarios y reduce sueldos y derechos a los trabajadores). La contratación inestable (que incluso fuerza a darse de alta como falsos autónomos a los técnicos) y perpetúa la malas condiciones de los equipos. En este difícil escenario, el sindicato TACE lucha por cambiar la situación de los trabajadores de un sector en alza que, paradójicamente, es uno de los peor regulados y con condiciones laborales más precarias. El convenio colectivo que se cerró este verano con “agostidad y alevosía” por la patronal (FAPAE) y UGT/CCOO permite dar imagen de normalidad a un trabajo que empeora cada día sus condiciones.
TACE es la voz que grita desde debajo de la alfombra roja.
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