Escritorios y escenarios

El reinado de la apatía

Pues yo sí estoy convencida de que la experiencia de la pandemia nos cambió. Lo que pasa es que todavía no logramos dimensionar las secuelas. Esa idea de que sobrevivimos al “fin del mundo”, pero no pasó nada, no me la creo. De hecho, hay un escenario en el que para mí sí es incuestionable que algo se movió, aunque no logro comprenderlo del todo: el de la educación.

No voy a decir que la formación artística y, en particular, la escénica, uno de los contextos en el que me muevo, eran perfectas antes de que el Covid se difundiera por el planeta. Para nada. La educación es un campo difícil, complejo, tanto para los estudiantes como para los docentes. Y la verdad es que en dicho contexto mi estado permanente es la incertidumbre. Claro que me pasa con la docencia, pero también con la escritura dramática. Como docente y como practicante de la escritura teatral, constantemente me siento atravesando el estrecho de Bering sobre una cuerda floja.

Pero lo que he notado este año 2022, cuya singularidad radica en que fue decretado el regreso a la presencialidad, es que los estudiantes han perdido la ganas, o están cansados, o están preocupados, o están deprimidos. O no sé si es que acaso, como conversaba con alguien, ellos están atravesando un momento de profunda reflexión porque saben que social y económicamente nuestro mundo no está bien y que su futuro como generación será mil veces más incierto.

El hecho es que en las aulas está reinando la apatía, una apatía, cuya causa me resulta desconocida, pero que asocio a la experiencia de la pandemia. Y que cada vez es más fuerte, más sólida: me la encuentro en los salones, en los pasillos, en las entregas de los trabajos. Es como si ninguno quisiera comprometerse, como si el esfuerzo de transitar por un proceso de formación fuera un exceso en sí mismo, una exageración y hasta algo innecesario.

Hay algo que sobre pasa a los estudiantes, y que también, considero, nos empieza a sobre pasar a nosotros, los educadores. ¿Qué hacemos con esta desconocida situación? ¿Cómo afrontarla?

Domingo 11 de diciembre del 2022


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Un comentario

  1. Sí, comparto contigo. Desde lo personal, y atravesando ese desasosiego laboral, el abuso sobre las zonas grises de nuestro trabajo, se ha incrementado, sin pudor, sin moral, y sin respaldo legal. «El mundo» quedó autorizado/habilitado para cancelar cuando quiera, lo que quiera, y como quiera. Tendremos que pensar nuevas estrategias. Las anteriores se están agotando.

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