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ABAO Bilbao Opera presenta ‘Così fan tutte’, una producción propia ideada por Marta Eguilior

Óliver Díaz dirige a la Euskadiko Orkestra, con Vanessa Goikoetxea, Serena Malfi, Xabier Anduaga y David Menéndez en los principales papeles

ABAO Bilbao Opera inicia 2023 con ‘Così fan tutte‘, subtitulada «La escuela de los amantes», que fue la última colaboración entre W.A. Mozart y el libretista Lorenzo Da Ponte. El 26 de enero se cumplirán 233 años desde su estreno en Viena en 1790, y se ha convertido con el tiempo en una de las obras más representadas de su catálogo. En ABAO Bilbao Opera se ha representado anteriormente en tres ocasiones, la última en 2007. Se han programado cinco funciones los días 21, 24, 27, 28 (Opera Berri) y 30 de enero en el Euskalduna Bilbao. Es una producción de ABAO Bilbao Opera ideada por Marta Eguilior. Dirige el maestro Óliver Díaz, director musical hasta 2019 del Teatro de la Zarzuela de Madrid, al frente de la Euskadiko Orkestra.

La soprano vasca Vanessa Goikoetxea asume el rol de Fiordiligi, la hermana seria y formal que defiende la honestidad. Tiene sobradas aptitudes vocales y cualidades técnicas expresivas para afrontar el papel más arduo de la ópera con pasajes de enorme complejidad como, «Come scoglio immoto resta» o «Per pietà, ben mío, perdona», con temibles escalas de agudos y graves que requieren de potencia y proyección. La mezzo italiana Serena Malfi es Dorabella, la hermana coqueta y superficial. Poseedora de una voz segura y presencia escénica contundente, sus momentos solistas más destacados son, «Smanie implacabili» y «E amore un ladroncello». Otros momentos notorios son los dúos con Fiordiligi, «Ah guarda sorella» y «Prenderó quel brunettino».

Xabier Anduaga, el tenor de moda, interpreta a Ferrando, el idealista y sufrido enamorado de la frívola Dorabella. El donostiarra supone todo un lujo para disfrutar de momentos como, «Un’aura amorosa del nostro tesoro» del primer acto, tremendamente delicada; «Ah, lo veggio!» del segundo, la cavatina «Tradito, schernito dal perfido cor», llena de gracia, o su dúo con Fiordiligi, «Fra gli amplessi».

El otro protagonista masculino es Guglielmo, simpático y galante amante de Fiordiligi, que interpreta el barítono David Menéndez, en plenitud vocal, con naturalidad y buen gusto escénico. Sus momentos más relevantes son las divertidas «Non siate ritrosi» y «Donne mie, la fate a tanti» y su dúo con Dorabella, «Il core vi dono».

El escéptico e indolente filósofo Don Alfonso está interpretado por el bajo-barítono Pietro Spagnoli, un personaje bufo con momentos como «Barbaro fatto! Vorrei dir e cor non ho», y sobre todo los tercetos con Ferrando y Guglielmo, «La mia Dorabella capace non è», «E la fede delle femmine» y «Una bella serenata», al inicio de la ópera. Un momento especial de esta ópera es el terceto con Fiordiligi, y Dorabella, «Soave sia il vento».

La soprano bilbaína Itziar de Unda es la pícara criada Despina, jovial, astuta, interesada y mentirosa. Tiene dos arias muy divertidas y llenas de intención: «In uomini, in Soldati» y «Una donna a quindici anni». Otras escenas que cabe destacar son el quinteto «Sento, oh, Dio, che questo piede», y el sexteto «Alla bella Despinetta».  El Coro de Ópera de Bilbao, dirigido por Boris Dujin, completa el apartado artístico.

Muchos consideran esta ópera de Mozart como la obra de mayor profundidad y delicadeza del genial compositor y es la que tiene un mayor número de conjuntos con siete dúos, cinco tríos, dos cuartetos, dos quintetos y tres sextetos. «Una música sutil, inspirada, inteligente en su desarrollo temático y en su orquestación, y hasta en la organización de las tonalidades», señala Óliver Díaz. «Es opinión unánime que Così fan tutte tiene la música más sublime escrita por Mozart para cualquiera de sus óperas destacando especialmente la gran cantidad de números de conjunto. No podía ser de otra manera en una obra que trata de mostrarnos la verdadera esencia de las relaciones humanas», indica el director.

La música de Mozart en esta comedia de equívocos subraya magistralmente los distintos aspectos del «dramma giocoso» como la ironía, la burla o los celos, con melodías y armonías emotivas o dramáticas de extraordinaria belleza, creadas por una orquestación rica en texturas, contrastes y recursos musicales conmovedores. «Los instrumentos de viento madera juegan un papel fundamental en la obra, con clarinetes y flautas aportando el ambiente de seguridad y autoconfianza en el que se desenvuelven los personajes al principio, y los oboes mostrándonos el elemento guasón y hasta un poco canalla de los tejemanejes de Don Alfonso», avanza el director. 

Marta Eguilior ha preparado un espacio inspirado en torno a los juegos de la fortuna, la picaresca de los falsos adivinos y mentalistas, y en las coloristas ferias itinerantes de magos e ilusionistas de finales del XIX. «Todo gira en torno a los juegos de la fortuna, esos a los que la gente de a pie acude para saber cuál será su futuro», explica la directora, que sitúa la acción en una «belle époque» artística y llena de optimismo. La escenografía está claramente dividida en dos por una línea: parte es un tablero de ajedrez, parte es un bosque en el que las parejas se adentran y acaban encontrándose.

El vestuario diseñado por Betitxe Saitua sigue las líneas clásicas del período de finales del XIX y principios del XX. La iluminación es obra de David Alcorta y la propia Marta Eguilior y la parte de video proyecciones es diseño de Iván Puñal.


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