Músicas contemporáneas, animación, teatro e inclusión se unen en `14 dies’, de Miquel Ausina
La Sala Carme Teatre de Valencia acoge el estreno de esta propuesta del 23 al 26 de marzo
El músico valenciano Miquel Ausina regresa a los escenarios con una nueva propuesta en la estela de su primer espectáculo, ‘Metamorfosis’, que supuso la apertura de nuevos caminos de investigación en la escena valenciana, tras su estreno en 2021. Pianista y profesor del conservatorio de València, desde 2016 trabaja en la divulgación del repertorio de músicas de nueva creación. Y ha encontrado en las artes escénicas un lugar de hibridación, de simbiosis con otros lenguajes expresivos, que favorece la conexión con los espectadores. Del 23 al 26 de marzo, la Sala Carme Teatre de València dentro de sus residencias de creación 2023, acoge el estreno absoluto de ‘14 dies’, un espectáculo sonoro e inclusivo que gira alrededor de dos ejes: la música como refugio y las manos como elemento identitario.
“Siempre me ha llamado la atención que somos capaces de reconocer a alguien con mirarle las manos”, señala Ausina. Como intérprete de músicas de nueva creación, pasa muchas horas al día viendo las suyas desplazarse sobre el teclado, generando notas y sonidos que a veces no coinciden con el concepto clásico de composición, pero que comparten el mismo objetivo que cualquier partitura: trasladar unos sentimientos y provocar una emoción en quién escucha. Sus manos le abren la puerta hacia un refugio, la música. Y le ofrecen la posibilidad de expresarse. Lo mismo le ocurre al protagonista de ‘14 dies’, a quien da vida sobre el escenario.
El espectáculo se plantea como una distopía y arranca cuando un joven entra en un lugar abandonado donde hay un piano. No se sabe de quién o de qué huye. Pero este instrumento se convertirá en un espacio donde disfrutar de un pequeño remanso de paz, donde soltar las bridas a la imaginación y a los recuerdos. Tras pasar tres días sin provisiones, acechado por el hambre, descubrirá que no está solo. Una mujer cohabitaba con él este refugio, donde permanecía oculta antes de que él llegara. Ella también usa sus manos para expresarse aunque de manera muy distinta, mediante la lengua de signos. Y ambos se darán cuenta de que se necesitan mutuamente para mantenerse escondidos.
La intérprete en lengua de signos Ana Casanova da vida al personaje femenino en un espectáculo en el que ha colaborado, junto a la persona sorda Josep Gimeno, para hacerlo accesible a públicos con discapacidad o dificultades auditivas. “Queríamos que pudiera disfrutarlo un espectador oyente, pero también aquellos que no lo son. Por ejemplo, en algunas escenas hemos trabajado con sonoridades muy graves, amplificadas en el patio de butacas para que las ondas que producen lleguen a los cuerpos de quienes no pueden oír. También, en la medida de lo posible, hemos diseñado el tratamiento de la luz para que toda la información visual se perciba fácilmente”, explica Ausina sobre pequeños trabajos de accesibilidad que incluyen subtítulos e ilustraciones para reforzar la traslación de lo que está ocurriendo en escena. “Además, encontramos en la lengua de signos una manera segura de comunicarse entre los dos personajes, dándole valor dentro de la trama”, comenta el músico, que quería visibilizar el patrimonio que es la lengua de signos para las personas sordas e intentar paliar las dificultades de acceso a la cultura que sufre este colectivo.
Consciente del desconocimiento del gran público de las músicas llamadas ‘de nueva creación’, Ausina ha encontrado en el teatro y en la colaboración con diferentes lenguajes una manera de acercarla a espectadores no especializados y de aprovechar la espectacularidad que muchas veces conlleva su interpretación. Por ejemplo, en ’14 dies’ se incluye una pieza de la danesa Luka Raven que ahonda en el paisaje sonoro de una máquina de escribir. Escucharla en un formato de concierto quizá no sería tan expresivo como verla contando parte de una historia ya que, mientras el personaje va “tocando” la máquina de escribir, se van proyectando en el escenario una serie de palabras clave para la trama que, además, han sido animadas gracias al trabajo realizado por Juanfran Jacinto. El resultado es la unión de tres estímulos, audiovisual, escrito y musical, para dar otra dimensión a esa partitura y hacerla partícipe del relato, permitiendo que conecte mucho mejor con la audiencia.
Siguiendo esta premisa, Ausina ha seleccionado 7 piezas en las que resuenan ecos de Debussy o Chopin, pero con un acercamiento totalmente contemporáneo e innovador. Cuatro son para piano: dos del estadounidense George Crumb y dos del valenciano Manuel Rodríguez. El repertorio se completa con composiciones de electrónica, de percusión o gestuales. “Mi experiencia es que la gente se asombra de cómo conecta con estas músicas, tienen un punto de virtuosismo que es muy atractivo a nivel visual y un poco hipnótico. Por ejemplo, hay una partitura para tres percusionistas que, mediante proyecciones, conseguimos que la interprete yo solo, utilizando una tabla de madera”, avanza Ausina sobre una de las sorpresas de la puesta en escena.
Otro uso del audiovisual son los vídeos con ilustraciones creadas por la artista valenciana Carla Protozoo, que han sido animadas fotograma a fotograma, mediante la técnica de cut out (similar a stop motion pero con cartulinas, en lugar de figuras de plastilina). Son un alter ego del protagonista y sirven para hablar de su pasado, aportando más matices a una historia creada por la actriz, directora de escena y autora Eva Zapico, responsable de la dramaturgia, quien ha trabajado con Ausina en la primera fase de creación. Mientras que el también actor, director de escena y dramaturgo Xavo Giménez se ha incorporado en la segunda y última fase de puesta en pie de la pieza, en la que tiene especial importancia el espacio sonoro creado por Teo Cid y caracterizado por un ruidismo electrónico, muy acorde con los universos distópicos.
Estos profesionales son solo una parte del extenso equipo que participa en este montaje, único en su planteamiento, sin correlativos en la cartelera autonómica o nacional. Un espectáculo lleno de emociones, sonoridades y estímulos. Una pieza que, sin mediar palabra pero utilizando multitud de lenguajes, traslada al espectador la idea de que encontrar refugio siempre está al alcance de sus manos.