Me encanta la primavera. Soy un empedernido alérgico al polen, pero me encantan las flores y me encanta la primavera.
Además, en primavera están los meses de marzo, con el Día Mundial del Teatro, y el mes de abril, con el Día Mundial del Circo y el Día Mundial de la Danza.
En los lugares en los que la danza, el circo y el teatro están poco difundidos por los medios públicos, sus Días Mundiales son la excusa y la ocasión para que los canales de televisión y radio, los noticiarios e incluso las instituciones y los teatros, los edificios cerrados y deshabitados durante toda la semana, hablen de, promocionen y programen.
En el mes de abril se programa danza porque cuadra con el mes en el que está el Día Mundial de la Danza. Igual que en marzo, por el 8M, en muchos ayuntamientos se programan espectáculos de temática relacionada con la mujer. El resto del año volvemos al desequilibrio en muchas programaciones. En los medios de comunicación de masas, la danza, el circo y el teatro desaparecen o permanecen solo mínimamente, para cumplir el cupo.
No obstante, es obvio que son importantes estas celebraciones de los Días Mundiales de. Se trata de celebrar, en todo el planeta, las artes escénicas y donde no estén favorecidas o se encuentren minusvaloradas, señalar y reivindicar su radical importancia para la felicidad y la salud de la especie humana.
Por estas fechas, el año pasado, estuve invitado en la Semana de la Danza de Guimarães y en el ciclo “Conversas no Salão” del Teatro Diogo Bernardes de Ponte de Lima, en Portugal. Este mes de abril de 2023 he vuelto a participar en este ciclo en Ponte de Lima. El viernes 14 conversando con la coreógrafa y bailarina Nélia Pinheiro y con el músico Nuno Bastos, presentados por Miguel Franco, el director del Teatro Diogo Bernardes, después de ver ‘CHICO’, el espectáculo con el que la Companhia de Dança Contemporânea de Évora homenajea a Chico Buarque. En la pieza de Nélia Pinheiro, Chico Buarque es sensualidad, reivindicación política, poesía y fiesta.
Del Lima, en Portugal, en el que se detuvieron las huestes romanas, comandadas por Decius Junius Brutus, en el año 135 A.C., pensando, por la belleza del lugar, que era el Letes, el río que hacía perder la memoria a quien lo atravesase, al río Lérez y cambiando de puentes, de Ponte de Lima a Pontevedra, el sábado 15 de abril fui invitado por Jorge Linheira, el director del Pazo da Cultura y del Teatro Principal de Pontevedra, al nuevo ciclo DANZA PONTEVEDRA. Allí organicé y moderé una mesa titulada “Edadismo y cuestiones generacionales en la danza contemporánea gallega”, junto a Amparo Martínez Paz (1958), pionera de la danza contemporánea en Galicia, y Marcia Vázquez (1994), una de las creadoras más jóvenes. Debatimos y reflexionamos sobre los condicionantes que modas y tendencias pueden provocar en las artes. Coincidimos en que la edad no mengua las capacidades ni para bailar ni para crear bailando, porque lo más importante no está en el exhibicionismo de facultades atléticas.
Después, este mismo sábado 15 de abril, en DANZA PONTEVEDRA, he visto ‘Acciones sencillas’ de Jesús Rubio Gamo y he salido feliz y revitalizado después de comprobar, una vez más, que la danza es una auténtica y sublime celebración de la vida.
Por eso la danza, el circo y el teatro no merecen un Día Mundial de, sino 365 días e, incluso, alguno más si se pudiese. ¡Vamos a por ello!
