Era next
Querámoslo o no, estamos viviendo una era next en que el presente no importa y lo fundamental es el futuro, claro que un futuro inmediato porque eso de proyectarse en el tiempo a largo plazo, es una práctica de trogloditas.
Antes era deseable, una vez terminados los estudios formativos profesionales, encontrar un trabajo, idealmente de por vida hasta jubilarse haciendo siempre lo mismo.
Hoy en día en cambio, el porvenir está muy cerca, a solo un par de segundos más adelante. Estudio una carrera profesional, no logro buenas calificaciones, next, estudio otra.
Tengo un trabajo, algún malentendido con el jefe, next, busco otro trabajo. Estoy en pareja, discutimos por alguna banalidad, next, cambio de pareja. Vivo en un país, comienza a hacer demasiado frio, next, me voy a otro hemisferio.
Los compromisos a futuro ya no existen, han sido anulados por la inmediatez. ¿Cuántos jóvenes al llevar cierto tiempo viviendo en pareja prefieren tener una mascota a comenzar con una familia, hijos incluidos? Todos conocemos a varios. ¿Razones? Muchas.
El tener un hijo del cual hacerse cargo, es una enorme responsabilidad e incluye, querámoslo o no, ciertas postergaciones, sobre todo para la mujer, quien sufre todas las complicaciones del embarazo y posteriormente la lactancia del bebé.
Tener un hijo es mucho más caro que tener una mascota.
Una mascota, por lo general un perro o un gato, nunca vivirá más de 20 años, en cambio un hijo, es para siempre. Se nos acabó la comida de mascotas, no importa, con un día que no coma no se va a morir. Un bebé sin su leche, llorará hasta obligarnos a salir a medianoche a comprarle algo.
Queremos irnos de vacaciones, un perro lo podemos dejar con algún conocido e incluso llevarla a un hotel para mascotas, pero hacer lo mismo con un hijo, es inconcebible. Nos aburrimos de la mascota, la podemos llevar a una institución que se encarga de relocalizarla o en caso extremo e inconsciente, abandonarla por ahí.
Si bien es cierto la sociedad se negaba férreamente a los cambios precipitados, hoy en día se ha pasado al extremo opuesto en que el cambio se ha transformado en un continuo. ¿Mejor o peor? Diferente.
Eso de regirse por lo de todo tiempo pasado fue mejor, creo que adolece de cierta autorreferencia negándose a los cambios irrefrenables que la sociedad siempre ha tenido y seguirá teniendo. Negarse no es factible, y por otro lado, aceptar el cambio sin cuestionarlo, tampoco lo es. Lo que nos hace diferentes de otras especies vivientes es nuestra capacidad de reflexionar, y para eso, debemos darnos al menos el tiempo necesario para hacerlo.
El libre albedrio, la capacidad de elegir el que hacer, puede llevarnos a la equivocación, pero, por otro lado, es nuestro privilegio. ¿Cambiar? Por supuesto, pero no como moda impuesta por un consumismo de lo desechable para hacer funcionar el mercado, sino como opción de vida elegida después de reflexionar al menos un poco.
¿Adoptar una macota por algunos años? ¿Y por qué no adoptar un ser humano de por vida?
¿Next?