En la naturaleza de las artes escénicas está el hecho relacional. En los actos teatrales, en cualquier modalidad escénica (danza, teatro, circo, performance e hibridaciones diversas), ya sea en teatros y salas dedicadas a espectáculos, o en espacios no convencionales, el encuentro y el compartir son bases fundamentales. Es evidente, por tanto, que la realización y disfrute de las artes escénicas o también llamadas, por influencia francesa, “artes vivas”, dependen de la colaboración. Una persona por sí sola no puede hacer, ni puede disfrutar plenamente, teatro, danza, performance, circo…
Dentro de la creación escénica podemos establecer dos formas de actuar, muy generales, desde la perspectiva de la ingeniería y las metodologías: las dramaturgias de proceso posdramáticas, por un lado, y las dramaturgias de concepto, en la estirpe del drama. Estas últimas operan desde una jerarquía y orden similar al que utilizamos en la mayoría de áreas de nuestra vida diaria. Una persona, el dramaturgo, planifica los conceptos, temas, argumentos y estilo que guiarán la creación. Cuando comienza el proceso de ensayos y preparación-creación del espectáculo, la dramaturgia ya está previamente diseñada, la obra ya está escrita, el proyecto ya está imaginado y formulado. Por tanto, el equipo artístico, respetando las jerarquías (dramaturga, directora, actriz/actor, intérprete, bailarín, escenógrafa, diseñadoras de luz y sonido, etc.), encontrará restringida su capacidad de invención y creación para la realización o representación de la pieza diseñada o proyecto escénico, anteriormente ideados.
En el caso de las dramaturgias de proceso posdramático, la obra, espectáculo u objeto artístico no existe en un inicio, será el resultado de un proceso colaborativo entre todo el equipo, dentro de un régimen horizontal de creación en el que todas las personas enriquecen, diversifican y aportan complejidad. En un principio, si hay algún concepto, tema o idea, serán sólo puntos de partida, en igualdad de condiciones con otros materiales que desencadenarán este proceso. Aquí, el trabajo de dramaturgia y puesta en escena, por un lado, será una función compartida y distribuida entre todas las personas del equipo artístico, y, por otro, podría ser el trabajo de dirección y coordinación, quizás, realizado por alguien dedicado únicamente a esto, que también podría intervenir directamente en la acción del espectáculo.
En las dramaturgias de proceso posdramático, la obra, espectáculo u objeto artístico será el resultado del juego procesual de colaboración en sí y no tendrá lugar a través de las vías convencionales de narración. Quizás, esta podría ser la diferencia fundamental con el devised theatre, que también consiste en la creación colaborativa del espectáculo, pero que puede encaminarse a la creación de una historia, protagonizada por personajes, dentro de las estrategias del drama y de la narratología y las convenciones generales de la ficción. Aunque también podamos hablar de devised theatre dentro de las teatralidades posdramáticas que no requieren la construcción de un relato.
Por tanto, en las dramaturgias de proceso posdramáticas existe una heterogeneidad, complejidad y diversidad que requieren de algunos fundamentos y metodologías, que ayuden a establecer mecanismos de cohesión y a encontrar el posible sentido o los posibles sentidos que puedan ser compartidos. Esto, dicho de otro modo, es la función de la dramaturgia o incluso de la consciencia dramatúrgica expandida a todas las personas que integran el equipo artístico. La búsqueda del sentido o sentidos posibles de esa partitura de acciones que vamos a jugar con el público. Porque, finalmente, se trata de una experiencia artística que se compartirá con otras personas, con una comunidad.
El fin de semana del 23 y 24 de septiembre de 2023 fui invitado a participar en la 19ª edición del Festival Circular de Artes Escénicas en Vila do Conde (Portugal), en el marco del proyecto Prototipos de Encontro, comisariado por Joclézio Azevedo. Ese fin de semana ofreceré un taller titulado: Laboratorio de metodologías y prácticas colaborativas en la creación escénica posdramática. Será un espacio privilegiado para reflexionar y entrenar una metodología abierta, basada en las tensiones rítmicas que proporcionan sentido, atracción, interés y participación efectiva y afectiva en una creación escénica, generada de forma procedimental y colaborativa. Una metodología que también ampliará nuestras capacidades perceptivas, como espectadoras/es, además de ayudarnos a realizar una lectura más profunda.
