Arranca en Sala BBK de Bilbao un cuatrimestre íntegramente en femenino
‘Las que limpian’, de la compañía gallega A Panadería, inaugurará la programación de la sala bilbaína
Sala BBK de Bilbao presenta una agenda de artes escénicas hasta fin de año en la que sólo hay montajes impulsados por mujeres creadoras y levantados por equipos eminentemente femeninos. Así, la sala bilbaína acogerá dos estrenos absolutos en Euskadi (‘Los que bailaban’ y el Premio Max 2022 a Mejor Autoría –‘Talaré a los hombres de sobre la faz de la tierra’-) y se podrá ver la exitosa obra en euskera ‘Hiru kortse, azukre asko eta brandy gehiegi’.
Habrá una cita al mes con las artes escénicas, es decir, un total de cuatro espectáculos; todos ellos impulsados por mujeres creadoras y levantados por equipos mayoritariamente (en algunos casos incluso íntegramente) femeninos. Además Sala BBK mantendrá su identidad propia y diferenciada como centro de exhibición teatral, al seguir apostando por «la creación contemporánea, las temáticas de calado social y la normalización del euskera», en palabras de sus responsables.
La primera función será el 23 de septiembre, sábado, día del estreno en Bilbao de ‘Las que limpian‘, de la compañía gallega A Panadaría. Una sátira feminista con la lucha colectiva de ‘las kellys’, las trabajadoras de la limpieza de los hoteles, como tema central, una «comedia crítica pero esperanzadora», como la definen sus creadoras, transcurre en un lujoso hotel de Galicia regentado por un empresario corrupto que va a recibir la visita de una importante personalidad política. Ese marco permite no sólo hablar de las condiciones laborales de ‘las kellys’ -el 70% padece alguna patología por sobrecarga de un trabajo por el que cobran unos 2,5 € por habitación limpiada-, sino también del sistema turístico precarizador y de la brecha de género en la limpieza y los cuidados. El espectáculo, coproducido por el Centro Dramático Nacional, es la más reciente propuesta de la compañía gallega A Panadaría, reconocidas por su teatro irreverente, feminista y político, que emplea de forma desprejuiciada recursos populares como los gags humorísticos, las variedades o la música vocal para plasmar una visión crítica del mundo.
Ya el 27 de octubre, viernes, llegará otra coproducción del Centro Dramático Nacional, en este caso una recién estrenada en Madrid y que se verá por primera vez en Euskadi: ‘Los que bailaban’. Creada y dirigida por la coreógrafa y bailarina madrileña Amaya Galeote, se trata de un espectáculo que ha llamado «de teatro guateque», una obra casi documental en la que varios particulares anónimos de la generación de nuestros mayores, revive su juventud y comparte en primera persona recuerdos de aquellos tiempos en los que la gente se enamoraba bailando. Destaca la presencia de un único actor profesional, el gasteiztarra Miguel Foronda, que es quien aporta la memoria de Euskadi a este retrato colectivo de la España de los años 60 y 70.
El 10 de noviembre será el turno de ‘Hiru kortse, azukre asko eta brandy gehiegi’, una de las producciones más exitosas del teatro reciente en euskera, que lleva en gira desde su estreno a finales de 2021. Esta comedia ácida, coproducción de Kamikaz Kolektiboa y Ttak Teatroa, presenta a tres mujeres que hablan de sí mismas en torno a una merienda y se descubren víctimas de la omnipresencia de la masculinidad en las ficciones que nos rodean, nos influyen y nos construyen. La obra fue ganadora del Donostia Antzerki Saria 2023, cuyo jurado destacó una «puesta en escena llena de fuerza, humor e imaginación», además de su «gran calidad lingüística y de la complicidad de las intérpretes», que son a su vez creadoras y directoras de la función (Amancay Gaztañaga, Erika Olaizola e Iraia Elias).
Por último, el viernes 1 de diciembre tendrá lugar el estreno absoluto en Euskadi de ‘Talaré a los hombres de sobre la faz de la tierra’ de María Velasco (Premio Max 2022 a Mejor Autoría teatral). Este montaje, con un tono onírico y poético próximo al realismo mágico, está protagonizado por una preadolescente que, en una barbacoa en el campo, se aleja de su familia para ir a leer bajo un árbol. Con esta premisa, Velasco establece un peculiar diálogo entre las dos corrientes fundamentales en el pensamiento crítico en los últimos años: el feminismo y la ecología, combinando lenguajes artísticos que van del texto a la coreografía, pasando por los visuales e incluso las artes plásticas.