Mujeres, Madre Tierra y Sanación: palabras desde un jardín secreto llamado Proyecto Magdalena
Emprendimos el camino para este tercer encuentro Proyecto Magdalena 2023 en Ayllón, España. Ya en la estación de buses fuimos encontrándonos con compañeras, amigas que iniciaban ese viaje con nosotras, que venían de diferentes rincones del mundo. La alegría del encuentro, del descubrir, del recordar, el volver a caminar juntas tomadas del brazo. Ese estar a la expectativa de volverse a ver. Cada persona que reconocemos es un saludo, un ¿cómo estás?, un ¿cómo te llamas?, una sonrisa, y un tanto tiempo… Empezamos a encontrarnos, a confundirnos, a mezclarnos, a no saber en qué idioma hablar, ni por dónde empezar. Dispuestas a abrirnos a las sorpresas de este coincidir. Por un instante somos mundos que se encuentran o representamos muchas partes de estos. Y nos sentimos fortalecidas por esta gran diversidad. Hablamos muchas lenguas diferentes, pero nos entendemos, más allá de las palabras, nos percibimos con los cuerpos, con los gestos, con la voz, con las ganas de comunicar y entendernos mejor unas a otras ”.
Desde el 2021, en la villa de Ayllón se celebra el encuentro Tradición, Transmisión Transgresión una cita que el grupo Laboratorio Internacional Residui Teatro organiza y que se enmarca en las actividades de la red internacional Proyecto Magdalena. Cada año se convocan a mujeres de todo el mundo, a reflexionar sobre distintas temáticas que tienen impacto en el quehacer de las mujeres creadoras y en las comunidades en las que ellas actúan, siendo su arte algo que se expande más allá de las paredes de un salón de actos.
Durante la inauguración de esta tercera edición, Julia Varley evocaba que, desde la fundación del proyecto en 1986 en Gales, si bien su objetivo primero es promover, apoyar, formar y visibilizar el trabajo de las mujeres creadoras a nivel internacional en las artes escénicas contemporáneas, lo que se debe recordar también es que los encuentros Proyecto Magdalena son ante todo una red:
«La cosa que aprendimos desde el inicio por el hecho de venir de contextos totalmente diferentes fue que las opiniones, las palabras no sirven (…) lo que tienes que hacer es abrir un espacio donde la diferencia enriquece (…) Dar un espacio donde se puede intercambiar con esas diferencias, aceptar que existen (..) Esta red está conformada principalmente por esos hilos que tejen la existencia y soportan la red que abren espacios, y nacen de nuestras diferentes necesidades. El espacio que se crea entre las líneas que son las mujeres, los festivales, los encuentros, los espectáculos, los talleres es justamente para que todas puedan tener su sentido, su lugar, su palabra y su voz que es diferente de las otras. Pero para esto, cuán importante es estar juntas en el mismo lugar y en el mismo espacio.»
La red internacional Proyecto Magdalena está hecha por mujeres creadoras del mundo entero, cuidadoras de las artes y de la vida, que son los hilos invisibles que abren los espacios entre diferentes culturas, generaciones, historias y territorios. Viviana Bovino cofundadora de Laboratorio Internacional Residui Teatro dirige el encuentro en el que el grupo entero, los voluntarios y la comunidad que ha generado en estos años, han decidido apostar por este proyecto cultural en la comunidad de Ayllón y ha arraigado esta iniciativa en la región, con talleres, conferencias, debates, espectáculos y actividades de acercamiento entre las participantes y la comunidad local.
En esta ocasión el tema se ha centrado en Mujeres, Madre Tierra y Sanación como una interrogación al estado actual del mundo, del medio ambiente, el cambio global y nuestras responsabilidades frente a él, pero también al rol de las artes y de las mujeres en esta sanación individual y colectiva, que es generadora de encuentros y que acompañan el cuidado y la expresión artística en las comunidades rurales y urbanas.
En esta edición, entre las artistas invitadas Julia Varley/Dinamarca, Geddy Aniksdal/Noruega, Sandra Pasini/Dinamarca-Italia, Parvathy Baul/India, Brigitte Cirla /Francia, Barbara Luci Carvalho/Brasil-Alemania, Amaranta Osorio/México-Colombia-Francia-España, Isabelle Maurel/Francia, Maristella Martella/Italia, Mónica de la Fuente/España, Katleen Tamayo/México, Coyotita/México, Eirini Sfyri/Grecia, Nazaré Rodríguez de la Fuente/España, Natasha Certok/Argentina-Italia, Verónica Ragusa/Italia, Apeksha Bhagwat/India, Florita Chambes Arteaga/comunidad originaria Gunadule de Colombia, Yari Analida Prieto Arends/Clan Siijona comunidad originaria Wayuu Colombia, Viviana Bovino/Italia entre otras, compartieron sus propios aprendizajes con las participantes y la comunidad.
Las invitadas han realizado talleres, mesas de reflexión, proyecciones, lecturas y espectáculos donde relacionaron sus prácticas artísticas al tema central del encuentro generando varias interrogaciones entre las participantes: ¿Pueden las practicas artísticas ser un acto de cuidado de la persona a nivel holístico?, ¿Las artes harmonizan la comunidad y el territorio?, ¿Qué entendemos por sanación?, ¿Qué vínculos y que límites existen desde tu practica entre lo artístico y lo terapéutico?, ¿Cuáles son las formas de cuidado que sembramos y reproducimos como mujeres artistas-creadoras en nuestros espacios y comunidades?, ¿Cuál es el rol de las mujeres en estas relaciones donde se tejen transmisión, tradición y transgresión?, ¿Cómo las artes y el teatro pueden ser un camino de múltiples conexiones? (entre las personas, entre las sabidurías ancestrales y el mundo de hoy, entre las generaciones, entre los imaginarios, los rituales y la naturaleza), ¿Cuidar el territorio a través de las prácticas de arte, gracias al cuidado, es preservar la humanidad?
Con estas preguntas nos hemos acercado a una experiencia práctica de la duración de una semana, vivenciando un recorrido en espiral como lo propone la cosmovisión Wayuu , donde la figura de la espiral representa la unidad integral entre el pasado, presente y futuro. Unimos estos tiempos en un solo camino desde las otras hacia nosotras mismas y viceversa, siguiendo las pistas de los Mudras presentes en la danza tradicional de la India, los Orishas de las religiones yorubas de África y América, los Asanas en la práctica del Yoga, los cantos de la tradición Bâul, la danza Tarantella proveniente del Sur de Italia, etc). Todas formas escénicas que se relacionan, con conocimientos de pueblos originarios, en especial con sabidurías y medicinas ancestrales, con plantas, con rituales, con espiritualidad, con ceremonias desde la organicidad y el sincretismo, enlazando diferentes voces de mujeres en el mundo. Porque este encuentro está hecho, de las cosas grandes y pequeñas que lo hacen especial. Un espacio seguro y de cuidado donde se piensan los detalles y se gestan tradiciones propias para esta comunidad efímera (o no tanto) que se construye entorno al encuentro de Ayllón.
La creación de rituales es parte importante de la organización del encuentro de mujeres organizado por L. I. Residui Teatro. Así pues, no faltó el circulo y ritual de bienvenida donde este año se invitó a cada persona presente a escribir una carta dedicada al tema del encuentro, un mensaje para las Magdalenas del futuro. Estas palabras fueron unidas en un libro, una acción de futuro colectivo, una versión analógica del OPEN PAGE (revista redactada por el Proyecto Magdalena) gracias a la colaboración de la artesana española NOEMÍ.
Disfrutamos de diversos espectáculos en el escenario de la Iglesia de San Miguel y otros en espacios abiertos donde muchos nos remitían a «esos imaginarios del teatro más vinculados a la tierra, a la vida, al campo, al movimiento o a los elementos de la naturaleza» como comentaba Silvia Garzón de Atalaya Teatro, durante uno de los momentos de reflexión Greenart: Mujer, Madre tierra, Sanación, donde escuchamos a diferentes invitadas al encuentro. Acudimos, entre otras actividades, a la proyección del documental de Cartaphilus Teatro «Los niños sagrados» donde el camino de la búsqueda artística y espiritual se unía con las ceremonias para nuestros muertos. De las palabras de la curandera Coyotita, nos llegó la relación que se ha tejido en la sabiduría ancestral entre la medicina, el canto, la música y la palabra. La curandera nos repite las palabras: «Yo te traigo y yo te llevo» las cuales son decisivas en la práctica de sanación y en el camino pedagógico de quien acompaña en los procesos de creación. De igual forma, tuvo lugar la presentación del libro Mapa, de Amaranta Osorio donde las cartografías de los testimonios que resonaban desde los campos de refugiados en Europa desdibujaban las fronteras. Donde escribir se volvía un espacio no solo para sanar sino y sobre todo como acto de resistencia. Finalmente, presenciamos un concierto donde la voz luminosa de Parvathy Baul, nos regaló una bendición que emocionó a los asistentes.
Entre las asistentes al encuentro, también se dio lugar a un espacio abierto llamado Declaraciones, pensado para compartir piezas, proyectos, ideas, trabajos en proceso, donde varias mujeres tomaron una palabra empoderada. Ellas, nos invitaron desde sus propias historias a entender y reivindicar nuevas genealogías de mujeres, a mirar al futuro y soñarlo más respetuoso e igualitario, hacia todo ser vivo y la naturaleza, a humanizar los espacios donde vivimos y trabajamos. «Nos quieren dormidas. Estamos más despiertas que nunca, y este encuentro es una forma de despertar» nos dijo la joven participante Sol Ranieri, durante su tiempo de palabra.
Como todos los años, se propuso la Fiesta de las Artes de Ayllón, el último día del encuentro, que contó con la participación de los habitantes y la colaboración de varias asociaciones culturales de la comunidad. Brigitte Cirla y Geddy Aniksdal dirigieron un recorrido por las calles de Ayllón en el que, en cada rincón había una acción performativa de las participantes y de las personas del pueblo. Especialmente destacó la presencia de las abuelas, las mayoras del pueblo, las niñas y los niños, las bailarinas, las cantantes y los tenores. Las mayoras escribieron una carta, una reflexión sobre el cuidado y el cambio climático, un grito y una caricia para las futuras generaciones, compartiendo sus saberes desde la experiencia de vida en una zona rural como lo es Ayllón.
La ronda de mujeres y nueva masculinidad ha sido, una vez más, el ritual para cerrar de manera interna el encuentro, un espacio para nombrar deseos, necesidades y comprometerse a nuevos retos delante de una comunidad, un Jardín secreto llamado Proyecto Magdalena.
Gabriela Acosta Bastidas
Viviana Bovino