El 38º FIT de Cádiz reivindica la necesidad de las artes escénicas para avanzar como sociedad
Del 20 de octubre al 5 de noviembre, el Festival Iberoamericano de Teatro ofrecerá 26 propuestas de España, Portugal, Argentina, Chile, Uruguay, Brasil, Reino Unido y México
La 38ª edición del Festival Iberoamericano de Teatro de Cádiz (FIT) ofrecerá 26 propuestas, de diversos lenguajes y recursos escénicos, de países como España, Portugal, Argentina, Chile, Uruguay, Brasil, Reino Unido y México, las que definirán la programación del FIT, que llega un año más a Cádiz, para analizar las convergencias que unen las culturas y definen la historia de Iberoamérica. En esta investigación sociológica, el Festival busca descubrir para qué sirve el teatro más allá del mero espectáculo, observando sus virtudes para analizar de dónde venimos, dónde estamos y hacia dónde vamos como sociedad.
Así, el FIT ha trazado en su programación un recorrido que integra 25 espectáculos, 2 exposiciones, una proyección, 2 talleres, 3 encuentros profesionales, 7 conversatorios, 3 videoinstalaciones y 3 residencias artísticas que buscan siempre la participación e integración entre artistas y ciudadanía; invitando al público a emprender un viaje por Iberoamérica y encontrar en las propuestas del FIT el punto de encuentro y reconciliación con las diversas realidades que nos definen.
Repitiendo la ubicación neurálgica del Festival en las ultimas ediciones, el FIT mantiene en el ECCO su sede principal y espacio para encuentros, presentaciones, exposiciones, instalaciones audiovisuales y conversaciones. Es uno de los espacios que el Festival empleará para desplegarse por la ciudad, junto con las cajas del Gran Teatro Falla, el Teatro del Títere de la Tía Norica y la Sala Central Lechera; los espacios municipales del Castillo de Santa Catalina, el Centro Municipal de Flamenco de La Merced o el Baluarte de la Candelaria, que acogerá los talleres de este año; o entornos públicos como la Plaza de la Catedral, el Espacio Entrecatedrales, el Mercado Central o el Palacio de Congresos.
En 2023 el FIT reclama una vez más la participación de la ciudadanía en sus procesos. Quiere ser un Festival de artes escénicas en Cádiz, con Cádiz y para Cádiz, siendo la ciudad y sus gentes sus principales protagonistas.
Ocurre así desde la creación misma de su cartel oficial, una pieza colaborativa resultado del taller dirigido por la artista brasileña Marina Guzzo, el año pasado en el FIT, con la participación de mujeres gaditanas de distintas edades. Inspiradas en la obra ‘Mistura’ de Guzzo, y fotografiadas por Juan Carlos González Santiago, las protagonistas del cartel reflejan el universo femenino de los cuidados y el respeto por la naturaleza. A partir de este grupo de imágenes el diseñador Loren Roldán ha compuesto la imagen que representa este año el Festival haciendo patente la presencia transversal de miradas femeninas en todo el Festival. Sobre este proceso creativo se podrá abundar en la vídeoinstalación ‘Mistura #3‘ visitable en el ECCO durante el FIT, y en el exposición homónima que podrá verse en el Mercado Central desde el 27 de septiembre.
También como resultado de un trabajo iniciado el año pasado, este año el FIT coproduce la pieza ‘La velocidad de la Luz’ que el dramaturgo argentino Marco Canale, tras desarrollarlo en otras ciudades, ha trabajado en residencia artística a lo largo del año con personas mayores de Cádiz y que podrá verse en estreno absoluto en distintas localizaciones de la ciudad.
Pero las gentes gaditanas serán especialmente protagonistas este año, bajo la dirección de la dramaturga y coreógrafa uruguaya Tamara Cubas, al tomar parte de las piezas ‘Multitud’, como inauguración del Festival en la Plaza de la Catedral; y ‘Ofrenda para el monstruo’ clausurando el FIT, sobre las tablas del Gran Teatro Falla.
Tras su paso por el FIT en 2021 con la instalación ‘Esculpir el silencio‘ en el Baluarte de la Candelaria, Tamara Cubas propone llevar a escena dos montajes participativos, dos obras corales para las que permanecen abiertas las convocatorias, que exploran las poéticas del movimiento humano en distintas ciudades del mundo. Tras pasar por Ámsterdam, Ciudad de México, Turín, Zúrich, Lyon, Barcelona o Sevilla, las piezas llegan ahora a Cádiz donde cobrarán nuevos sentidos en su investigación escénica sobre la complejidad y la fuerza de lo colectivo.
Ambas piezas conectan con la línea argumental que este año recorre todo el FIT en su programación, que pone en conversación el pasado del que venimos, el presente que estamos experimentando y el futuro hacia el que nos proyectamos; vinculando lo local, con lo nacional y hacia lo global, como puente natural entre América Latina, Europa y África.
La ciudad como escenario: site-specific
Así como ocurre en ‘Multitud’ y en ‘La velocidad de la luz’, la ciudad de Cádiz será escenario del FIT. Sus calles, sus plazas, sus lugares públicos serán espacios para la puesta en escena de varias obras site-specific.
Es el caso de ‘Verso libre, Mercado de Cádiz 2023‘ que la bailaora gaditana María Moreno interpretará en el Mercado Central de Abastos, inspirada en el universo sonoro de ese lugar, lleno de vida y de memoria. Por su parte, El Pampero Cine y Grupo Krapp, dos colectivos emblemáticos de la creación contemporánea argentina, desarrollarán la pieza ‘Efectos especiales’, una performance que cruza los lenguajes de la danza y el cine, y que consiste en el rodaje de una película a la vista de todos, por lugares tan conocidos y concurridos de la ciudad como la Plaza del Palillero, la Calle Ancha y la Plaza de San Antonio. Sin embargo, los mexicanos de Teatro Ojo, vuelven al FIT para recorrer las calles y plazas de Cádiz con la performance y las intervenciones de ‘Latente’, una obra contra la xenofobia que recrea el trayecto realizado por Mame Mbaye, ciudadano senegalés que murió en en Madrid durante una redada policial de manteros.
El color de la piel
No solo en ‘Latente’ el FIT se detiene a observar los problemas de las migraciones y la identidad racial. En su programación hay muchas otras propuestas que invitan a este debate y reflexión.
La bailaora Yinka Esi Graves, británica de origen ghanés y jamaicano, pone en escena ‘The dissapearing act’, una coreografía flamenca mestiza, que completa una conferencia performativa, donde plantea la dicotomía, para quienes se sienten racialmente diferentes, entre visibilizarse y hacerse invisible en busca de la aceptación. Este proyecto se acompaña con la proyección de 6 cortos documentales que abundan en la temática y que la artista ha codirigido con el cineasta Miguel Ángel Rosales.
En esta línea, la coreógrafa brasileña Marina Santo, presenta en el FIT ‘Más allá de la piel’, una pieza de danza contemporánea que visibiliza, en la escena cultural, a la comunidad de personas racializadas residentes en España. Mientras el coreógrafo y bailarín brasileño Calixto Neto habita en ‘Il faux’, desde la experiencia de un cuerpo negro, un territorio en el que se siente en permanente riesgo de desposesión. Abunda en estas problemáticas el artista brasileño Pedro Viela en ‘Figueiredo’, una conferencia performativa en la que desvela la barbarie cometida contra la población indígena en su país a lo largo de la historia.
Teatro de texto
Los principales teatros de Cádiz acogerán también la programación de teatro de texto. Será el Gran Teatro Falla el encargado de albergar las propuestas de mayor espliegue escénico. Así la primera obra que podemos ver en sus tablas será ‘Muero porque no muero’, lectura dramatizada del texto homónimo de Paco Bezerra, Premio SGAE Jardiel Poncela en 2021, dirigida por el argentino Matías Umpiérrez e interpretada por el espectacular elenco de actrices que integran María León, Gloria Muñoz, Emma Suárez y Julieta Serrano. Los portugueses de Teatro Experimental do Porto y los chilenos de Teatro La María presentan ‘G.O.L.P.’, su segunda colaboración artística que usa la comedia disparatada para hablar de la coincidencia entre 2023 y 2024 de los 50 años del golpe de Estado contra Salvador Allende en Chile y de la Revolución de los Claveles en Portugal. Por su parte los sevillanos de Atalaya Teatro vuelven al FIT con ‘Elektra.25’, una revisión de la obra que esta compañía montó hace 25 años, uno de sus montajes más representativos y representados. Y de forma excepcional, ya que no acostumbra a girar con sus obras, el Centro Dramático Nacional presentará ‘Supernormales’, un juego cómico, Premio Max 2023 a la Mejor dirección de escena, con texto de Esther F. Carrodeguas y dirigida por Iñaki Rikarte, que aborda la sexualidad de las personas con discapacidad.
El Teatro del Títere de la Tía Norica ofrecerá, entre otras propuestas, dos piezas de teatro que reinventan los formatos en la escena. Ocurre con ‘El mar’ primera creación conjunta de Alberto Conejero y Xavier Bobés, que encuentra su espacio entre el teatro documental y el teatro de objetos para ofrecer una oda a la enseñanza y a los maestros. Y ocurre también en ‘Hielo Negro’, la última obra que crearon juntos Luciana Acuña y Luis Biasotto, fundadores y directores del Grupo Krapp, antes de la muerte de él en 2021, a causa de la covid-19. En ella se plasman todas sus obsesiones y el incesante cuestionamiento acerca de qué es teatro, qué es danza y qué es representación.
Y el teatro llegará también a la Sala Central Lechera con ‘No hay banda’ donde el dramaturgo y director argentino Martín Flores Cárdenas, en una especie de meta-teatro, interpreta la obra de teatro que le han encargado estrenar, compartiendo con el público el proceso de creación.
Mirada a Chile
Así como se ocurre en la mencionada ‘G.O.L.P.’; cuando se cumplen 50 años del Golpe de Estado contra Augusto Pinochet, y 30 años de la creación del Festival Santiago a mil, el país andino tiene una fuerte representación en la programación del FIT con propuestas siempre reivindicativas, siempre comprometidas.
Así, desde el teatro de texto el dramaturgo chileno Guillermo Calderón regresa al FIT con ‘Villa’, obra que ya pudo verse en Cádiz en 2011 y que se nutre de la memoria histórica entorno a los acontecimientos que ocurrieron en Villa Grimaldi, el principal centro de tortura y exterminio de la dictadura de Pinochet.
Por su parte, en la performance ‘Minga de una casa en ruinas’, el Colectivo Cuerpo Sur habla de solidaridad y exilio mientras recupera la tradición de la ‘minga’, un sistema informal de ayuda recíproca que se activaba cuando alguien se mudaba y trasladaba su casa entera.
En el lenguaje de la performance se mueven también las componentes del colectivo chileno LASTESIS, grupo de gran repercusión internacional que ya estuvo presente en el FIT 2021 con ‘Resistencia’, y que este año presentan ‘Canciones para cocinar’ abundando en sus tesis, denuncias y demandas feministas partiendo del universo musical y sonoro que se genera en las cocinas.
El aspecto musical, más que parte del montaje escénico, se convierte en protagonista en ‘Teoria del valor’ que presentan el colectivo Music Komité y la cantaora María la Mónica, apelando a la memoria colectiva de Cádiz a partir de las viejas letras del flamenco gaditano transmitidas de generación en generación.
Y como parte de las propuestas que este año traen al FIT El Pampero Cine podrá verse la película ‘La Edad Media’ de los argentinos Luciana Acuña y Alejo Moguillansky, una comedia filmada durante el confinamiento que se proyectará en el Teatro del Títere de la Tía Norica y que, al igual que la performance ‘Efectos Especiales’ del mismo colectivo creativo, cuenta con la colaboración del Festival de Cine Documental Alcances.
Para todos los públicos
Un año más el FIT cuida sus contenidos para la creación de nuevas audiencias para las artes escénicas. Ofrece, como espacio para la conciliación, teatro para todos los públicos de la mano de la portuguesa Cláudia Gaiolas, presente ya el año pasado, que vuelve al Castillo de Santa Catalina con un nuevo episodio de la serie ‘Antiprincesas’, esta vez el dedicado a la escritora ‘Clarice Lispector’.
También regresa al Festival el teatro de objetos de los portugueses Formiga Atómica, esta vez con ‘Así está el mundo (cuando despiertas)’, un viaje por realidades muy concretas de los cinco continentes, interrelacionadas en un mundo globalizado, en las que son niños y niñas los protagonistas.
Para completar la intervención del FIT en la ciudad y su papel como catalizador de proyectos escénicos, el Festival articula talleres abiertos a la ciudadanía con artistas vinculados al Festival, y acompaña los trabajos de distintos creativos en residencias artísticas.