El público y el mundo del teatro y el cine llora la muerte de Concha Velasco, fallecida en la madrugada del sábado 2 de diciembre, a los 84 años, acompañada por sus dos hijos en el Hospital Puerta de Hierro de Majadahonda, a consecuencia de una complicación del cáncer que padecía.
Valladolid se ha volcado en la despedida este domingo de Concha Velasco, su hija predilecta. Una abarrotada Catedral acogió el funeral de la artista con la presencia de representantes institucionales, amigos del mundo del espectáculo y cientos de ciudadanos, muchos de los cuales han tenido que seguir la misa en las pantallas instaladas en el exterior. «¡Concha, viva Concha!», se escuchó a la salida del féretro del templo ante los aplausos y las lágrimas de sus paisanos. «La pena es que nuestra madre no pueda estar viendo esta muestra de cariño», señaló su hijo Manuel.
Simpática, alegre, cariñosa, cercana y trabajadora incansable, empezó su carrera a los 14 años y no paró hasta hace unos meses. Fue una artista muy completa, que destacó en cine, televisión y teatro, pero también como cantante y bailarina, en los varios musicales que protagonizó. Entre su multitud de trabajos, hay muchos imprescindibles, que marcaron hitos en su larga y brillante carrera, como ‘La chica ye-ye‘ (1965), canción que asociaremos siempre a la actriz. En el cine, ‘Tormento’ (1974) de Pedro Olea, con quien trabajó en muchas ocasiones, que adaptaba la novela homónima de Pérez Galdós, fue otro hito de su carrera, así como ‘Teresa de Jesús’ (1984), ‘Mamá quiero ser artista‘ (1986), ‘Yo me bajo en la próxima, ¿y usted?’ (1981), ‘Más allá del jardín’ (1996)…. Aunque la televisión le dio la fama, el teatro fue su pasión desde que debutó en 1954 en la revista musical ‘Bienvenido, Mister Dólar‘. Una de sus últimas obras fue ‘Hécuba‘ a las órdenes de José Carlos Plaza, que también la dirigió en ‘Carmen, Carmen‘, escrita para ella por Antonio Gala, con quien mantuvo una relación profesional muy fructífera. Estuvo casada durante 28 años con Paco Marsó, productor de sus mayores éxitos.
Vallisoletana de nacimiento y residente en Madrid, la actriz mantuvo una especial relación con Bilbao y con el Teatro Arriaga, donde estrenó en mucha ocasiones y donde tuvo dos grandes amigos: el director Pedro Olea y el exalcalde Iñaki Azkuna.
