La brevedad no es un agravante ni un valor en sí misma. En corto y al pie piden los entrenadores posdramáticos. La renuncia a las subordinadas no garantiza mayor comprensión.
Atender primero a lo troncal garantiza, al menos, una situación reconocible. Los desarrollos de las tramas forman parte sustancial del manual de la dramaturgia de urgencia.
Acumular ideas, asuntos, líneas de avance o retroceso de los personajes o la ausencia de cualquier estructura que garantice ese anclaje no es otra cosa que una opción. A veces es una incapacidad convertida en estilo. Es decir, un truco.
Sergi Belbel informa que cuando le contrataron como director artístico del Teatre Nacional de Catalunya le hicieron firmar una cláusula en la que se le pedía una ocupación del sesenta y cinco por ciento en sus salas. De no cumplirse se le podía anular el contrato.
También nos recordó en su intervención en el festival Rayuela23 en Palma de Mallorca que la diferencia con el Centro Dramático Nacional es que el Teatre Nacional es una sociedad anónima de derecho público, es decir, es autárquica para su gestión económica y eso le dota de mucha mayor agilidad.
Volvemos al principio. ¿Las direcciones de festivales y teatros de titularidad pública, deben ser elegidas por concurso público o por designación directa? En Madrid, tanto en Comunidad como Ayuntamiento, la mayoría absoluta del PP está dejándose notar en estos nombramientos que se hacen por designación directa, es decir que los responsables políticos que los nombran asumen toda la responsabilidad. Esperamos atentos.
En el Ministerio de Cultura andan de cambios y recambios y este observador no encuentra una línea clara, solamente declaraciones de su actual titular que no hacen otra cosa que abundar en lugares comunes, en deseos, con una sospecha perenne: ¿van a convertir en Agencia el INAEM? ¿Van a realizar un estudio profundo de este instituto para que sea útil y operativo en estos tiempos o seguiremos con esta situación tan absurda? Ni un gramo de optimismo. Seguramente iremos a peor.
Según la tradición pre redes sociales, a partir de hoy, el personal, en general, solamente piensa en los langostinos, mira tutoriales para preparar mesas decoradas de manera navideña, los turrones y alguna estrategia para los niños y niñas, si existen en la familia, para entretenerlos.
En este sentido, la oferta de entretenimiento para la infancia es agobiante, alienante, desconcertante, multicultural, pero con tendencia a la imitación anglosajona y sin una mínima intención de seducir a adolescentes y jóvenes. Siguen sonando villancicos y toda una escala de obras con excesiva carga religiosa.
Lo malo, si breve, mejor.
