Libertad artística y souvenir
Menos mal que, de vez en cuando, puedo ir al teatro a encontrarme con la libertad. Sí, con esa premisa tan necesaria, edificada sobre el oficio y la vocación, para alcanzar la dimensión inefable de arte. Sin libertad me resulta difícil concebir que pueda existir la obra de arte.
Hay, quizás, muchos tipos de libertad y todos ellos, paradójicamente, dependen de circunstancias determinadas. Algunas circunstancias, como el dinero, son peligrosas, porque te pueden quitar lo que aparentemente te dan. Tienes “mucho dinero” para hacer un espectáculo y acabas por caer en lo ya conocido, en lo ya sabido, en lo ya visto, en el cliché de una belleza prefabricada y etiquetada.
Aquí, me quiero referir a un tipo de libertad: la creativa. Aquella que implica hacer lo que quieres o, sino sabes lo que quieres, por lo menos, no hacer lo que no quieres.
A veces es más importante saber lo que no quieres que saber lo que quieres. Desde mi punto de vista, sin duda. Porque si sabes lo que quieres ya vas a ir a por ello utilizando el camino más corto y eso va a evitar que te puedas encontrar sorpresas o que puedas descubrir algo. Sin embargo, si partes de saber lo que no quieres, entonces el proceso de creación se va a convertir, sí o sí, en un proceso de investigación, de búsqueda, de apertura, de disponibilidad y escucha. Circunstancias estas que, según mi opinión y también desde la experiencia, colaboran en la dimensión artística de la obra. ¡Ojo! No en la fama ni en el éxito. Que nadie se lleve a engaño. Los espectáculos que cuelgan el cartel de agotadas las entradas no son, para nada, aunque por supuesto hay excepciones, los que tienen una dimensión artística superior.
A veces, para llegar a los teatros, a las salas de espectáculos, necesitas un producto vendible, envuelto en un buen marketing o llegar de la mano de una empresa de distribución que sepa meter cuchara en el escaso pastel. Si necesitas una subvención o una ayuda para la creación y la producción también necesitas una estructura empresarial que te permita entrar en los baremos de contratación etc. Podríamos decir que sin estas circunstancias casi da lo mismo que seas artista, que tengas un proyecto ilusionante, o que lleves tiempo con otras colegas en un proceso de creación en el que están apareciendo unos frutos dignos de ser compartidos. Las puertas de acceso al medio entre la obra y el público de artes escénicas están cerradas y todas las flores silvestres, que brotan por los márgenes del camino establecido, se quedan fuera. Esto hace que se pierdan experiencias artísticas perturbadoras y que podrían implicar una inflexión, necesaria, en el panorama.
Con esa inquietud, desde hace unos años, he propuesto en el seno de la Asociación de Escritoras/es en Lengua Gallega (AELG), desde su sección dedicada a los textos que se orientan hacia los escenarios, el Festival Pezas dun Teatro do Porvir Galiza + Portugal (Festival Piezas de un Teatro del Porvenir Galicia + Portugal), que es, en realidad, un encuentro de creadoras/es teatrales, que comparten un trozo de un proceso o de una pieza inacabada o recién hecha. Desde la quinta edición de 2022 contamos con la complicidad del director del Teatro Rosalía de Castro de A Coruña, Xosé Paulo Rodríguez. En 2023, además, también, del director del Teatro Municipal de Ponte de Lima (Portugal), Teatro Diogo Bernardes, Miguel Franco. Estas instituciones, a través del festival, ofrecen la posibilidad de estrenar alguna de las propuestas que se presentan y que son votadas, desde la sexta edición de 2023, por todas las personas que participan en el encuentro, más un jurado formado por la dirección de esos dos teatros municipales y por Célia Guido Mendes, responsable del Camões – Centro Cultural Portugués Vigo que, desde hace años, apoya este festival, y quien firma, como coordinador del encuentro, en representación de la AELG.
Pues bien, dada esta información, que nunca está de más, el viernes 26 de enero de 2024 se estrenó en el Teatro Rosalía de Castro de A Coruña el primer fruto, perteneciente a la cosecha del V Festival Pezas dun Teatro do Porvir Galiza+Portugal 2022: ‘Non é unha canción’ (‘No es una canción’) de María de las Llanderas y David Alonso, que se denominan como Souvenir Cía.
Bastantes meses después de aquella presentación de 15 minutos en el Pezas dun Teatro do Porvir 2022, el espectáculo conserva la frescura, una estética y un humor muy bizarros. Se trata de teatro posdramático bizarro, en el que, además, cuenta mucho la singularidad del clown de María y David. Una dramaturgia, como comentaba Xosé Paulo Rodríguez, hecha de “posts” como los de Instagram. Posts de postureo de turistas “low cost”, los de la clase trabajadora precarizada, cuyos alivios son, también, productos de consumo en forma de clichés que marcan nuestras vacaciones, nuestro ocio y una felicidad de postal, que ahora, más que de postal es de “post”. Escapadas que, en el fondo, no implican escapar de la cadena de consumo que nos ata y atenaza, sino apretar más esa cadena esclavizante, que nos ofrece, a cambio, una felicidad “selfie”, de postureo, un narcótico o un anestésico.
En ‘Non é unha canción’, María y David, se visten (se disfrazan) de turistas de sol y playa, podrían ser turistas de las luces de Navidad que estimulan el consumo, para el caso, patata. Con un espíritu lúdico juegan con sus cuerpos, sus posturas, sus poses y con los accesorios típicos de turisteo vacacional, desde la caricatura y la parodia. Entre las actividades más icónicas están la del “selfie”, la de la toalla y tumbarse al sol, la del resort con espectáculo “Tipical Spanish” para “guiris” e incluso una cabina telefónica extraordinaria, que parece salida de un show de magia de los noventa. La estética de los “guiris”, como los que se pueden ver en Benidorm o en esas ciudades que son parques temáticos del turismo vacacional, genera un circo, entre el absurdo y el expresionismo (quizás por la careta y la mueca desencajada, que, en el fondo, implica una inquietud existencial). Todo esto se traduce en un humor muy bizarro, que nos hace reír y sonreír, pero no de una manera complaciente porque, a medio camino, el gesto se nos tuerce.
Más allá de otros detalles, a mí, una de las cosas que más placer me produce, cuando voy al teatro, es sentir que los artistas son libres, que han hecho lo que les ha dado la gana. Esto, tal cual está el panorama teatral y no solo, me parece revolucionario. En Souvenir hacen lo que les da la gana y, muy importante, no es una paja mental, saben compartirlo con quienes acudimos a ese encuentro. ‘Non é unha canción’ no se ha ensayado y montado en un mes o en un par de meses. Se nota que viene de un proceso largo y libre de presiones mercantiles. Se nota que la obra, que puede gustar más o menos, que, como toda obra escénica, se puede pulir, es resultado de una decantación lenta y libre, en la que no se ha descuidado, tampoco, la relación con la espectadora y el espectador. La libertad en las artes escénicas es algo para compartir.
P.S. – Otros artículos relacionados:
“Calderón, Teatro do Porvir, Juan Navarro y Ensalle”, publicado el 20 de noviembre de 2023.
“Un festival de piezas en proceso”, publicado el 5 de diciembre de 2022.
“Sobre escrituras dramáticas. Festival Piezas de un Teatro del Porvenir”, publicado el 22 de noviembre de 2020
“Piezas de un teatro del porvenir”, publicado el 2 de diciembre de 2019.