‘María Milagros’, la mujer que convierte una cocina de Carabanchel en un palio de Semana Santa
La obra de Miluka Suriñach y Carlos Martín-Peñasco llega a la Sala Cero Teatro de Sevilla
Alumbrar Producciones, compañía teatral formada por Miluka Suriñach y Carlos Martín-Peñasco, llega con su segunda obra, ‘María Milagros‘, a Sala Cero Teatro (Calle Sol, 5) de Sevilla los días 28 y 29 de febrero (miércoles y jueves a las 20:30 horas). La obra es una procesión autobiográfica que reflexiona sobre la pérdida de la inocencia, la opresión masculina, las jaulas sociales y las complejidades de la maternidad.
«Esta obra es una dramedia, en la que como en la vida, igual que se ríe se llora. Parte de la biografía de Miluka, pero toca temas universales que conectan con los espectadores», explica Miluka Suriñach.
Tras la creación que dio nombre a la compañía, la pieza autobiográfica de teatro efímero ‘Alumbrar’ (2016), en la que Miluka Suriñach (embarazada de ocho meses en la vida real) llevaba al teatro los tabúes, las expectativas y las frustraciones en la búsqueda de un primer hijo, ahora presentan un segundo montaje que ahonda en las cárceles mentales y sociales que habitan abuelas, madres e hijas en universos dominados históricamente por figuras masculinas.
A partir de la imaginería de la Semana Santa, las vírgenes dolorosas y las raíces andaluzas de los creadores, ‘María Milagros‘ presenta una cocina dentro de un palio con Miluka Suriñach, una actriz a punto de cumplir cuarenta años que enfrenta una decisión cargada de simbolismo: cambiar su nombre de bautismo (María Milagros) por su nombre elegido (Miluka).
La protagonista se abre en canal para hablar sobre la pérdida de identidad después de ser madre, la herencia emocional de los linajes familiares y las situaciones inesperadas que implica la crianza, como la custodia compartida. A través de ella, la obra recibe la visita de figuras como La Virgen de la Macarena, Britney Spears o la propia bisabuela de Miluka, mujeres de distintas épocas y edades que, desde su palio particular, nos muestran sus soledades, sus penas y sus esperanzas. En palabras del director, Carlos Martín-Peñasco: «la obra parte de la expresión andaluza llorar como la Macarena, y a partir de ella hemos creado nuestra propia liturgia teatral, una procesión que, lejos de buscar la penitencia, es una celebración de la mujer».
