Paaaartieron
Para las fiestas de fin de año, inmediatamente pasada la medianoche del 31 de diciembre, incluso antes de terminar con la ronda obligada de abrazos, lo primero que hace un chileno típico, es mirar el calendario para saber con certeza los días feriados del año que comienza, y entre ellos, los más importante, por supuesto son el 18 y el 19 de septiembre, que es cuando en Chile, celebramos nuestra independencia de España.
Por lejos, es donde de capitán a paje, literalmente tiran la casa por la ventana, claro que poniendo la parrilla a recaudo para asar más carne de lo que un sistema digestivo puede soportar, acompañándola de mucho más alcohol de lo que un hígado puede procesar.
Es el desorden absoluto, y aunque la economía familiar esté agónica, la única forma de levantar al muerto, es con salud, la palabra que se repetirá hasta el infinito al chocar las copas, vasos de vidrio, o vasos desechables. No importará el contenedor y muchas veces tampoco el contenido. Con tal de que tenga alcohol; arriba, abajo, al centro y adentro. Si vino a chile y no toma vino, entonces a que vino. Por única vez en el año, el dinero no es problema; si se tiene se gasta y si no se tiene, alguien lo prestará.
Este viernes 13 recién pasado, día de mala suerte para algunos, empezó la suerte de este 18 con reuniones previas. En mi casa la parrilla ya se prendió y no se apaga más hasta el próximo día 22; una prueba de resistencia que con valentía tendré que afrontar junto a muchos amigos, que, como resultado final se traducirá en algunos kilos de más y escasez de antiácidos en las farmacias.
Temprano por la mañana llegó un mail a todos los de la oficina, de que a partir de mediodía, la jefatura auspiciará el festejo de las fiestas patrias en el parque.
La vida es dura, pero esta semana que comienza, será extrema… solo para valientes.
Parafraseando a nuestros héroes de la independencia; “Retroceder nunca, rendirse jamás”, “Pecho a las balas” y para adelante con todo.
Las armas de glorias pasadas, serán reemplazadas por cuchillo y tenedor, mientras que la pólvora será el carbón.
En la mayoría de los casos, simbólicamente la muerte de algunos inocentes sobre las parrillas, será el triunfo posterior por los cientos de internados en recintos asistenciales al borde del colapso con gastroenteritis e intoxicación alcohólica.
Lamentablemente tendremos que lamentar los daños colaterales de muertes humanas producto de inconscientes al volante que según ellos, borrachos conducen mejor. Suelen ser los victimarios y pocas veces las víctimas.
Sea como sea, a festejar que el mundo se va a acabar…
Son tan pocos los momentos felices de los que podemos disfrutar en estos tiempos de irreflexión, alarma constante difundida por los medios de comunicación masivos, fake news de acabo de mundo, delincuencia manipulada para que el ciudadano de a pie viva en constante estado defensivo por el miedo inculcado a diario, desconfianza del prójimo solo por ser un oro, que se deben aprovechar todas las instancias posible. Más ahora que en estas fechas se abren las puertas del gallinero y el desorden será el orden imperante.
A festejar con todo, pero antes, a pasar las llaves.
¡Viva Chile mierda!