La obra sobre el mediático caso se representará del 1 al 6 de octubre
La Dramática Errante llega al Teatro Romea de Barcelona del 1 al 6 de octubre con ‘Altsasu‘, una obra escrita y dirigida por María Goiricelaya y protagonizada por Nagore González, Egoitz Sánchez, Aitor Borobia y Ane Pikaza,
Durante la presentación del montaje, Josep Maria Pou, director artístico del teatro barcelonés, ha afirmado que se siente especialmente ilusionado de recibir a una compañía como La Dramática Errante por varios motivos. En primer lugar, por la novedad que supone su participación en la programación del teatro: «Para muchos de ellos –explica Pou– es la primera vez que vienen al teatro más emblemático de Cataluña, la ‘catedral del teatro’, como dicen algunos. El Romea es un teatro fantástico con una relación escenario-público muy especial; y su público tiene un gran olfato. Es así como el Romea ha creado un sello indiscutible de garantía.»
Además, se trata de una compañía con la que el propio Pou trabajó hace cuatro años en la obra ‘Erresuma / Kingdom / Reino’ (Tragedias históricas de William Shakespeare) bajo la dirección de Calixto Bieito en el Teatro Arriaga de Bilbao, con posterior estreno en Madrid en Naves del Español-Matadero; una experiencia que el director califica de «enriquecedora y fantástica».
También destaca que ‘Altsasu’ es un montaje inserto dentro de lo que se llama teatro documental. El texto fue creado a partir de la convocatoria del proyecto Cicatrizar, una propuesta internacional de creación dramatúrgica dirigida por José Sanchis Sinisterra y Carlos José Reyes, y desarrollada en el Nuevo Teatro Fronterizo. María Goiricelaya eligió, como tema, el «caso Altsasu».
La dramaturga y directora del espectáculo comparte que es un auténtico placer pisar, por primera vez, el escenario del Romea con una obra tan importante para la compañía. De hecho, ‘Altsasu’ fue el primer espectáculo de La Dramática Errante, una compañía que comenzó en 2017 y se constituyó oficialmente en 2021. La directora confirma que el texto se inspira en propuestas como ‘Jauría‘ de Jordi Casanovas y Miguel del Arco, mencionada previamente por Josep Maria Pou.
Hablando sobre el proceso de creación, Goiricelaya explica: «Nos hemos lanzado con una propuesta escénicamente sencilla pero muy eficaz, confiando, sobre todo, en un potentísimo trabajo interpretativo sobre el escenario. Hablamos de cuatro actores saltando en el tiempo y el espacio, interpretando veinte personajes cada uno, que van encarnando cada uno de los hechos decisivos que conforman el caso. Nuestra primera premisa se basaba en exponer los hechos y, a partir de ahí, ver si se podía modificar la percepción del público, hasta qué punto podíamos generar empatía. Los eventos ponen a prueba nuestros valores y opiniones. Y de eso se trata. Hay cosas que se dicen en la obra que a mí me incomodan profundamente. También la han visto familiares de las personas implicadas, pero para ellos es difícil porque es un hecho muy reciente. Eso sí, cuando un partido pide la cancelación de una obra, y más sin haberla visto, significa que la obra es necesaria.»
Ane Pikaza, intérprete del espectáculo y cofundadora de la compañía La Dramática Errante, explica que no sabían cuál sería la reacción al abordar un tema tan potente. «Comenzamos en el Teatro Arriaga y, rápidamente, el espectáculo empezó a encontrar su camino. Este año haremos 80 funciones, contando ferias, festivales y actuaciones internacionales en Colombia y Montevideo. También es un placer estar de nuevo en Barcelona. Ya habíamos estado programados durante el Grec Festival de Barcelona en el Teatre Lliure y hemos hecho gira por varias localidades. El público de Cataluña nos causa un profundo impacto, ¡cómo llenáis los teatros! Esperamos que aquí, en el Romea, sea igual».
Pikaza también subraya lo difícil que fue aproximarse a un montaje como este: «Fue muy complicado para nosotras. María había escrito un texto sin siquiera saber si llegaría a los escenarios. Hay personas relacionadas con el caso que la vieron en el estreno, otras han venido después, y algunas nunca la verán; y eso también está bien, porque es una obra que habla de posturas irreconciliables. Vinieron las madres de Altsasu y, algunas de ellas nos encomendaron la tarea de seguir contando la historia, de poner sobre la mesa algo que sigue siendo un conflicto. Es muy importante que mantengamos en la memoria aquello que nos forma como sociedad».
Nagore González, actriz del espectáculo, ha compartido que uno de los mayores retos es interpretar personajes polarizados: «Encarnamos personajes que están en los dos extremos del conflicto. Es curioso cuando el público se siente interpelado, porque les digo una cosa desde un personaje y, un momento después, les digo lo contrario desde otro. Principalmente, es una obra que habla del perdón.»
Aitor Borobia, otro de los miembros del reparto, añade que, en Cataluña, hay una comprensión más profunda del conflicto. «Hemos notado que el público está más implicado con este tipo de discurso porque aquí también existe un componente político importante. En Vitoria, un partido político pidió que se cancelara el espectáculo y eso hizo que tuviéramos un público más entregado. Participar en esta obra me ha permitido ser mejor persona, porque uno llega con su ideología y, al final, tienes que entender el dolor de todos, escuchando el relato de todos los personajes.»
Los hechos
En la madrugada del 15 de octubre de 2016, se produce, a las puertas del bar Koxka, en el pueblo de Altsasu (Navarra), un altercado en el que se vieron implicados varios vecinos del pueblo, dos agentes de la Guardia Civil y las parejas de estos. El resultado fue de dos detenidos y un tobillo, el del teniente, fracturado. En menos de 24 horas, Altsasu se convierte en un plató de televisión y el caso en un asunto de Estado. El giro de este episodio se produce cuando el Colectivo de Víctimas del Terrorismo en el País Vasco denuncia los hechos ante la Audiencia Nacional, a pesar de que la investigación del caso ya seguía su curso en los juzgados de Navarra. Esta organización introduce la acusación de terrorismo, y el operativo policial contra ocho jóvenes se inicia el 14 de noviembre.
En la vista oral, que comienza el 16 de abril de 2018, se llega con peticiones fiscales de entre 62 y 12 años de prisión. El juicio es seguido con expectación por lo que puede significar en relación con la restricción de libertades, el abuso del término «terrorismo» y la vulneración del derecho a un juicio justo. El caso, lleno de puntos oscuros, constituye uno de los procesos judiciales más desconcertantes de los últimos tiempos.
«Aunque Altsasu es una aproximación rigurosa y honesta al mediático caso, estamos ante una obra de ficción y, como tal, ha requerido un trabajo de adaptación al género dramático. Aun así, se han incorporado fielmente a la trama transcripciones de algunos de los testimonios del juicio, así como recortes de prensa, medios de comunicación y contenidos de redes sociales.»
