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Hendiduras por las que se cuelan algunas piezas de un teatro del porvenir

Qué sucede cuando alguien, un grupo, está haciendo una obra teatral y no tiene una infraestructura empresarial detrás?

Me pregunto ¿si un “sistema teatral” o, directamente, si las artes escénicas pierden algo cuando alguien tiene algo que ofrecer, pero no tiene las condiciones que “el mercado” requiere para llegar a las salas y al público?

Otra forma de formular esta pregunta: ¿necesitan las artes escénicas las propuestas singulares de lo que puede suceder en los márgenes, respecto de lo que consigue llegar al público, a través de las ayudas y subvenciones?

¿Qué pasa con los artistas emergentes (independientemente de la edad y la discriminación por edad, que no siempre tienen que tener veinte años), o los artistas no emergentes, que tienen una obra en proceso o recién terminada, pero que no tienen la infraestructura ni cumplen con los parámetros establecidos por las convocatorias oficiales de ayudas a la producción, etc.?

Esta es una cuestión que movilizó a la Asociación de Escritoras y Escritores en Lengua Gallega (AELG) y a su sección dedicada a las textualidades para los escenarios teatrales para organizar, desde hace siete años, el FESTIVAL PEZAS DUN TEATRO DO PORVIR: GALIZA + PORTUGAL. Ofrecer la posibilidad de un espacio de confianza y complicidad para presentar aquellas propuestas escénicas que, quizás, no cumplen con los parámetros estandarizados o no cuentan con la infraestructura empresarial necesaria para competir por las ayudas públicas o ingresar a la red de salas. La AELG lo viene haciendo desde la quinta edición de PEZAS DUN TEATRO DO PORVIR 2022, gracias a la colaboración del director artístico del Teatro Rosalía de Castro (TRC) de A Coruña, Xosé Paulo Rodríguez.

De las siete propuestas escénicas presentadas, cuatro gallegas y tres portuguesas, gracias al patrocinio del Ayuntamiento y la Diputación de A Coruña, CEDRO y Camões – Centro Cultural Português (CCP) de Vigo, una de ellas resulta elegida con el voto de los siete equipos artísticos participantes y un jurado compuesto por Célia Guido Mendes, responsable del CCP en Vigo, Xosé Paulo Rodríguez, director del TRC, yo como coordinador del festival y miembro de la Junta Directiva de la AELG, más la personalidad invitada a dar una Masterclass dentro del festival, que en esta séptima edición de 2024 fue el dramaturgo, investigador, docente y exdirector de la Mostra Internacional de Teatro de Ribadavia, Roberto Pascual.

La Masterclass de Roberto Pascual versó y profundizó en el ascenso de las ultraderechas y cuáles son los mecanismos con los que “afectan e infectan” a la sociedad con ideologías lesivas para la justicia y los derechos humanos. Pascual hizo un análisis certero de la situación y también de las consecuencias que tiene respecto a los escenarios.

La otra cuestión que justifica el esfuerzo de la AELG para realizar este festival, es generar un espacio de confianza y complicidad. Para que las personas que están creando sus piezas no tengan que hacerlo en soledad. Para que puedan conocer a otras personas que están en circunstancias similares, para compartir esos proyectos y esos procesos. Al fin y al cabo, ni el teatro, ni la danza, ni el circo pueden ser hechos por una sola persona o alguien aislado, son artes eminentemente colaborativas, centradas en compartir.

Por ello, en la inauguración del VII Festival Pezas dun Teatro do Porvir 2024: Galiza + Portugal, que se celebró el domingo 27 de octubre en el Teatro Rosalía de Castro da Coruña, señalábamos que lo importante no era llenar el teatro de gente, la cantidad, sino la calidad, en el sentido no elitista de valorar a esa minoría que acude a este encuentro íntimo, en el que se comparten procesos y propuestas de creación escénica. Un espacio íntimo, delicado, de complicidad, necesario, y al que asisten amantes de las artes escénicas y personas afines a los grupos y artistas que participan. Es importante valorar espacios como este, donde el foco no está en los resultados, sino en los procesos artísticos. De hecho, la puerta del teatro estaba abierta y hubo gente del público que se acercó a ver algunas de las propuestas, por la mañana o por la tarde, y alguna gente que estuvo todo el día.

Otra cuestión importante que justifica este festival sui generis es la de estrechar puentes con la cultura portuguesa, hermana de la gallega, y con lo que están cocinando las personas que se dedican a la dramaturgia en Portugal, dentro del llamado Eje Atlántico Peninsular. Un diálogo que resulta muy enriquecedor.

LAS SIETE PIEZAS DE UN TEATRO DEL FUTURO

Las siete propuestas seleccionadas, que se presentaron en el VII Festival Pezas dun Teatro do Porvir 2024: Galicia + Portugal, fueron 4 de Galicia:

‘A Velha Berimbau’ de Sol Mariño (Sol Rivas López). Un solo en el que mezcla la narración oral, con un texto sobre una vieja hechicera que bailaba tan mal que llamaba la atención, con movimiento y danza, usando la Capoeira, y con la música de un «berimbau» artesanal.
‘En carne viva’ de Andrea González García con un espectáculo sobre la cuestión transgénero, en el que la danza y el movimiento juegan un papel fundamental, interpretado por un grupo de cinco jóvenes.

‘Némese en tránsito’ de Paula Sanmartin Juncal. Un solo en el que la propia actriz y creadora aparece como un personaje alegórico, una sirena que, envuelta en las olas del mar, invoca y evoca desde la filosofía y la conciencia medioambiental.
‘Ninguén tira fotos nos enterros’ de Carlota Mosquera. Un solo que juega con la autoficción, la comedia y la participación directa del público, para formular la pregunta: ¿por qué alejamos a los niños de la realidad de la muerte?
Las tres propuestas portuguesas fueron:
‘Carta à mãe’ de Luís Campião. Un solo en el que el dramaturgo y actor, sin personaje ni ficción aparente, nos lee la carta que redactó a partir de otra, que le dio un excompañero que pasó muchos años en prisión por abusos sexuales a menores. Un texto que nos sitúa ante el pensamiento del monstruo.

Por Favor Não Mexer / Por Favor Não Tocar’ de Nuna (Felice Nanete dos Santos da Cruz). Un solo en el que la actriz asume el papel de activista y nos plantea cuestiones de justicia, como el racismo y el colonialismo. Lo hace desde la memoria histórica de personas racializadas como negras y en el contexto de un imaginario museo/zoo, en el que nos guía a través de los objetos allí expuestos. También ofrece un cuestionamiento respecto de lo que, según la época y la cultura, consideramos arte.

‘Uma história’ de Isabel Milhanas Machado. Un diálogo en el que dos personajes, quizás un par de actores, sitúan en nuestro imaginario lo que hizo ella, un personaje ausente. Algo aparentemente atroz, pero que, sin embargo, suscita muchas reflexiones, dudas y asombro.

VOTACIÓN POR LA PROPUESTA ESCÉNICA CON POSIBILIDADES PARA SER ESTRENADA COMO ESPECTÁCULO EN UNO DE LOS ESPACIOS TEATRALES DE A CORUÑA

Sobre cada una de estas siete propuestas, de las que se presentaron 15 minutos de cada una, hubo un tiempo complementario de otros 15 minutos, en los que se discutieron y compartieron impresiones. Al final, la votación de las personas que participaron con las 7 propuestas eligió:

n 1º lugar, con mayor número de votos: Ninguén tira fotos nos enterros de Carlota Mosquera y En carne viva de Andrea González García.

En 2º lugar: Por Favor Não Mexer / Por Favor Não Tocar de Nuna.

En 3º lugar: Carta à mãe de Luís Campião.

En 4º lugar: A Velha Berimbau de Sol Mariño (Sol Rivas López).

En 5º lugar: Uma história de Isabel Milhanas Machado.

Por su parte, la votación del jurado, compuesto por Célia Mendes, Xosé Paulo Rodríguez, Roberto Pascual y yo mismo, fue:

En 1º lugar: Ninguén tira fotos nos enterros de Carlota Mosquera.

En 2º lugar: Por Favor Não Mexer / Por Favor Não Tocar de Nuna.

En 3º lugar: En carne viva de Andrea González García y Uma história de Isabel Milhanas Machado.

En 4º lugar: Carta à mãe de Luís Campião.

La propuesta elegida para estrenar en uno de los teatros municipales de A Coruña, de entre las siete presentadas, fue ‘Ninguén tira fotos nos enterros’ de Carlota Mosquera. Un solo en clave de comedia, con participación directa del público de forma divertida y no invasiva, sobre la muerte, vista a través de los ojos de una niña de once años. Una pieza de humor que plantea la pregunta de por qué alejamos a las niñas y los niños de un hecho tan natural e importante en la vida como es la muerte de un ser querido. Una pieza que reúne, en un mismo relato, la celebración de una boda y la de un funeral, desde la perspectiva, recuperada en la autoficción, de aquella niña de once años que fue la propia Carlota. Además, introduce en la dramaturgia el teatro en vivo y el teatro fotográfico, desde la sensibilidad de la disciplina artística de la fotografía, en la que también se mueve esta creadora escénica.


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