Acumulación y olvido
Las sensaciones se mezclan con las emociones; las opiniones con los discursos del neo egotismo. Las miradas de los cansados de escuchar y los ojos ilusionados de los recién llegados que esperan en cada intervención una luz, aunque sea de neón. En la agenda se acumulan hitos, hechos, debates, conferencias, estrenos y dada la limitación física y mental de este cura, empieza a producirse un reflejo angustioso de que incomprensiblemente no se ha referenciado algo que consideramos importante. Se trata de un pecado venial: el olvido. Si es algo que sucede de manera imperceptible, involuntaria, por imposibilidad simple tiene una repercusión pequeña, si se trata de un secreto acto de omisión activa, la cosa debe estudiarse en otro ámbito.
Lo único cierto y evidente es que estamos en plena temporada de festivales, premios, presentaciones, encuentros y este cuerpo empieza a sentirse al límite. Pero vamos a intentar reflejar someramente lo que hemos ido viviendo en primera persona. Y es que dentro del V Encuentro Internacional sobre Teoría y Práctica de las Artes Escénicas TTT (Territorios Teatrales Transitables) organizado por Residui Teatro se celebraban los 60 años del Odin Teatret, pero además coincidía con el ochenta y ocho cumpleaños de su fundador, Eugenio Barba justo el día de su inauguración. Hace un año, en Sevilla, celebramos su cumpleaños anterior. Hablamos más de una docena de personas de nuestra relación con Barba y fuimos componiendo una suerte de relato de lo que ha influido la obra, los libros, la actitud, sus charlas y conferencias para ir conformando una forma no dogmática de afrontar la creación teatral, siempre con una o dos ideas básicas que probablemente en algunas ocasiones se fusionan: tercer teatro y teatro de grupo. Y de alguna manera todas las actividades, talleres, comunicaciones, experiencias de estos días han pivotado sobre estas ideas con un añadido que le dotaba de otro campo de debate: el teatro comunitario.
Lo más importante de estos encuentros es ir testando el clima, la confluencia de históricos dirigentes de un teatro no comercializado de repercusión e influencia territorial imposible de calibrar como Patricia Ariza, de “La Candelaria” que además lleva en su currículum el ser exministra de cultura de Colombia; Miguel Rubio, fundador y director del grupo peruano “Yuyachkani”; Ricardo Iniesta fundador y director del grupo sevillano “Atalaya”, Horacio Czertok, un argentino al frente del italiano “Teatro Nucleo”; Alesandr Rigoletti y Caterina Scotti de “Teatro Trascabile de Bergamo”; Pino di Buduo del italiano “Teatro Potlach”; Tor Arne Ursin del noruego “Granland fritteater”, junto a ellos Eugenio Barba y Julia Varley del Odin y Gregorio Amicuzzi y Viviana Bovino de “Residui”.
Este es el plantel de comunicantes, talleristas, guías, maestros, pero lo realmente impresionante es ver a los asistentes, personas llegadas de muchos puntos geográficos, bolivianos, brasileños, argentinos, alemanes, madrileños, catalanes, turolenses, etcétera, es decir una convocatoria internacional realmente constatable que para alguien que lleva cientos de estos encuentros no deja de llamar la atención descubrir que existe una invisible correa de transmisión, un encadenado de sueños artísticos que buscan luces diferentes para poder seguir o empezar su camino. Algo que hay que señalar en positivo, porque resulta que estas posibilidades escapan de lo oficial, de lo predominante, pero, a la vez, son algunas de las circunstancias que rompen el status quo más convencional. Quizás parte de esta persistencia resida en lo escrito, en la cantidad de libros escritos por muchos de los participantes, sobre todo Eugenio Barba.
Paralelamente durante varios días se celebró el Salón Internacional del Libro Teatral SILT también en Madrid, en el Teatro Valle Inclán, una cita anual que organiza la Asociación de Autores y Autoras de Teatro AAT, que reúne a las editoriales institucionales y privadas más importantes para presentar novedades, para visualizar la realidad. No pude participar directamente demasiado tiempo, pero este Salón ha sido históricamente una parte fundamental de nuestro crecimiento hace décadas como editorial. Fuimos partícipes de aquellos primeros años itinerantes, Sevilla, Salamanca, Cáceres, diferentes locales de Madrid, hasta que parece se ha estabilizado en el Valle Inclán madrileño.
Hoy, en nuestro stand, nos vemos rodeados por nuevas y viejas editoriales que han crecido en lo referente a la edición de la literatura dramática contemporánea. El pensamiento, la teoría y la práctica, va en aumento, pero en un grado diferente. No es hoy el día para mencionar los agujeros negros existentes, simplemente aplaudir que se haga, sus consecuencias lo veremos en breve, el futuro está enturbiado, la incertidumbre vuelve a estar demasiado presente en la cotidianeidad de los profesionales. Contenemos la respiración y buscamos maneras de acomodarnos a los nuevos hábitos de lectura.