María Yáñez, La bella Dorita murió en Barcelona a la edad de 100 años. La artista almeriense renovó la revista en los años veinte y fue considerada la «última reina del Paralelo», mítica calle barcelonesa donde se concentraron los teatros y cabarets durante la primera parte del siglo XX, convirtiéndola en una avenida dedicada al ocio y el entretenimiento. María Yáñez nació en Cuevas de Almanzora (Almería) pero emigró a los trece años a Barcelona con toda su familia. Empezó a trabajar de tanguista en un cabaret del Paralelo. En su primera actuación como vedtte, se le cayó el salto de cama y quedó completamente desnuda en el escenario. Comenzaba así la leyenda de una mujer que se transformó en estrella y símbolo de una época.
Ella misma reconocía su arte en la picardía y el doble sentido. Nunca le faltaron en el camerino ni las flores ni las joyas. Su nombre brilló con grandes luces durante años como la figura dle mítico local del Paralelo barcelonés, El Molino. Se retiró en la década de los setenta con Historias del Paralelo.
Al cumplir en febrero los cien años, recibió un homenaje de la ciudad, y acudió con todo su glamour y mantenindo la mitología sobre su figura ya que apareció con una cadena de oro por cada año cumplido. Lo celebró tomando langosta y una docena de ostras y La Bella Dorita confesó no haberse enamorado nunca.
