Mario Gas debuta en el Teatro Real con ‘Madama Butterfly’
El director de escena Mario Gas debutará el próximo sábado día 27 de abril en el Teatro Real con ‘Madama Butterfly’, de Puccini, una nueva producción del coliseo madrileño que Gas dijo haber abordado desde el respeto a la estructura interior de esta ópera pero utilizando una «alternativa imaginativa». El responsable escénico de este espectáculo añadió que, a pesar de haber realizado siempre propuestas de repertorio operístico, lo que verdaderamente le gustaría es montar ópera contemporánea». Mario Gas explicó en un encuentro con los medios de comunicación que echa de menos, especialmente en España, la incorporación de óperas nuevas. «Habría que potenciar más la ópera actual sin perder de vista lo clásico porque de lo contrario, rozaremos continuamente el término ‘museístico'», alegó. Lo bueno de la ópera contemporánea, en su opinión, es que de entrada no te vicias ya que puedes escapar de la obligación de tener que modificar o cambiar algo para ser más moderno.
El director de escena ha trasladado la acción de la popular obra de Puccini a finales de los años 30, una decisión que ha tomado conjuntamente con el escenógrafo Ezio Frigerio. Desde esta premisa, la obra («que en absoluto es monumentalista») adquiere una dimensión cinematográfica que Gas ha expuesto en su visión de un Hollywood del blanco y negro al color.
Mario Gas señaló que ésta ha sido su contribución personal a lo que considera una «manera atractiva escénicamente» de presentar ‘Madama Butterfly’ conservando la potencia emotiva, dramática y sensorial de la música. No es la primera vez que aborda esta ópera pues ya lo hizo en 1982 para el Festival Grec aunque el tiempo y la concepción requerida entonces nada tienen que ver con el proyecto que le solicitó el Teatro Real.
Entre las limitaciones que ha tenido Mario Gas en este trabajo escénico se encuentra el factor tiempo. El director explicó que ha trabajado a gusto aunque «algo apretado y aprovechando todas las horas».
Respecto a su trabajo con los cantantes el entendimiento ha sido absoluto, si bien matizó que en la ópera la mayor parte de los artistas trabajan pensando más en la música que en la interpretación.
En su opinión, sin embargo, cada vez más los cantantes líricos son conscientes de que, además de cantar, es esencial interpretar. En cualquier caso, Gas es partidario del diálogo con ellos y no le gusta imponer «situaciones antinaturales» aunque considera que para realizar un buen trabajo escénico «habría que ensayar mucho más».
Respecto a Puccini, el director de escena señaló que le parece uno de los músicos que más hizo avanzar el concepto global de la ópera y calificó sus composiciones de «potentes y bastante modernas en sus concepciones».
En los diez últimos años Mario Gas no ha parado de trabajar enlazando un proyecto teatral con otro cinematográfico u operístico, como es este caso. A pesar de ello declaró no considerarse adicto al trabajo y afirmó que tiene intención de dejar de dirigir durante unos meses para «reflexionar y cargar baterías», si bien confesó que dirigir es para él como respirar y que se siente afortunado de poder hacer algo que le gusta y en lo que cree.
Respecto al público de ópera, Gas está convencido de que la mayoría va al teatro para escuchar música y oír a los cantantes y que sólo una minoría acude con la intención de disfrutar de un espectáculo total. Asumió como «gajes del oficio» que su trabajo pueda no convencer al espectador y lamentó que muchas veces se exija la perfección de un CD cuando se asiste a una representación operística «porque se pierde la noción de lo que realmente pasa en escena».
Debutar en el coliseo madrileño no le impone especialmente como tampoco cualquier otro gran teatro de ópera. «Una vez que entras y comienzas los ensayos acabas por sentirte como en tu propia casa. Lo importante es que los responsables del teatro y sus trabajadores sean competentes. Intento que no me condicione en absoluto el entorno en el que trabajo», aseveró.