El Festival Internacional de la Oralidad 2002 entra en su recta final
El Festival Internacional de la Oralidad, que este año cumple su décimo segunda edición, se encuentra en su recta final. Comenzó el pasado día diez de abril en Alicante, ha pasado por Elche –ciudad donde nació– y también por Touluose, Valencia y Jaca. Ahora en mayo visitará Elorrio, Amorebieta, Agurain, y Mungia, lugares donde recibe la denominación de Munduko Kontu Kontariak, Barcelona, donde se llama Des de la Paraula, Vila-Real y Castellón. El Festival Internacional de la Oralidad, que cumple en el año 2002 su duodécima edición, tiene el objetivo general de ensamblar y mostrar distintas disciplinas en las que la palabra, dicha para un público interlocutor, sea la protagonista absoluta. Se trata de recuperar de una manera amplia la palabra en el contexto social de la comunicación.
El objetivo particular es el de comunicar entre sí las distintas manifestaciones de la oralidad de las comunidades autónomas y de la oralidad internacional. Se han mostrado variados aspectos de la oralidad internacional: troveros, regueifeiros, rondaillaires, charlatanes, griots, juglares… presentando formas de expresión oral como manifestación externa del cruce de culturas, de nuestra diversidad pluri-racial. El Festival Internacional de la Oralidad 2002 se va a celebrar en diferentes ciudades y pueblos del Estado español, como Elche, Barcelona, Valencia, Castellón , Alicante… y en Euskal Herria Elorrio, Amorebieta, Agurain y Mungia.
La inclusión en los festivales de participantes que pertenecen al mundo del teatro no es nada inocente. Se trata de acercarnos a una oralidad o a una forma de teatro que tiene muy en cuenta el elemento épico, narrativo, sin olvidar formas como las de las tradiciones orales, o las que se puedan desprender del conocimiento antropológico, siempre con una carga teatral evidente.
Nuevos idiomas y nuevos géneros en esta edición del Festival, en un intento constante de ampliación para mostrar la gran riqueza de la expresión oral. La palabra, utilizada para la comunicación directa, en sus múltiples manifestaciones; para dejarnos sorprender por la improvisación más espontanea, por un trabajo elaborado tras muchas sesiones de ensayo o por la más ancestral tradición oral, entre otras muchas posibilidades.
Y siempre presentando ese carácter espectacular, escénico, entendiendo la oralidad como una forma alternativa de teatro, que en algunos países es la única y, en otros, una de sus formas primigenias más auténticas.