El Chivato

Caravana de Payasos por la Paz en Palestina

LA ESPERANZA PALESTINA VIAJA A HOMBROS DE UNA COMETA Desde que empezó esta segunda entifada, la invasión militar impidió a la vida palestina desde ir al trabajo, asistir al cine hasta simplemente comprar comida, todo lo relativo a una vida normal se ha vuelto un lujo y a veces un imposible, dependientes tan solo del antojo de las fuerzas de ocupación que combaten con tanques a una población armada de razón y de piedras. Pero lo que los militares no consiguen estirpar de este pueblo valeroso son las ganas de reír y de hablar, eso lo hemos podido constatar durante nuestro viaje, sorprendiéndonos cada día ante la capacidad que tiene la gente palestina para hacer bromas incluso sobre los bombardeos, o de los Check points, pero sobre todo lo que más nos conmueve es la respuesta de alegría y de ilusión que demuestran los niños y niñas, capaces de reír durante toda la actuación y luego cantar canciones sobre el conflicto.
Ramllah, al igual que cientos de pueblos palestinos se engalanan de unas aves multicolor que simbolizan un claro mensaje para Sharon, este mensaje está escrito por miles de infantiles y dice: no nos rendiremos, con los colores de la bandera palestina o con dibujos árabes de los futuros luchadores por la independencia, construyen durante semanas sus cometas, que se convierten en una nave, en un puente que transitar cara un futuro mejor.
Los niños de la entifada también necesitan ganar, y soñar con nuevos mundos, volar por encima de los helicópteros y las alambradas, y dialogar entre ellos aunque los tanques no les dejen bajar a la calle. Por eso, durante esa época de conflicto y desgracia, los miembros palestinos burlan el toque de queda y hacen de una costumbre popular acotada originalmente al mes de abril, la arma más efectiva que las bombas y la de seguir proyectadno la esperanza, y la ilusión de la vida de la libertad.
El viento guía a estas cometas cara el cielo, ojalá que la lógica y los valores humanitarios guien a la comunidad internacional hacia el final de un conflicto sanguinoliento e injusto.
Desde Gaza, y desde hoy un palestino más, Ivan Prado.
LA NOCHE DEL BOMBARDEO DEL 6 DE AGOSTO
PALESTINA, CON SU PALABRA VENCERÁ
Eran prácticamente las diez de la noche, nosotros estábamos recordando la impresionate actuación que habíamos hecho en el campamento de refugiados de Khan Younis, la zona con mayor densidad de población de todo el mundo.Ese día, la organización local que nos ofrece cobertura La Media Luna Roja estaban de alerta máxima, y nos invitaron a beber algo, aunque ya esperaban más que un probable ataque nocturno y los ánimos estaban alborotados, el ambiente tenso, pero que ellos combatían con buenas dosis de humor.
Poco antes de que llegaran los tres conductores de la ambulancia, la gente de la Media luna roja empezaron a marchar, no le dimos importancia, pero de repente una periodista francesa, Anne, apareció con el semblante serio y nos indicó en una especie de nuevo idioma, el español-francés-inglés que desalojáramos inmediatamente el edifico.
Enseguida supimos porqué, un inmenso ruído de elicópteros, posiblemente apache, indudablemente israelí, invadió todo el cielo y las correspondientes almas. Bajamos las escaleras de los cinco pisos corriendo, para encontrarnos un verdadero caos organizado. Toda la gente de la Media luna roja estaba organizada alrededor de los tres edificos que componen el complejo médico social, que casualmente se encuentra parejo a la central de policía de la autoridad palestina en la ciudad de Gaza.
Enseguida aparecieron nuestros amigos montando en la ambulancia, el estruendo seguía encima, la verdad es que cuando sientes todo ese poder militar encima, cuando no sabes que va a pasar, y ni siquiera puedes ver a la bestia agazapada en la noche, el terror es lo primero que sientes, pero cuando comienzas a ver el color azul de los misiles sobrevolando un punto cerca de la ciudad el sentimiento de rabia supera el miedo de no saber donde caerá el próximo.
Tres fueron los disparos, un edificio desmantelado, tres heridos graves, dos leves, media ciudad en alerta, la paz nuevamente burlada por los amigos del poder y la destrucción. El lunes en Gaza no solamente hubo víctimas palestinas, toda la comunidad civil internacional fué atacada con la impunidad del terror de estado.
Fueron solamente tres los disparos, pero sobre todo media hora de pánico generalizado, de incertidumbre y de miedo social por no saber que iba a pasar. Nosotros estábamos allí para vivirlo, pero el pueblo palestino lo vive todos los días por estar allí, por estar en un territorio que ambiciona un estado militarizado y poderoso.
De camino a cama, después de ver como regresaban las ambulancias con los heridos dentro, recordábamos la actuación de la mañana en el campo de refugiados de Yabilia, en la frontera con West Bank, cuando los ñiños/as, para mitigar el estruendo de las explosiones que se sucedieron justo después de nuestro show, comenzaron a aplaudir y a cantar, una clara muestra de valor de este pueblo que vive en las peores condiciones de vida que os podáis imaginar.
MARTES, 6 DE AGOSTO DE 2002
INTERVENCIÓN EN YABILIA
PALESTINA, CON SU PALABRA VENCERÁ
Llegamos con media hora de retraso a Yabilia, una comunidad con amplia población de refugiados, gracias a nuestro fortachón de la Caravana, el sueco Jöns Pappila que desmontó la puerta de la ambulancia para que pudiéramos irnos, la verdad es que está fuerte, pero la puerta estaba para desguace. En este país hasta los burros son un medio de transporte imprescindible, nada se desperdicia. En fin llegamos a Yabilia.
Como siempre, una colmena de niños/as nos esperaban, esta vez en un patio de colegio que contaba con un pequeño escenario de cemento, el mejor lugar para nosotros: público cerca y con suficiente espacio. Empezamos a prepararlo todo con la inestimable ayuda del personal del campamento de Paz, que se deshacían en esfuerzos para ayudarnos, cuando ya estábamos en el almacén que hacía de camerino cambiándonos, empezaron los bombardeos.
La respuesta de los niños/as no se hizo esperar, comenzaron a tocar las palmas y a cantar al unísono, no se trataba de una respuesta nerviosa ni precipitada, no era toda una demostración de poder, solamente el poder que tienen doscientos niños/as combatiendo a los morteros israelitas que estaban destrozando cualquier parte de su pueblo.
Nosotros estábamos impresionados viendo la imagen de un buen número de chavales con más orgullo y valentía que jamás habíamos podido imaginar, entonces comprendimos que teníamos que estar en medio de este conflicto, no era solo para divertir a unos niños que tienen más derecho que nadie de poder ser infantiles y divertirse durante una hora, tampoco era solamente para demostrarles que no estaban solos ante este genocidio, estábamos con ellos compartiendo este momento, para al volver, contarle al mundo el esfuerzo verdadero y pleno que el pueblo palestino está haciendo para que pueda existir una paz justa y verdadera en Oriente próximo.
Acabamos la actuación, y como siempre, todos los niños querían abrazarnos y saludarnos, pero además, esta vez tenía preparado un espectáculo de danzas tradicionales palestinas para agasajarnos, lo que ellos/as no sabían era que el mejor regalo fuera su demostración de fortaleza como comunidad.
Seguiremos informando .
Para ampliar información o contactar directamente con los miembros de la caravana podéis poneros en contacto con el Gabinete de prensa del Festiclow. Persona de contacto. Verónica Reñones. Telf: 649 28 10 64


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