El próximo viernes 21 de marzo se estrenará en el Teatro López de Ayala de Badajoz, ‘Tejas verdes’ de Fermín Cabal, un espectáculo-monólogo de Aran Dramática en coproducción con el CEDRAMA de la Consejería de Cultura, de la Junta de Extremadura, que trata sobre los horrores cometidos durante el régimen pinochetista. El 11 de septiembre del 2003 hará treinta años desde que Augusto Pinochet derrocara a Salvador Allende e instaurara en Chile un régimen basado en una feroz represión y la violación sistemática de los derechos humanos.
Tejas Verdes (nombre de un campo de concentración y centro de torturas) es un monólogo escrito por Fermín Cabal, siguiendo una propuesta del director de Aran Dramática Eugenio Amaya, basado en documentos y testimonios reales de ese trágico episodio histórico que conmocionó al mundo y del que todavía palpitan sus consecuencias: el juicio a Pinochet, la impunidad de muchos torturadores, procedimientos judiciales inacabados y desaparecidos sin aparecer.
María Luisa Borruel, protagonista de «Agripina», gran éxito del pasado Festival de Mérida, encarna a cuatro personajes (desaparecida, doctora, sepulturera y abogada) a través de los cuales recrea con sobriedad y crudeza la atmósfera de horror, crueldad, y pragmatismo deshumanizado que implantó el golpe militar y cuyos ecos nos hacen interrogarnos una vez más sobre la naturaleza humana y su capacidad de hace el mal.
Documentos sonoros e imágenes de la época, cedidas por el realizador chileno afincado en Canadá Patricio Henríquez, realzan la puesta en escena y contribuyen a situar la obra en su contexto histórico y emocional.
Tejas Verdes es un homenaje a los desaparecidos chilenos y es, también, un vehículo de reflexión en torno al tema de la violación de los derechos humanos que, desgraciadamente, no pierde actualidad y sobre el cual no está de más apelar a la complicidad del público y propiciar su capacidad de conmoverse, informarse y actuar.
El espectáculo es, también, un recordatorio de las desafortunadas prácticas de injerencia política y desestabilización económica de un país soberano llevadas a la práctica por Estados Unidos en la década de los sesenta-setenta en Iberoamérica, tema hoy de candente actualidad debido a la crisis iraquí. Así como ahora promulgamos un “no a la guerra”, entonces habría que haber dicho “no a la intervención en Chile”.
