El Orfeón Donostiarra cantará con Abbado en el Festival de Lucerna
El Orfeón Donostiarra participará en la 65 edición del festival suizo de Lucerna con dos conciertos que se celebrarán los próximos días 19 y 20 y que serán dirigidos por Claudio Abbado al frente de la orquesta del certamen creada y seleccionada por el propio Abbado. Las dos formaciones musicales interpretarán la Sinfonía nº 2 «Resurrección» de Mahler, la misma obra que sirvió para entablar el primer contacto artístico entre el Orfeón y el Maestro italiano en el Auditorio Nacional de Madrid en 1997. Esta salida internacional, la más importante del año para el coro, significa la vuelta a uno de los certámenes musicales más reputados de Europa que el Orfeón conoció en 1964, durante la etapa de Juan Gorostidi. Entonces participó con un concierto que fue dirigido por Rafael Frühbeck de Burgos en el que intervino la Orquesta Suiza del Festival con un amplio programa que incluía Carmina Burana de Carl Orff y El sombrero de tres picos de Falla.
Entre grandes orquestas
Esta edición, que dará comienzo el día 14 y se prolongará hasta el 20 de septiembre, será inaugurada con un concierto de gala a cargo de la nueva orquesta de festival, recientemente reorganizada por Claudio Abbado tras diez años de inactividad, que interpretará bajo su batuta un programa compuesto por obras de Debussy y Wagner. La primera semana de este festival -que está considerado como uno de los que reúne mayor número de orquestas- se dedicará a esta nueva formación musical con un programa que ofrece tres conciertos sinfónicos y una selección escogida de música de Cámara.
El programa de esta edición incluye treinta conciertos sinfónicos a cargo de 16 grandes orquestas. Bajo el lema «Ich» (yo) se realizará un recorrido por la música del Renacimiento hasta el presente. Además de la citada Orquesta del Festival, intervendrá la Filarmónica de Berlín con su titular Sir Simon Rattle que sustituyó a Claudio Abbado. También acudirán al certamen las sinfónicas de Chicago, Pittsburgh y las filarmónicas de Viena e Israel, entre otras.
El director del festival Michael Haefliger recordó durante la presentación del certamen realizada en Madrid el 26 de junio que en esta edición se ha encargado a catorce compositores nuevas obras y que no sólo apuesta por las grandes orquestas y los solistas reputados, sino que cumple con el compromiso adquirido con los jóvenes creadores y con la música contemporánea.
< Abbado, la energía inagotable
El pasado mes de mayo el director italiano (Milán, 1933) dirigió sus últimos conciertos antes de abandonar el cargo de director titular de la Filarmónica de Berlín que ocupaba desde 1989. Era el momento idóneo para realizar el sueño de cualquier director: crear una orquesta seleccionando personalmente a sus miembros. Su trayectoria profesional le permitía llamar a los mejores músicos del mundo procedentes de orquestas sinfónicas, de Cámara y cuartetos de cuerda para formar a su gusto la actual orquesta del festival de Lucerna.
El Orfeón ha tenido el privilegio de ser elegido por el Maestro para interpretar la Sinfonía nº 2 de Mahler en uno de los primeros conciertos de esta orquesta recién creada que servirá para retomar la fructífera relación artística que se inició en Madrid en 1997 precisamente con esta misma obra.
Abbado ha sido para el Orfeón uno de los valedores internacionales de los últimos años. Bajo su batuta, con la Filarmónica de Berlín, protagonizó dos conciertos navideños en 1997, los denominados Silvesterkonzerts que se celebran en la sede de la orquesta alemana al finalizar cada año. La larga enfermedad que le tuvo retirado durante un tiempo no le impidió seguir manteniendo el contacto con el coro. En enero de 2001, una vez recuperada su salud, el Maestro volvió a contar con el Donostiarra para dos de los conciertos más importantes de la orquesta en el denominado año verdiano que tuvieron lugar de nuevo en la misma sede de la Filarmónica de Berlín, en los que se interpretó el Requiem de Verdi. El Orfeón compartió escenario con otros dos coros profesionales: el de la Radio Sueca y el Coro de Cámara Eric Ericson y el CD que se grabó durante estos dos conciertos fue nominado a los Premios Grammy en la modalidad de mejor disco de música coral en la última edición.
Una sinfonía y 112 versiones editadas
La Sinfonía nº 2, que Mahler tardó seis años en componerla, fue interpretada por primera vez de forma íntegra por la Filarmónica de Berlín con coro y solistas el 13 de diciembre de 1895 en la capital alemana. Desde 1924 se han grabado 112 versiones de ella. Claudio Abbado la tiene registrada tres veces con formaciones musicales diferentes: la primera en 1976 con la Chicago Symphony Orchestra y el coro de la misma orquesta; la segunda en 1985 con la European Community Youth Orchestra y el coro Wiener Jeunesse y la tercera en 1992 con la Filarmónica de Viena y el coro Arnold Schönberg. Batutas como la de Leonard Bernstein, Zubin Mehta, Lorin Maazel, Jesús López Cobos, entre otras, han editado esta sinfonía que tardó varios años en ser reconocida como la obra más representativa de Mahler.
El primero de sus cinco movimientos, compuesto en 1888, tuvo durante algunos años una existencia independiente bajo el título de «Todtenfeier» (ceremonia fúnebre) como poema sinfónico. El verano de 1892 Mahler acabó el segundo, tercero y cuarto movimiento pero aún le quedaba el final, que él quería fuera apoteósico. Para imprimirle más grandiosidad incorporó la parte coral, al igual que Beethoven en su Novena Sinfonía. La ceremonia fúnebre dedicada al director Hans von Bülow, que se celebró en febrero de 1894 le inspiró la conclusión del Juicio Final y la Resurrección cantada por un coro que representa los santos y bienaventurados.
La intervención del coro, aunque breve, requiere dominar los pianísimos, los crescendos y los fortes, algo a lo que el Orfeón está habituado y que los 120 cantores que se desplazarán a Lucerna tendrán ocasión de demostrar.