Pedro Almodovar galardonado con el Premio Villa de Madrid-Benito Pérez Galdós
El jurado del Premio Villa de Madrid de Proyección Internacional de la Ciudad de Madrid “Benito Pérez Galdós”, presidido por Carmen Alborch y compuesto por Rosina Gómez-Baeza, Marisa Paredes, Emilio Sagi y Antón Patiño, decidió otorgar, por unanimidad, el premio en la edición de 2003 a Pedro Almodóvar, que hizo de Madrid su microcosmos creativo y la convirtió en una ciudad universal. La fuerte individualidad de su cine, enraizado en la tradición literaria, plástica y musical de Madrid, ha otorgado a dicha ciudad una imagen y una dimensión nueva de gran impacto en todo el mundo. El premio está dotado con 9.000 €. Pedro Almodóvar (Calzada de Calatrava, Ciudad Real, 1951) vivió la movida madrileña como escritor, actor teatral y músico, aunque su mayor prioridad fue siempre hacer cine. Desde su debut con Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón hasta su último éxito, Hable con ella, Almodóvar se ha ido labrando un prestigio internacional con su particular estilo que ha sido reconocido incluso con un par de Oscars.
Interesado por el séptimo arte desde pequeño, Pedro Almodóvar se lanzó a conseguir su sueño de hacer cine a los 16 años, cuando se trasladó a Madrid con la intención de estudiar y labrarse una carrera. Durante años trabajó en diferentes empleos y ahorró dinero suficiente para comprarse una cámara de súper ocho: con ella empezó a rodar sus primeros cortos, que le sirvieron de aprendizaje como cineasta. En aquellos tiempos, Almodóvar alternaba sus inicios en el cine con otras actividades artísticas: escritor (guiones de cómic, colaboraciones en periódicos y revistas underground, novelas), actor teatral (formó parte del grupo Los Goliardos, donde conoció a Carmen Maura), músico (creó un grupo de punk-glam-rock junto a McNamara)…
Incluso escribió por encargo una fotonovela para la revista El Víbora, que más tarde serviría como base para su primer largometraje: Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón (1980). Pese a la falta de medios con que se rodó, el innovador estilo del cineasta causó sensación y convirtió el film en película de culto.
Dos años después llegó Laberinto de pasiones, que fue muy bien acogido por el público y le convirtió en un referente del cine español. Con su quinto film, Matador, Almodóvar empezó a darse a conocer en el extranjero. Pero fue la comedia Mujeres al borde de un ataque de nervios (1987) la que le dio la fama definitiva: además de batir récords de taquilla, recibió varios premios nacionales e internacionales y fue nominada al Oscar al mejor film extranjero.
El director manchego pasó a ser una de las figuras imprescindibles del cine español, y sus obras posteriores recibieron una excelente acogida por parte del público, como demostraron los buenos resultados de Átame o Tacones lejanos.
Aunque el gran momento de Almodóvar estaba por llegar. En 1999, Todo sobre mi madre alcanzó un éxito sin precedentes, se hizo con infinidad de premios y obtuvo el Oscar al mejor film de habla no inglesa. Algo similar ocurrió en 2002 con Hable con ella, que también logró varios premios internacionales y le valió al cineasta otro Oscar, esta vez al mejor guión original, y una nominación al mejor director.