El Chivato

El Bergidum acoge la obra Antífona del Otoño en el Valle del Bierzo

El poemario Antífona del otoño en el valle del Bierzo, del villafranquino Juan Carlos Mestre, obtuvo en 1985 el prestigioso premio Adonais, convirtiéndose en una obra de referencia de la joven poesía española del momento. La obra, agotada años atrás, ha sido reeditada este año por el sello editorial Calambur acompañada de una grabación en la que, sobre la voz del propio autor, han colaborado un puñado de músicos que han logrado el milagro de poner sonido a la palabra. El próximo 10 de enero esta obra se interpretará por vez primera en directo sobre las tablas del Teatro Bergidum de Ponferrada, con la presencia de Juan Carlos Mestre (voz), Amancio Prada (voz, guitarra y zanfoña), Luis Delgado (teclados y percusión), Cuco Pérez (acordeón), Pedro Sarmiento (piano) y Rafael Domínguez (violonchelo). Juan Carlos Mestre, poeta y artista visual nacido en Villafranca del Bierzo, publica en 1982 su primer libro, Siete poemas escritos junto a la lluvia, al que seguirán, en l983, La visita de Safo y Antífona del Otoño en el Valle del Bierzo, una mirada de melancólica belleza sobre la comarca berciana y uno de los poemarios más interesantes de la poesía española del último cuarto de siglo.
En l987, durante su estancia de varios años en Chile, publica Las páginas del fuego y, ya de regreso a España, La poesía ha caído en desgracia, libro por el que se le otorga en l992 el premio Jaime Gil de Biedma. Como artista visual ha expuesto su obra gráfica y pictórica en galerías de Europa, EE. UU. y América Latina, así como editado numerosos libros de artista en colaboración con otros artistas y poetas como José María Parreño, Amancio Prada o Rafael Pérez Estrada Con La tumba de Keats, editado por Hiperión y escrito durante su estancia en Italia como becario de la Academia de España en Roma, obtuvo el Premio Jaén de poesía 1999, año en el que se le concede una Mención de Honor en el Premio Nacional de Grabado de la Calcografía Nacional, semejante distinción que obtiene en la VII Bienal Internacional de Grabado Caixanova 2002.
Las estrellas para quien las trabaja, su publicación más reciente, apareció en la colección Cuadernos de la Borrachería (Zamora, 2001). Sobre Mestre dejó escrito el poeta malagueño Rafael Pérez Estrada: “Domador de constelaciones, Mestre linda con el eco y las nubes. Coleccionista de atardeceres, su casa es un aleph de sucesos amables. Una casa habitada por una rosa tímida, una luna diurna y aves como palabras. Los domingos, saca de su pañuelo -un nido de canicas- un río que es como un tren eléctrico dando vueltas y más vueltas por ese aleph que es la casa de Juan Carlos Mestre. También hay un arco iris, y un tigre devorador de lirios, y un sacapuntas pacifista, y una licuadora de metáforas, y una ventana que cambia a cada instante de paisaje, y una ballena bonsai, y la lluvia ascendente, y unas paralelas enamoradas, y un biombo que cuando lo despliegas es el Bierzo, y la sombra de oro de una pantera, y la voz aún no pronunciada, y el perfil sin frente, y un sueño dentro de otro sueño, y el insumiso de la Anábasis, y una caja de adjetivos de colores, y un plumier de verbos niños, y Alejandra levitadora. Juan Carlos Mestre es vecino de un caballo de bronce que baila como la cabra loca de los gitanos cuando él se lo ordena. Oh, Mestre, pintor de cámara de unicornios y arcángeles, paisajista del infinito movimiento. En la carpa de la ingravidez, el circo de las líneas diseña el principio de todos los amaneceres. Oh, Mestre, grabador del mar, herrero del viento, funambulista de emociones, valedor de lo imposible. Juan Carlos Mestre es poeta, un poeta que tiene gestos de grabador, dinámica de grabador, peces voladores de grabador, palomas submarinas de grabador, auroras boreales de grabador, un cocodrilo esmeralda de grabador. El sueño del grabador, y el corazón al aire”.


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