La creación con toque femenino se consolida con fuerza, según los datos que arrojan las estadísticas de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE). En un gremio durante siglos copado por el género masculino, la autoría con nombre de mujer empieza a ocupar una parcela aún minoritaria, pero creciente. El año pasado se dieron de alta un total de 864 nuevas autoras, sobre un total de 4.650 incorporaciones. La proporción se sitúa así en el 18,6%. Este porcentaje se ha mantenido con escasas variaciones a lo largo de las últimas temporadas. Así, en 2002, de los 5.260 nuevos socios registrados en la entidad, casi un millar (996) fueron mujeres, lo que equivale a un 18,9% del total. Del mismo modo, en 2001 fueron 921 las mujeres registradas de entre los 4.600 nuevos socios (un 20,02%), mientras que en 2000 fueron 852 mujeres socias de 4.000 nuevos autores registrados (un 21,3% de autoras).
Durante siglos, el predominio de los hombres en el mundo de la creación ha sido casi absoluto. No en pocas ocasiones, las mujeres utilizaban pseudónimos con nombre de varón para poder desarrollar su faceta creadora: George Sand o Fernán Caballero (Cecilia Böhl de Faber), por citar dos famosos ejemplos. Esa constante se ha mantenido hasta épocas muy recientes.
Así lo verifican las propias hojas de inscripción de la SGAE, donde ni siquiera se contemplaba la diferenciación de sexos. Esta dinámica se mantuvo invariable hasta bien entrados los años 70. A partir de aquellos años, cuando la irrupción de la mujer en el mundo de la creación comenzó a ser una realidad, la SGAE adaptó su documentación para incluir la distinción hombre-mujer en los registros de la entidad.
En la actualidad, del total de 77.000 socios de la SGAE, casi 7.000 tienen nombre de mujer. De hecho, la Sociedad cuenta con una presidente mujer desde 2001, por primera vez en sus ya 105 años de historia: la dramaturga y actriz Ana Diosdado. Además, la actual Junta Directiva cuenta entre sus consejeros con varias mujeres creadoras: Cristina Hoyos, Soledad Giménez, Rosa León, Marina Rossell y las editoras Isabel Milhaud, María Teresa Alfonso e Inmaculada Monge. Asimismo, de los casi 500 empleados que tiene la entidad, el 43% son mujeres frente a un 57% de hombres.
