El próximo 23 de febrero en el barcelonés L’Antic Teatre darán comienzo los actos previstos para la celebración, a lo largo de 2005, del Año Joan Simó. Algo que no sorprende, salvo porque es la primera vez que en la trayectoria de la Humanidad se ha decidido celebrar el año de alguien vivo. Por fin en la trayectoria de la Humanidad se ha decidido celebrar el año de alguien vivo. En el año Simó que se presentará el día 23 de febrero en L’Antic, se harán un montón de actos simbólicos para intentar transformar la Humanidad. Sin embargo, los organizadores esperan «que no ocurra como cada año donde una serie de enjambres de fracasados escogen a su antojo celebrar la ausencia de un maestro desaparecido con la inteción de manipular su legado a través del lucro para después sentirse creativos buscando la foto perfecta con la sonrisa puesta posando delante del eslogan que recuerda al difunto genio».
Así, todo el mundo podrá conocer para qué sirve y para qué existe Joan Simó, así como gozar de las generosidades de este artista que empezó como autodidacta hace 15 años con «Limosna abstracta», una obra representada más de 200 veces y en la que en escena hay un mendigo que pide. Al no ganar suficiente se corta su pierna que es una pata de jamón y se la come.
