La compañía bilbaína Fábrica de Teatro Imaginario estrenará este fin de semana en el Teatro Barakaldo la obra «Au revoir triunfadores», una incursión en el humor absurdo para hablar de lo difícil que es ser coherente. Después de experiencias como Yuri Sam o Ritos, con el ánimo de evitar que se generalizase el convencimiento de que sólo se dedican a crear espectáculos basados en la antropología teatral y de un carácter espiritual o místico, la Fábrica de Teatro Imaginario se ha propuesto volver a la carga, sólo que esta vez con una obra de humor absurdo, Au revoir triunfadores, cuyo subtítulo define el espectáculo como una “comedia triste de los tiempos modernos”.
Escrita al alimón por Jon Gerediaga y Na Gomes a partir de una propuesta del director Ander Lipus de “trabajar sobre el tipo de comedia que más nos ha marcado, como Ubú rey de Jarry o Esperando a Godot de Becket”, la obra recogiendo la idea de El rinoceronte de Ionesco sobre la dualidad entre la aceptación de los tiempos modernos, lo que conlleva convertirse en hipopótamo, ese animal lento, pesado aprovechador y pagado de sí mismo que decía el chileno Vicente Huidobro, u optar por ser un verdadero poeta y evadir el peligro de traicionarse con la firme determinación de acabar con su vida antes de la temible metamorfosis. Esta última, “la de no aceptar una constitución europea, por ejemplo” tal y como bromea el director, es la decisión que toman los estrambóticos personajes de Au revoir triunfadores, el Nihilista, Madame Faneca y el Hombre Bala, por lo que se encaminan a la desembocadura de los cuatro ríos, el abismo perfecto para el suicidio, graciosamente llamado Bluesborough Southampton Mc Intyre Madison Bridge, también conocido como el Puente del Muerto.
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