El Chivato

Nuria Espert galardonada con el Premio Terenci Moix a las Artes Escénicas

Hoy se entregarán los Premios Terenci Moix de Artes Escénicas, Literatura y Cinematografía, que en su primera edición han recaído en Nuria Espert, Julie Christie, José Luis Sampedro, mientras que «Orígenes» de Amín Maalouf ha sido elegido Libro del año. Hoy, 23 de abril, se realizará un acto solemne de entrega de los diferentes premios en el Saló de Cent del Ajuntament de Barcelona, a las 17 h. Estarán presentes los miembros del jurado, los premiados (excepto Julie Christie) y diversas autoridades, entre las que destaca el alcalde de Barcelona, Joan Clos, y el President de la Generalitat, Pasqual Maragall.
Allí se hará entrega de estos cuatro galardones, al reconocimiento de una trayectoria en Artes Escénicas, al de una Trayectoria cinematográfica, al Libro del Año y a una Trayectoria literaria. Estos premios tienen la retribución de un euro (atrapado en el estuche de una pluma Montegrappa) y una escultura envuelta en una litografía, obra de Frederic Amat.
Los PREMIOS INTERNACIONALES TERENCI MOIX nacen para galardonar anualmente a dos escritores de cualquier nacionalidad que, escribiendo sus obras en cualquiera de nuestras lenguas o habiendo sido traducidos al castellano, catalán, gallego o euskera, hayan trascendido por sus valores intelectuales y literarios, transmitiendo desde ellos un claro mensaje humanístico, de ilustración, de respeto a la raíz de las culturas, de recuperación de la memoria colectiva, de espejo social, de atención y de respeto hacia el ser humano.
Basándose en estos principios, un tercer galardón premiará la trayectoria profesional de un destacado miembro de las Artes Cinematográficas.
El cuarto galardón premiará la trayectoria de una vida profesional dedicada a las Artes Escénicas.
Estos Premios llevan el nombre del escritor y cinéfilo Ramon Terenci Moix porque tienen la ambición de mantener en vela su recuerdo y aventar la memoria de quien nació y fue vecino de El Raval hasta los últimos días de su vida. Ramon Terenci Moix murió siendo el escritor de mayor proyección popular que ha dado la Cataluña abierta, plural y generosa, y quizá también quien mejor supo contarnos desde sus primeras novelas y en sus memorias, los latidos de este ombligo cálido de Barcelona, ceñido a su propia y emocionante identidad.
Sobre todo, estos premios quieren rendir homenaje a un hombre de gran cultura literaria y cinematográfica. A un escritor prolífico que fue querido por sus lectores, a un hombre de sedimento autodidacta que supo fundir el arte clásico con la contracultura. A un ser atormentado y heterodoxo, que hizo del presente vanguardia a veces y otras esperpento, y del pasado más lejano una metáfora de nuestros días. A un narrador total, con los ojos siempre abiertos a lo que le rodeaba. A alguien que quiso y supo ser libre. Y que nos enseñó a luchar por serlo.
Estos Premios reciben el apoyo de la Fundació Tot Raval porque arrancan del corazón de ese barrio barcelonés, conocido sin eufemismos desde siempre como el Barrio Chino. El Raval es la médula de esta iniciativa por su ejemplo de convivencia entre sus diversas razas, lenguas y culturas.
El Raval era ya barrio mestizo desde mucho antes de servir como refugio a la inmigración de las últimas décadas. Esta nueva savia, como la que antes fue llegando de nuestras propias provincias, acabará dándonos mucho más de lo que nuestra sociedad está ahora dispuesta a ofrecerles.
El Raval es un barrio bastardo y valiente, catalán y apátrida, olvidado por los centros del poder cultural, económico y político. Ha sido repudiado, desde que sus calles eran aún más oscuras, por una sociedad burguesa e hipócrita que, sin embargo, ve dónde desarrollar su insaciable especulación inmobiliaria, mientras una tergiversación folclórica y colorista confunde su verdadera y compleja realidad. La Fundació Tot Raval se ha convertido en un emblema de la defensa del barrio contra quienes lo utilizan y siguen permitiendo y alentando su degradación. Su presidenta Rosa Gil, como propietaria de Casa Leopoldo, acoge las dos reuniones anuales de los miembros del jurado de estos premios.
Los miembros del jurado de estos Premios lo son a título individual, por derecho propio y por sus cualidades, tanto profesionales como personales, sin que se haya tenido en cuenta para solicitar su participación otra cosa que su clara posición ante la cultura y su compromiso social. La presencia de este grupo de personas, sus opiniones y propuestas, el peso de su prestigio y de sus conocimientos, será lo que dé solidez a esta iniciativa.
Estos Premios pretenden demostrar que lo más importante de un galardón literario es la composición de su jurado y su capacidad de reconocer sin cortapisas la pura valentía de escribir, de crear, en los difíciles tiempos que corren para ello, más allá de intereses políticos, estéticos y comerciales.
Estos Premios proclaman que es posible reivindicar lo diferente, que es factible el reconocimiento de valores exclusivamente literarios y humanísticos en un autor o en una obra, sin depender de los juegos de la mercadotecnia, virus desde el que hoy se pretende inducir la cultura y con el que se mercantiliza sus consecuencias en nuestra sociedad.
Los miembros del jurado tomarán sus decisiones desde una transparente independencia, sólo por lo que son y por lo que representan: un grupo de intelectuales, escritores, catedráticos, profesores, traductores, editores independientes; periodistas y libreros de pura cepa. Todos subrayarán, con su trabajo en armonía y sin prejuicios, que el valor de un premio literario radica en su honestidad, que no es otra que la de su jurado. Cuanto más numeroso, más certero. Cuanto más radical, menos coartado.


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