El Chivato

El dramaturgo Harold Pinter, Premio Nobel de Literatura 2005

El londinense Harold Pinter, de 75 años, es el nuevo Premio Nobel de Literatura. La Academia Sueca distingue así el trabajo de uno de los principales dramaturgos del siglo XX por sus “obras, que irrumpen en los espacios cerrados de la opresión” y devuelven al género teatral su dignidad literaria. Perteneciente a la llamada generación de Jóvenes Airados británicos de los sesenta, calificó a Tony Blair como “criminal de guerra” por su postura a favor de la guerra de Irak.
Con la concesión del Nobel de Literatura, la Academia Sueca cierra el ciclo de premios correspondientes al año 2005, dotados con 1,1 millones de euros, y entregados el 10 de diciembre en recuerdo al aniversario de la muerte de su fundador, Alfred Nobel.
El Nobel de Literatura sólo ha recaído en tres ocasiones en autores no europeos en los diez últimos años, con el triniteño Vidiadhar Surajprasad Naipaul, el sudafricano John Michael Coetzee y el chino Gao Xingyang. Por segunda vez consecutiva, un europeo consigue el galardón, tras recibirlo en 2004 la austriaca Elfriede Jelinek, una decisión controvertida que motivó la dimisión de uno de los miembros de la institución.
La lista de favoritos para 2005 estaba encabezada por los poetas Adonis, sirio nacionalizado libanés; el sueco Tomas Tanstroemer y el surcoreano Ko Un. Estos nombres estaban unidos, entre los posibles, al portugués Antonio Lobo Antunes, el checo Milan Kundera, la canadiense Margaret Atwood, el indonesio Pramoedya Anante Toer, el turco Orhan Pamuk, y los estadounidenses Joyce Carol Oates, John Updike, Philip Roth y Don de Lillo.
La decisión de otorgar el galardón a Harold Pinter ha sorprendido a críticos y observadores por no estar incluido como favorito en ninguna “quiniela”, al ser considerado más como un hombre de teatro que como un escritor en el sentido tradicional. En 1997 se dio un caso parecido al ser premiado el dramaturgo Darío Fo, más cerca del espectáculo que de la literatura ortodoxa. Un viejo airado
El dramaturgo inglés Harold Pinter ha obtenido el Premio Nobel de Literatura. Como acostumbra, nos pillan a casi todos con el pie cambiado. Intento recordar qué obras suyas he visto sobre un escenario. Recuerdo nítidamente una película, “El sirviente” con Dick Bogarde espléndido. Hay otras películas con guiones de Pinter. Otra que recuerdo, “El mensajero” con dirección de Losey… ¿Y los montajes teatrales? “Viejos tiempos”, pero cuándo, con quién. Se me ha olvidado. Hace tanto tiempo. Más cercano, apenas cinco años, estuvo el autor en Barcelona y allí, invitado por varias salas alternativas, se pudieron ver algunas de sus obras. Desgraciadamente no hay muchas más referencias.
Estamos ante uno de los grandes dramaturgos del siglo XX, parte importante de la generación de los jóvenes airados, y su obra podría calificarse de realista, como la de Osborne o Wesker, pero ha existido siempre una convención y hemos dado en situarla más cercana a Beckett o Ionesco. ¿Teatro del absurdo? Teatro político. Y un gran poeta. Un intelectual comprometido que ha escrito 29 obras para la escena, varios guiones radiofónicos y televisivos, y que hace muy poco decidió no escribir más teatro y dedicarse a la acción política.
Setenta y cinco años de un luchador que nos ha dejado una gran obra que esperemos que el Nobel ayude a verla sobre los escenarios. No va a ser fácil porque, de entrada, no hay casi textos publicados, solamente la magnífica editorial Hiru, en su número 44 nos proporciona cuatro textos breves traducidos por Carlos Fuentes. Y en catalán hay algunos más. La Editorial Losada editó algunos textos radiofónicos y televisivos. Con esto debemos hacernos una idea de la importancia de este lúcido viejo airado.
Carlos GIL


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