El Chivato

El Orfeón Donostiarra actuará en Caracas con Claudio Abbado

El Orfeón Donostiarra iniciará el año con una salida internacional a Caracas, ciudad en la que ofrecerá dos conciertos el próximo mes de enero bajo la dirección de Claudio Abbado junto a la Orquesta Simón Bolívar. El Teatro Teresa Carreño, el más importante de la capital venezolana, será el escenario en el que ambas formaciones musicales interpretarán los días 14 y 15 la Novena de Beethoven. El coro tiene previsto, además, otros dos conciertos en el mismo teatro con un repertorio basado en temas populares vascos y en una selección de canciones de los años 40 grabadas en su último CD titulado “Latino” que alcanzaron un gran éxito a ambos lados del Atlántico.
Ésta es la tercera vez que la agrupación coral actúa en el continente americano. La primera ocasión en que el Orfeón viajó a América fue en 1980. Estuvo en el Teatro Robin Hood Del West de Filadelfia con el Requiem de Verdi, de la mano de Rafael Frühbeck de Burgos con la Orquesta Philadelphia, y en el Ground del Capitolio de Washington con el mismo maestro y la National Symphony, donde interpretó “El sueño de una noche de verano” de Mendelssohn y “Carmina Burana” de Carl Orff. La segunda ocasión se produjo en 2003, año en el que el coro viajó a México, para actuar en la sala Nezahualcoyotl de la capital azteca y en el Festival de la ciudad de Morelia.

El apoyo de Abbado
El proyecto de Caracas se ha materializado gracias al expreso deseo de Claudio Abbado de contar con el Orfeón Donostiarra. Este llamamiento es el fruto de una relación artística que se estableció con el maestro italiano en 1997. Aquel 6 de octubre, el público que acudió al Auditorio Nacional de Madrid fue testigo de la magia que Abbado consiguió con la Sinfonía nº 2 de Mahler, el coro y la Filarmónica de Berlín. Tras aquel feliz encuentro, casi de “flechazo”, ese mismo año llamó al Orfeón para interpretar el Silvesterkontzert, concierto con el que la Filarmónica de Berlín celebra el fin de año. En enero de 2001, antes de abandonar la titularidad de esta orquesta, el maestro volvió a elegir al Donostiarra para interpretar dos de los conciertos más importantes que la Filarmónica había programado en el denominado año verdiano, que tuvieron lugar en su sede de Berlín, en los que se interpretó el Requiem de Verdi. El Orfeón compartió escenario con otros dos coros profesionales: el de la Radio Sueca y el Coro de Cámara Eric Ericson. El CD que se grabó durante estos dos conciertos fue nominado a los Premios Grammy en la modalidad de mejor disco de música coral.
La última ocasión en que Abbado ha dirigido al Orfeón fue en el Festival de Lucerna de 2003. Recuperado de una grave enfermedad que le mantuvo alejado de la música, Abbado se presentó de nuevo ante su público en Lucerna con una orquesta creada para el certamen suizo. Uno de los conciertos estrella de esta edición fue la Sinfonía nº 2 “Resurrección” de Mahler, una obra muy especial para él por haber sido la elegida en 1965 para su debut como director y una partitura que a los orfeonistas les traía muy gratos recuerdos por aquel primer encuentro de 1997.
El director italiano se ha distinguido desde siempre por apoyar a los músicos jóvenes, para quienes ha creado varias orquestas. En 1978 fundó la Community Youth Orchestra, tres años más tarde, la Chamber Orchestra of Europe y en el 1986, la Gustav Mahler Jugendorchester a partir de la cual se formó, en 1988, la Mahler Chamber Orchestra, residente en Ferrara. En 1992 creó en Berlín junto a Natalia Gutman, la Berliner Begegnungen, cita fija en la que los músicos expertos se reúnen con jóvenes compositores. Su proyecto más reciente es la Orquesta de Jóvenes Latinoamericanos, formada por 260 músicos de entre 16 y 24 años de edad que conforma la fase preparatoria de lo que será la Orquesta Sinfónica Juvenil Latinoamericana, en la que intervendrán 40 intérpretes.
Abbado ha conocido de cerca el Sistema Nacional de Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela, ha contactado con los responsables de la Sinfónica de la Juventud Venezolana Simón Bolívar y con su director, Gustavo Dudamel, y no ha dudado en implicarse en esta actividad de llevar la música a todos los sectores de la sociedad.

Un referente para Iberoamérica
La Orquesta Sinfónica de la Juventud Venezolana Simón Bolívar (OSSB) se ha convertido en un referente para la música de Latinoamérica por su personalidad y temperamento propios, por su repertorio ecléctico, por el alcance internacional conseguido en los últimos años y porque está a la cabeza de una compleja red de orquestas juveniles de Venezuela, modelo para otros muchos países. Su actual director musical, Gustavo Dudamel, ha incrementado los contactos internacionales que se iniciaron en la década de los 80 con maestros como Zubin Mehta, Mstislav Rostropóvich o Shunsaku Tsutsumi, entre otros. Figuras como el músico Sir Simon Rattle, actual director de la Filarmónica de Berlín, o el propio Claudio Abbado, han sido los mejores padrinos en Europa de esta joven formación que ha conocido éxitos en los mejores escenarios de América, Alemania, Japón, Salzburgo, Londres o Italia.
El punto fuerte de esta orquesta integrada por jóvenes son los compositores rusos –Prokófiev, Rimsky-Kórsakov, Shostakóvich y Tcaikowsky, especialmente– aunque también dominan el repertorio post-romántico –Mahler y Strauss– sin dejar de lado a los grandes clásicos como Mozart y Beethoven. Su fila más sólida, según el propio director artístico Alfredo Rugeles, es la cuerda y en ella destacan los primeros violines y cellos.
Esta orquesta es uno de los frutos del Sistema Nacional de Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela, creado por José Antonio Abreu en la segunda mitad del siglo XX -único en todo el continente americano- gracias al cual se ha conseguido crear una red de 20 centros de formación académica y estructuras técnicas y pedagógicas de apoyo y 220 orquestas y agrupaciones musicales. Este modelo ha logrado la inserción en la sociedad, mediante el desarrollo artístico y profesional, de cientos de venezolanos con problemas de abandono, pobreza, incapacidades y drogadicción. Otra iniciativa interesante nacida a partir de la iniciativa de Abreu es el Centro Académico de Luthería (CAL) abierto en Caracas con orientación técnico-artística, con el propósito de formar profesionales idóneos en la fabricación, mantenimiento y reparación de instrumentos sinfónicos y populares. En la actualidad trabajan en él una cincuentena de jóvenes.
En 2001 se estableció un patronazgo académico entre el Sistema de Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela y la Filarmónica de Berlín, a través del cual los jóvenes venezolanos se han beneficiado de numerosos seminarios impartidos por profesores de la orquesta alemana.
El modelo venezolano ha sido ejemplo para otros países, de tal forma que desde 1982, con el apoyo de la OEA se han creado y desarrollado sistemas inspirados en éste en: Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, Trinidad y Tobago, Perú, México, Jamaica, Nicaragua, Honduras, El Salvador, Puerto Rico, Panamá, Costa Rica, Uruguay, Barbados, República Dominicana, Guadalupe, Estados Unidos y Cuba. En 1995, la UNESCO designó al maestro José Antonio Abreu delegado especial de la Organización para el Desarrollo del Sistema Mundial de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles, misión que tiene como finalidad la promoción y difusión del modelo venezolano por todo el mundo.

Otras salidas internacionales
Además de esta salida a Venezuela, la programación del Orfeón para 2006 incluye otros conciertos internacionales, como los dos que ofrecerá en el mes de junio en el Festival Saint Denis de París –uno de los más importantes de Francia– donde interpretará la Sinfonía nº 2 de Mahler junto a la Orquesta Nacional de Francia. En mayo el coro estará en Toulouse para cantar los Salmos de Stravinsky con la Orquesta Nacional del Capitolio de Toulouse bajo la dirección de T. Shokiev.
Con el mismo director y la misma orquesta, aunque el programa está sin concretar, el coro volverá al Festival de Santander, al que fue incondicional durante muchos años. Otras citas veraniegas ineludibles son las programadas para la Quincena Musical, en la que ofrecerá el Requiem de Mozart en dos conciertos con la Orquesta de Cadaqués y la dirección de Marrimer, y la del Festival de Peralada. Bajo la batuta de Víctor Pablo Pérez y con la Sinfónica de Galicia se interpretarán cuatro conciertos en A Coruña: dos en el mes de marzo (A. Nevsky, de Prokofiev) y otros dos en abril (Misa en Fa de Bruckner).
Con el calendario aún sin cerrar del todo, se prevé que 2006 será un año de gran actividad, en el que no faltarán varias grabaciones: una se realizará en el mes de marzo con la Filarmónica de Bilbao, con la que se registrará “Campanades a morts”, el popular tema del cantautor Luis Llach.


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