El Centro Dramático Nacional estrena por primera vez en España «Cruel y tierno», un texto del dramaturgo británico Martin Crimp, que dirige Javier García Yagüe, estará del 27 de abril al 11 de junio en el Teatro Valle-Inclán de Madrid. La acción de «Cruel y tierno» se desarrolla en un país occidental, pero en un lugar indefinido, cerca de un aeropuerto, donde Amelia, la esposa de un general acusado de crímenes de guerra, espera noticias mientras se desarrolla, en un lugar lejano, una batalla que reduce a cenizas una ciudad entera.
A partir de «Las traquinias» -tragedia griega de Sófocles-, Martin Crimp (Dartford -Inglaterra,1956) escribió esta obra a propuesta del director de escena Luck Bundy -que luego lo llevó a las tablas-. «Es una obra extraña, porque el protagonista principal desaparece y luego aparece un segundo protagonista. Me fascinó el hecho de que la obra se dividiera en arquetipos de género: la primera parte es femenina y la segunda masculina», explicó.
«Quería escribir una obra sencilla, clara y emocionalmente caliente», agrega este dramaturgo, quien se refirió también al hecho de que la guerra sea como un telón de fondo constante: «Hay que recordar que en Gran Bretaña tenemos una posición privilegiada porque no ha habido guerra en el territorio en muchos años; pero está ahí».
Esta es la primera vez que se representa en España «Cruel y tierno», aunque la Sala Becket de Barcelona ha puesto en escena y otros de sus textos, recordó el autor, quien impartirá durante tres días un taller de dramaturgia en el Centro Dramático Nacional a 16 jóvenes autores españoles, aprovechando su estancia en Madrid. El director de escena, quien ha cambiado su concepto de los clásicos tras leer la obra y que afirma no tener respuestas a los interrogantes que plantea, cree que lo más interesante de «Cruel y tierno» es que habla de cómo «nos influye el horror y las guerras lejanas en nuestras vidas cotidianas, a través de la información de la televisión. Nuestra responsabilidad en esas cosas que parecen tan lejanas».
«Esa culpa y a la vez esa insensibilización» -necesaria para poder seguir con nuestras vidas- «me estaba señalando con el dedo», reconoció Javier García Yagüe, quien también destacó otras reflexiones del texto: la inmigración, los conflictos generacionales, el periodismo, las razones de Estado y el amor que destruye. La lectura de la obra produjo una conmoción en toda la compañía, formada por once actores -uno de ellos un niño-, porque «han pasado cientos de años desde la época de los griegos y seguimos repitiendo los mismos errores», y porque, además, «posibilita que nos sintamos útiles, porque ponemos palabras a los conflictos que nos rodean».
«Es el teatro como transformador de las personas, no como exhibicionismo de artistas», dijo Javier García Yagüe, director de la Sala Cuarta Pared y coautor de la exitosa «Trilogía de la Juventud». «Todos nos hemos involucrado desde un compromiso personal y hemos encontrado el sentido a nuestro trabajo de intérpretes» insistió Aitana Sánchez Gijón, quien interpreta a Amelia, una mujer encerrada en una burbuja por una decisión voluntaria y para evadirse de la realidad. Sin embargo, advierte: «ninguno de los personajes son víctimas ni verdugos; de ahí, lo cruel y lo tierno».
La actriz, que confesó «el desasosiego» que le produjo la lectura de «Cruel y tierno», subrayó el trabajo de grupo desarrollado con Javier García Yagüe, que «ha sido como la levadura de un pastel: ha crecido».
