El Obispado de Ciudad Real cuestiona su colaboración con el Festival de Almagro
El vicario general del Obispado de Ciudad Real, Miguel Esparza, aseguró que no descartan replantearse la colaboración que mantienen con la organización del Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro, al que ceden cada año el claustro del Convento de los Dominicos como espacio para algunas representaciones, debido a las discrepancias sobre los contenidos de algunas de las obras allí planteadas. En declaraciones a Europa Press, Esparza señaló que las discrepancias con la dirección del Festival se vienen manteniendo en los últimos cuatro años, dado el desacuerdo existente en los responsables de la Diócesis ciudadrealeña con los contenidos de las obras que se vienen montando en el claustro, considerados poco acordes con el lugar y lo que representa.
En este sentido, Esparza aseguró que el año pasado ya estuvieron a punto de romper la colaboración y agregó que la Iglesia ciudadrealeña no está actuando por «mojigatería» y que ha recibido numerosas «quejas» por lo que viene sucediendo por parte de personas «con criterio».
Para salvar la situación del año pasado, explicó Esparza, fue la propia dirección del Festival la que propuso firmar un acuerdo para que, de mutuo acuerdo entre ésta y el Obispado, se decidiera cuáles eran las obras que se iban a representar en el convento y el contenido de las mismas.
Este año, según especificó Esparza, le fue remitido a los organizadores del evento en febrero el documento para renovar el citado pacto, documento que fue devuelto por la organización a finales del pasado mes de mayo, con la programación ya hecha.
Con respecto a las dos espectáculos que han levantado la polémica de cara a la próxima edición del Festival, que se inaugura el 23 de junio que viene, Esparza indicó, en relación a los «Cuentos de Canterbury», de Geoffrey Chaucel, que correrá a cargo de la Royal Shakespeare Company, que se avisó a la dirección de que se quería conocer a fondo el montaje antes de dar el visto bueno definitivo. La obra, inspirada en cuentos del Siglo XIV, narra historias de peregrinos que hacen referencia a costumbres licenciosas de ciertos monjes.
En lo que se refiere al concierto de Carmen Linares, basado en el flamenco que se cantaba durante la II República Española, el vicario general confirmó que la negativa del Obispado fue rotunda, dado que entienden que no sería de recibo que se ofrezca ese espectáculo en un lugar donde, al otro lado de la pared, están enterrados 43 monjes dominicos que fueron asesinados por fuerzas republicanas en las primeras semanas del inicio de la Guerra Civil, entre julio y agosto de 1936.
Según el vicario, hasta ahora no habían recibido ninguna notificación oficial del cambio de lugar de estas representaciones, salvo lo publicado hoy en un periódico de tirada nacional.
Esparza consideró que, en todo este conflicto, el Obispado ciudadrealeño ha actuado con paciencia y en «son de paz», pero entendió que todo tiene un límite y reivindicó el respeto que se merecen lugares que tienen para ellos tanto significado, a la vez que no puso ninguna pega para que «otros, en su casa, puedan representar lo que les venga en gana».
Finalmente, Esparza aseguró que el Obispado va a esperar a que finalice la edición de este año, el próximo día 23 de julio, para tomar una decisión definitiva sobre la situación generada, no descartando la ruptura de la colaboración con el Festival.