El Chivato

Juan Antonio Hormigón publica las cartas de Ramón María del Valle-Inclán

El director de escena, escritor y catedrático de Arte Dramático Juan Antonio Hormigón ha recopilado en un solo volumen el epistolario íntegro de Ramón María del Valle-Inclán, uno de los autores más decisivos que aportó la literatura española a lo largo del siglo XX. A lo largo de sus 740 páginas, la obra recopila más de 300 cartas que el autor de Luces de bohemia remitió a unos 90 destinatarios distintos a lo largo de toda su vida. La colección abarca desde unas líneas al director de la Biblioteca Gallega, Andrés Martínez, proponiéndole en 1890 la edición de un libro (que nunca llegó a publicarse), hasta las confesiones al doctor Domingo García Sabell en diciembre de 1935, pocos días antes de morir: “Venga a verme. Vuelven los terribles dolores y estoy a punto de quejarme como una mujer”.
Hormigón (Zaragoza, 1943), secretario general de la Asociación de Directores de Escena (ADE), ha reunido tanto las cartas públicas como las privadas del autor gallego, y las acompaña en todos los casos de pormenorizados estudios sobre sus contenidos. Este Epistolario de Valle-Inclán es uno de los tres tomos de investigación sobre el poeta, dramaturgo y novelista que dio la vida a personajes como Tirano Banderas o el Marqués de Bradomín. Los otros dos, Biografía cronológica (1866-1921) y Biografía cronológica (1922-1940), verán la luz a lo largo de los próximos meses. La colección está editada por la ADE y la Fundación AISGE, la entidad que aglutina a los actores, bailarines y escenógrafos del país.

Dimisiones en Roma
Las más de 700 páginas del libro ayudan a revelar aspectos clave de la biografía valleinclanesca. Destaca el minucioso desglose de la correspondencia de Valle en su época de director de la Academia de Bellas Artes en Roma, donde expresa su preocupación por las condiciones de los artistas pensionados en ella. También se incluyen tres cartas de dimisión a lo largo de su gestión, siempre por desavenencias con los gastos de representación del director. Hasta ahora se creía que Valle sólo había presentado su dimisión una vez. También tienen gran interés las cartas enviadas en 1935 a Santos Martínez Saura, secretario particular de Manuel Azaña, que denotan el interés político de Valle Inclán por los mítines del que fuera presidente de la República antes de la inminente campaña electoral del Frente Popular ante las elecciones de 1936 (que ya no llegaría a vivir el autor gallego).
El volumen nos permite seguir los episodios más significativos de la vida pública y privada del autor: los rituales de duelo (como el del incidente que acabara costándole la amputación de un brazo), la preocupación por su proceso de divorcio, las pensiones que debía satisfacer a su ex esposa… También hay una larga nómina de autores e intelectuales con los que Valle Inclán mantuvo correspondencia, para dejar de manifiesto en su mayor parte su admiración, como en el caso de Unamuno, Ortega y Gasset o Galdós. Precisamente, la relación pública de este último con Valle Inclán ha tenido diversas interpretaciones a raíz del conflicto por El embrujado y la inclusión en Luces de Bohemia del calificativo “garbancero” por parte del personaje de Dorio de Gádex al autor canario. Según la interpretación de Hormigón, “sólo debe atribuirse al personaje y no a un insulto de Valle Inclán por su admirado don Benito”.
En fechas próximas se publicarán el primer y segundo volumen de esta Biografía cronológica, con lo que se completará este magno y cuidado trabajo de Juan Antonio Hormigón, uno de los más acreditados especialistas en el autor de Vilanova de Arousa y que le consagrarán como su principal biógrafo.


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