El espectáculo Acreça Desconeguda, de Kressmann Taylor, se estrenó el pasado 13 de enero en el Teatre Bartrina de Reus, en el marco de la temporada estable de espectáculos del Centre d’Arts Escèniques de Reus (CAER). A partir del exitoso montaje de la compañía vasca, y bajo la dirección del mismo Fernando Bernués, este espectáculo es un clónico del original vasco y, en la versión catalana, cuenta con un cartel de lujo: Jordi Bosch y Ramon Madaula. Esta producción es la segunda de la reciente historia del CAER y, después de su breve temporada en Reus, ha hecho una importante gira por Cataluña. Ahora llega a Barcelona, al Teatro Borràs, donde se podrá ver tan sólo durante cinco únicas semanas: del 3 de octubre al 5 de noviembre.
Sobre el texto, “Adreça desconeguda” de Kressmann Taylor
La novela se desarrolla en un tiempo breve, los acontecimientos se suceden entre el 12 de noviembre de 1932 y el 3 de febrero de 1934, relatados en 19 cartas y con tres protagonistas: Max Eisenstein, el judío soltero de San Francisco, Martin Schulse, su amigo y socio, casado y padre que vive en Munich y Griselle Eisenstein, la joven hermana de Max, actriz, la historia de la cual se nos explica a través de la correspondencia establecida entre los dos amigos. Todo se desarrolla con la ascensión del nazismo como telón de fondo, las coerciones de la SS, la constitución del mito hitleriano y del poder absoluto del Führer… La intriga en si misma se plantea de forma concisa: el ascenso del nazismo destruye la amistad de dos hombres y provoca su enfrentamiento mortal. La particularidad esencial de esta obra recae en su forma de relato epistolar; un estilo poco habitual, justificado aquí por la distancia de los dos amigos protagonistas. El desenlace es breve, desplegando con economía de medios una intriga en la que la autora se abstiene de toda explicación y permite al lector comprender por el mismo, explicando lo mínimo para hacer sentir más.
El desamor, la tragedia, el odio y la venganza quedan retratados con poderosa fuerza pero Adreça desconeguda plantea, además, otras reflexiones: los mecanismos de las ideologías totalitarias, la fascinación que el mito hitleriano pudo ejercer sobre algunos demócratas sumisos, las razones por las que un pueblo es capaz de seguir el nazismo, el juego violento y mortal de la amistad que se puede convertir en odio…
Lo más interesante de Adreça desconeguda es la densidad, la maestría de una obra literaria que se explica en ella misma pero que testimonia también, a su manera, sobre el hombre y sus ambigüedades, que partiendo del hecho particular es capaz de hablar del hecho universal con gran habilidad y una enorme capacidad de emoción.
Sobre el escenario y la música, creada expresamente para la obra. La escenografía sugiere el local de ensayo de una orquesta, un semicírculo en el que destaca el clasicismo del piano, el dorado arabesco del atril del director y el granate del tapiz de los asientos vacíos…
La música se ha ido componiendo al mismo tiempo que la puesta en escena, trabajando conjuntamente músicos y actores desde las primeras lecturas del texto. Los actores están acompañados en escena por dos músicos (piano y violonchelo), e interpretan la música original creada para este espectáculo. La banda sonora acompaña la línea argumental de la obra y toma voz propia. Los instrumentos se convierten en el “alter ego” de los protagonistas: el piano para al judío Max y el violonchelo para el alemán Martin, y de esta forma “explican el silencio” de cada uno de los protagonistas y ayudan a la evocación que permite al espectador “navegar” con su imaginación.
