Teatro Arbolé amplía sus funciones en el Parque Grande de Zaragoza
Pelegrín y sus amigos, los títeres de Arbolé, continúan con sus funciones en el Parque Grande de Zaragoza (La Rosaleda) hasta el día 17 de septiembre. Durante los próximos tres fines de semana, el público familiar tiene la oportunidad de soñar, emocionarse, reír e imaginar otros mundos con los títeres de cachiporra de esta entrañable compañía aragonesa. Y para ello, Teatro Arbolé ha ampliado sus funciones en septiembre, con dos representaciones los viernes (a las 19 y a las 20 horas), otros dos pases los sábados (a las 19 y a las 20 horas) y cuatro funciones los domingos (a las 12 y a las 13 horas; y a las 19 y a las 20 horas). -Viernes (1, 8 y 15 de septiembre). Dos funciones, a las 19 horas y a las 20 horas.
-Sábados (2, 9 y 16 de septiembre). Dos funciones, a las 19 horas y a las 20 horas.
-Domingos (3, 10 y 17 de septiembre). Cuatro funciones: Por la mañana, a las 12 y a las 13 horas. Por la tarde: a las 19 y a las 20 horas
-Cada pase tiene una duración de 30 minutos y la entrada cuesta 3 euros.
Los títeres de cachiporra de Arbolé han querido acompañar al público zaragozano durante todo el verano en el Parque Grande, instalados con su Teatro Ambulante en La Rosaleda. Desde el 16 de junio y hasta el 17 de septiembre, Zaragoza se ha sumado a las ciudades que han hecho de este arte una tradición y que exhiben este teatro popular en sus lugares de ocio familiar, como por ejemplo el Teatro Guiñol de los Campos Elíseos de París, las marionetas del Parque Josaphat en Bruselas, los títeres de La Tía Norica en Cádiz o el Teatro Municipal de Marionetas en El Retiro.
Pelegrín, el popular personaje de Arbolé, ha conquistado ya miles de corazones, porque este muñeco de mirada azul y aspecto de muchacho travieso, es el máximo exponente del teatro de títeres más vivo y popular, con su ingenio, su torpeza, su valor y su miedo; con sus verdades y mentiras, que tan sólo pretenden divertir al público y hacer de cada función un acto mágico e inolvidable.
Títeres de cachiporra
A través de Federico García Lorca ha llegado hasta Teatro Arbolé la vieja tradición del teatro de cachiporra. Don Cristóbal en España, Puch de Inglaterra, Guiñol de Francia, Don Roberto en Portugal, Polichinela en Italia, Pelegrín en Zaragoza, no son sino distintas caras de un mismo personaje, que en cada lugar ha tomado las peculiaridades locales, pero con un innegable tronco común. Lamentablemente en nuestro país se perdió esa tradición, entre el olvido de los duros años de posguerra y la utilización maniquea e interesada de la cachiporra. El género se fue degradado hasta su práctica desaparición. Recientemente, distintos titiriteros están rescatando este clásico teatro de participación de su injusto olvido, tratando de devolverle su verdadero sentido y su justa dimensión. Son varias las claves del género: la participación y el diálogo con los espectadores, el ritmo trepidante a veces frenético de los muñecos, el efecto catártico de la cachiporra y un contenido netamente subversivo de la realidad y la cotidianidad.
La cachiporra vuelve a ser un elemento del juego, una manera de entrar en un juego escénico, que nada tiene que ver, ni con un sentido justiciero, ni con un ánimo moralista, ni con una apología de la solución de los problemas con la violencia; sino con una recreación tan grotesca y distorsionada que es imposible extrapolarla a la realidad, y que por un momento nos libera de ella. Con sus títeres de cachiporra, Arbolé ha creado un nuevo espectáculo que pretende recoger la tradición más antigua del teatro para títeres. En su Teatro Ambulante se representan obras de nuestro viejo repertorio o adaptaciones de guiñol de célebres autores.
Los títeres de cachiporra viajan en el Teatro Ambulante de Arbolé, un teatro que camina, un teatro viajero que quiere recuperar un oficio, la tradición más antigua de teatro para títeres.
El repertorio de Teatro Arbolé es muy amplio. Pelegrín es protagonista de estas historias, acompañado de otros personajes como Monsieur Guiñol, que ahora está pasando una temporada en Zaragoza; María, la novia más deseada por los títeres de todo el mundo; el diablo de las tres colas, los fantasmas de cara negra y traje blanco, los dragones, las princesas…