Festivales

Festival Internacional de Teatro y Artes de Calle de Valladolid

Organizado por la Fundación Municipal de Cultura-Ayuntamiento de Valladolid y con la colaboración de la Junta de Castilla y León-Fundación Siglo para las Artes de Castilla y León y Caja Duero, el Festival Internacional de Teatro y Artes de Calle volverá a reunir en la capital castellana entre los días 23 y 27 de mayo a profesionales, artistas y espectadores de todo el mundo en torno a un completo programa que ofrece estrenos, coproducciones, actividades de encuentro y un homenaje a Teatro Corsario. Alrededor de medio centenar de compañías en la sección oficial y una quincena en el apartado ‘Valladolid propone’ –una redefinición del anterior Off– conforman el programa de la octava edición del TAC que en palabras de su director, Javier Martínez, “insiste en la línea de las anteriores convocatorias: presentar las diferentes corrientes que se vienen planteando dentro del teatro de calle tanto a nivel nacional como internacional y buscar trabajos desde la propia contemporaneidad que reflejen diferentes maneras de contar las cosas, con otro ritmo y con otras herramientas cercanas a los tiempos que vivimos”. Calles y avenidas, plazas y parques, también espacios cerrados como las barracas de feria que los propios artistas instalan en la ciudad, pero también claustros, o espacios escénicos como la sala Ambigú, verán trastocada su actividad cotidiana por el espíritu del festival. “Yo creo que no hay peor miedo que el miedo a lo ‘inconcretable’. Todo tiene que ser etiquetado y nadie puede salirse de orden de cosas establecido por no se sabe quién. Cada nombre tiene que suponer una clara explicación del mismo. Si te sales, no existes o entras en el capítulo de la antítesis del arte; el teatro de calle como animación, variedades o cajón de sastre en donde todo vale. Los géneros, en muchas ocasiones, preceden al espectáculo por lo que, creo, anulan, predisponen y deforman la relación entre el público y el acto creativo. Nosotros creemos en la calle no como un espacio físico al aire libre entre edificios sino como espacios públicos, abiertos o cerrados, desde donde alguien se plantea establecer una cercanía con las personas que lo habitan transgrediendo las fronteras de lo imaginario y dispuestos a establecer un intercambio de actitudes y sentimientos que posibiliten un estado de situación afable y entrañable. Al fin y al cabo un Festival es un conjunto de actividades que homenajean al arte y a la relación que se desprende del contacto entre el creador y el artista”.
De este modo, el TAC aprovecha los espacios cerrados para programar aquello que normalmente no es programado en esa sala, alterar el tipo de público y mezclarlo, introducir bautizando a mucha gente que por primera vez pisa una sala de teatro. En fin, selecciona aquellos trabajos que tengan que ver con lo imaginario, el circo, el mundo de los objetos y la necesidad de transgredir con las propuestas presentadas. “Intentas luchar con esa losa que pesa sobre nuestras cabezas y que muchos compañeros de oficio y profesión nos recuerdan hasta la eternidad: ‘El teatro es el teatro y lo demás otra cosa’. Pues no, el arte podría ser la transmisión de una actitud o sentimiento que viaja, más allá de la palabra del lugar más recóndito del corazón de una persona al lugar más recóndito del corazón de otra. Y me da exactamente igual cómo se realiza, dónde y porqué. En el 68 Peter Handke decía que el único teatro capaz de cambiar las cosas era el de calle y que el teatro de sala y su público eran reaccionarios y contrarrevolucionarios. Estamos en el 2007 ¿y a mí qué?. Lo que se trata o lo que se debe de tratar es que la relación entre las personas se enriquezca y se transforme mejorando sus relaciones en los espacios donde construyen su vida cotidiana”.

Toda la información en el suplemento de la Revista ARTEZ


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