El Chivato

La danza en la tercera sesión de las Teatrulias del Teatro Gayarre

La relación entre violencia y arte centró el miércoles por la noche la tercera de las Teatrulias del Festival Teatro Gayarre; Otras Miradas, Otras Escenas que en esta edición se desarrollan en Café Niza. Tras el espectáculo multidisciplinar ‘Import Export’, el director de la compañía Les Ballets C de B., Koen Agustijnen, indicó que “el arte no puede cambiar el mundo pero sí lograr que el público se haga preguntas”. Y también puede sacar al espectador “de la rutina que le supone toparse cada día con violencia en los telediarios. Acepta el horror que se ve por la televisión pero no la que ve en un escenario” El director del ballet belga, que reúne a artistas de distintas nacionalidades y que provienen del mundo del circo, la música y la danza, intentó explicar en el Café Niza una obra que trata la violencia pero sin caer “en el teatro político panfletario”. Le acompañaron el español Juan Benítez y la cubana Lazara Rosell Albear en una Teatrulia moderada por el periodista, autor y director teatral Victor Iriarte y que contó con a asistencia de decenas de personas.
‘Import Export’ busca sugerir más que realizar una “denuncia explícita”, explicó el director, porque eso supondría “dividir al público y no unirlo”. Y también busca sacar al espectador de la apatía que le produce encontrarse violencia en las pantallas frecuentemente. “Se dice que en este mundo cada vez hay menos guerras pero eso no es lo que parece viendo la televisión. Y si en la pantalla el público acepta el horror no así la violencia en un escenario. Y la violencia aparece en forma de metáforas”, indicó Koel. Como la escena en la que dos actores maltratan a un tercero estirándolo como si fuera una marioneta. “El punto de partida de ‘Import Export’ es la impotencia que uno siente ante lo que sucede. Cuando muestro esta violencia en el escenario intento que el público sienta esta sensación y se haga preguntas”.
Una violencia que saltó al Gayarre “de forma abstracta” pero que tiene su origen en una historia bien concreta. Porque el director y coreógrafo ideó el espectáculo cuando vio el documental La pesadilla de Darwin, que cuenta cómo se introdujo una nueva especie animal en el africano lago Vitoria y, tras aniquilar el resto de especies, se convirtió en la especie predominante y sus lomos se exportan a todo el mundo. Diariamente llegan aviones rusos para comprar el cargamento pesquero a cambio de armas.
Para mostrar esta violencia, el director obliga a los actores a realizar movimientos muy bruscos, en ocasiones más propios de un gimnasta que de un actor. “Esto requiere mucha concentración y meses de trabajo”, indicó la cubana Lázara Rosell Albear.
El resultado es un espectáculo en el que no se puede distinguir quienes provienen del mundo de la acrobacia o del baile. Para Juan Benítez, trabajar con personas de distintos ámbitos “enriquece ya que te alimentas del trabajo de los compañeros”. El actor dejó Las Palmas por Bélgica en busca de una oportunidad, ya que “en España trabajar en ballet es muy difícil y estaba cansado de pasar más horas en el despacho haciendo labores comerciales que bailando”.
El director explicó que en los castings no mira el ‘oficio’ de cada uno sino que busca “gente con una personalidad especial que pueda explotar al máximo” y apuesta por la fusión de estilos. “Hay escuelas de circo en las que además de acrobacias cuentan con clases de teatro o danza”.
Esta fusión también la buscó en la música de ‘Import Export’. Porque el movimiento de los actores se acompaña de las notas en directo de un cuarteto de música clásica y con la voz de un contratenor que rompe la seriedad habitual del cantante y se mueve en el escenario como uno más. “Me gusta el pop y por eso busqué un cuarteto que hubiera tocado otros estilos”, comentó el director.
En conjunto, la música es “triste, bonita, melancólica y sirve de contrapunto a la violencia de algunas escenas. Es una música sugerente que sirve de consuelo al público”, señaló el director. Y unas notas que también son un aliciente para actores como Juan Benítez, ya que hace la actuación “diferente” cada día. “Trabajar con música en directo te hace que te muevas y bailes con más facilidad”, añadió.
La compañía Les ballets C. de la B., como otras de Bélgica, son bien diferentes a las españolas, donde coreógrafos como Nacho Duato ejercen un control casi dictatorial sobre el grupo. “Cuando preparo el espectáculo y hago las coreografías pregunto a los colegas qué les parece porque he trabajado mucho con ellos y tengo confianza”, explicó el director Koen Ajustijnen. Con todo, añade Juan Benítez, la compañía “no tiene jerarquía y sí muchas ganas de trabajar”.
La edición de las teatrulias finalizará el 1 de junio con los actores de Animalario y del Centro Dramático Nacional, que llevan al Gayarre la obra ‘Marat Sade’ en el marco del ciclo ‘Otras miradas, otras escenas’, que muestra por donde discurre actualmente la creación.
“Todos los alumnos tienen algo que aportar. Incluso el que se sienta en la última fila. Y lo que en principio puede parecer terrible puede encauzarse”, indicó el actor José Tomé, tras la representación de “El chico de la última fila”. Porque en muchos casos “los chavales no encuentran modo de comunicarse”, añadió Carlos Jiménez Alfaro. Los actores de Ur Teatro conversaron con medio centenar de personas en la primera de las Teatrulias que organiza el Teatro Gayarre dentro de su festival.
Sin apenas tiempo para soltar el personaje, el equipo de Ur Teatro acudió tras la representación al ambigú del Café Niza para departir sobre la obra con parte del público, entre los que se encontraban varios escolares colocados curiosamente en la última fila del café. A esta primera Teatrulia, moderada por el periodista, director y autor teatral Victor Iriarte, le seguirá el próximo domingo un encuentro con los miembros de Bramant teatre, que pondrán en escena “Construyendo a Verónica” en el marco del Festival Teatro Gayarre; Otras Miradas, otras escenas.
El chico de la ultima fila, que logró una gran asistencia de público al Teatro Gayarre, “sirve de granito de arena para que se encuentren dos generaciones y para buscar caminos para encauzar a la gente joven”, indicó el actor y director de escena José Tomé. Porque “cada chaval tiene un secreto y nadie elige la última frase en vano”, añadió citando al autor de la obra, Juan Mayorga. Y el protagonista, Claudio, “tiene la suerte de encontrar una vía para comunicarse y decir que existe, la literatura”, indicó el actor que lo encarna, Carlos Jiménez Alfaro. Literatura que, según apuntaron desde el público, sirve a varios personajes de “motor de la vida, confundiendo vida y arte”, hasta el momento en el que, añadió la actriz Luisa Pazos, “tienen que elegir entre la literatura y la vida”.
La obra cuenta como un profesor de lengua, Germán, corrige una redacción de un silencioso y aislado alumno, Claudio, que poco a poco le va asomando a la vida de un tercer alumno hasta llevarles a un desenlace intenso. Un argumento que, indicó el moderador de la Teatrulia, Victor Iriarte, llega de la mano de un autor y una directora que “han estado en un mundo que imprime carácter, el mundo de la docencia”. Y un argumento que “da una bofetada al espectador porque demuestra que todos somos un poco voyeurs y más los espectadores de teatro, que buscan ver vidas ajenas”, añadió Iriarte.
“En este mirar en la vida ajena, hay algo comparativo, algo destructivo: me interesa porque me gusta, lo desprecio porque lo envidio…”, incidió Tomé. Ramón Barea, actor además de director de cine, añadió que “cuando se trabaja con la ficción se usan materiales de la realidad que son fruto de la observación” de la vida propia y ajena. Y precisamente cada uno de los actores aportó sus propias miradas durante la gestación de la obra.
“Mayorga es una persona muy abierta y el texto iba creciendo a medida que hacíamos los ensayos, sobre todo por indicaciones de la directora Helena Pimienta. Porque era difícil poner en pie un texto en el que hay muchos cambios de escena, todo sucede muy deprisa…Para el actor es como hacer una película en el mismo sitio, una gozada”, indicó Barea. Un texto que todavía sigue abierto: “Mayorga nos llamará después de la tertulia para preguntarnos como ha sentido la gente la obra y seguir mejorándola”.
Pero quizá no hace falta porque el resultado gusta a los espectadores, al menos a los que acudieron a la Teatrulia del Café Niza y que también avalaron que los personajes no son ni blancos ni negros. “Primero parece la historia de un profesor frustrado que quiere motivar a un alumno para que escriba un libro, pero no. Todo esto se rompe a los diez minutos”, indicó un espectador.
“Por eso es difícil identificarse con un personaje y acabas entendiendo a unos y otros”, explicó Barea. Tienen tantos matices que actores y público no se ponían de acuerdo en si se trataba de personajes “fracasados o triunfadores”. Para algunos “Germán es un profesor fracasado y Claudio es un chaval que tiene que vivir la vida de los demás”, mientras para otros ”no son fracasados y al final el protagonista se impone al profesor llegando a dar miedo”. “Mayorga es un autor que devuelve al espectador más dudas que certezas y esta es una obra sobre puntos de vista, sobre formas de ver las cosas”, terció el moderador.
Los espectadores reunidos en el Niza también destacaron la gran puesta en escena de la obra. “Cuando leí la obra no sabía como se podía hacer esos cambios tan rápidos de escena, pero al final me ha gustado más lo que he visto en el Gayarre que el libro”, indicaba uno de los asistentes a la Teatrulia.
Para lograrlo, Ur Teatro utiliza una gran pantalla, una gran pizarra transparente y un escenario con dos alturas. “El uso de vídeo es una herramienta como cualquier otra y se utiliza en escenas concretas como parte de la obra teatral y de forma equilibraba para que no estorbe al espectador”, explicó Tomé, quien indicó que “el proceso de montaje puede tener un año de gestación”.
Tras más de una hora de conversación y superando las once de la noche, concluyó esta primera Teatrulia, que se completa con otras cuatro más y que sirven para completar las actividades de la programación del Festoval Teatro Gayarre, Otras miradas, otras escenas. Además de la próxima Teatrulia del domingo, que también se celebrará en el Niza con los actores de “Construyendo a Verónica”, el ciclo de charlas seguirá el 23 de mayo después de “Import- Export” con los miembros de Les Ballets C de la B, y días más tarde, el 1 de junio, proseguirá con los actores de Animalario.


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