Danza oriental en el Conde Duque con la compañía china Legend Lin Dance Theatre
La compañía de danza china Legend Lin Dance Theatre presentará el próximo 16 de agosto y hasta el 19 del mismo mes el espectáculo ‘Miroirs de Vie’ (‘Espejos de la vida’) en el patio central del Conde Duque de Madrid dentro del festival Veranos de la Villa. Esta coreografía supone uno de los máximos exponentes de la cultural ancestral de Oriente, donde «a diferencia de occidente, parece no importar el paso del tiempo», señaló el director del Festival, Manuel Gutiérrez.
‘Miroirs de Vie’ utiliza la danza como lenguaje fundamental para profundizar en las tradiciones y el espíritu de la cultura de Taiwán. En esta ocasión, el protagonismo se centra en la ceremonia del Jiao, un rito taoísta al aire libre en el que los espíritus de los muertos que no han sido atendidos por los dioses tienen la posibilidad de volver temporalmente al mundo de los vivos.
En el caso concreto de esta coreografía destaca el papel de Matsu, diosa del mar, uno de los roles principales interpretado por una bailarina de tan sólo 40 kilos y portadora de un vestuario de idéntico peso. Este traje ha sido diseñado por Tim Yip, galardonado con un Oscar por el diseño de vestuario de la película ‘Tigre y Dragón’.
«Intentamos mostrar los cambios que podemos experimentar a lo largo de la vida y la filosofía del taoísmo» señaló la coreógrafa Lee Chen Lin, a la vez directora de la compañía. La artista taiwanesa, que ya llevó a escena este mismo espectáculo en el Festival de Avignon de 1998, se mostró «agradecida» por poder visitar de nuevo España tras su paso por el Teatro Cuyás de las Palmas de Gran Canaria y por el Festival de Otoño.
El escaso movimiento o «la quietud inquietante», como definió al espectáculo la promotora Pilar Izaguirre, es el principal protagonista de una coreografía que enfrenta las tradiciones orientales y occidentales.
«No pensamos en esas diferencias, porque la cultura es algo que no describe movimientos superficiales sino movimientos espirituales, que es lo que intentamos explotar a través de la quietud», señaló la directora. «Hay mucha gente interesada más en el arte pasivo que en el activo, y buena muestra de ello está en el gran impacto creado por los pintores de la quietud», indicó Gutiérrez.
En el mismo sentido se expresó Izaguirre, para quien presenciar el espectáculo supone «introducirse en un mundo de paredes transparentes, donde te invade el silencio y crea un ambiente que lo que se mueve no puede generar».