El Chivato

Cinco profesionales debaten en la I Trobada de Dones Creadores

La situación de la mujer en las artes escénicas y los posibles problemas a los que se enfrenta en un terreno con claro predominio masculino fueron los ejes centrales de la “I Trobada de Dones Creadores”. Un acto celebrado durante la mañana del martes en la sede de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) en Valencia y que busca, según la organizadora y moderadora del evento, Concha Ros, “servir de punto de partida de un trabajo de investigación acerca de la situación de la mujer creadora en la Comunidad Valenciana”, en colaboración con la Dirección General de la Mujer. Para ello el encuentro reunió a cinco profesionales de reconocido prestigio en diversos ámbitos como la danza, el teatro, el cine, la videocreación y la crítica de arte, que realizaron un breve repaso de sus carreras para resaltar aquellos obstáculos a los que deben hacer frente en el día a día por razones de género. Entre éstos destacó la falta de promoción y reconocimiento de las obras de autoras femeninas. Sobre todo teniendo en cuenta que en ciudades como Valencia, las mujeres artistas superan en número a los hombres. Según la crítica de arte y profesora en la facultad de Filosofía, María Teresa Beguiristain, el arte y en términos más generales, la historia del arte, es una de las especialidades “más machistas”, lo que relega a un segundo plano el trabajo de muchas mujeres creadoras. Ante a este hecho distinguió entre lo que considera una actitud “feminista”, de reivindicación, y una “femenina”, que “no busca competir” en un entorno dominado por el género masculino, sino que tiene más en consideración la propia calidad artística de la obra. Así, la alta competitividad y la necesidad de éxito comercial, hacen que la mera supervivencia sea ya un logro para la artista. En este sentido la artista visual Enfero Carulo reivindicó lo que considera como una mirada “femenina”, más dirigida al interior que al exterior, y que llevaría a la mujer creadora a competir consigo misma más que con el resto de personas. Asimismo arremetió contra la tradicional división de trabajo, en especial en “el mundo de la técnica”, y que conlleva dar por asumido que “los hombres se encargan de aspectos como la cámara, la fotografía,…etcétera”.
Desde el punto de vista de la gestión y docencia, Áurea Ortiz, jefa de extensión y comunicación de La Filmoteca hasta el 2005 y profesora de cine, destacó como principal escollo, más allá del reconocimiento, una “camaradería masculina”. “Cierta manera de trabajar y de entablar relaciones”, que suele dejar fuera a la mujer. En su papel de crítica de cine resaltó, de igual forma, el diferente tratamiento que se da a las películas dependiendo del género de quien la dirige, por lo que se le suelen dar atributos a las directoras que no se tienen en cuenta en el caso de los hombres. Por su parte, la coreógrafa para televisión y teatro y profesora en La Escalante, Rosa Ribes, aportó la visión de un sector, el de la danza, en el que la presencia femenina es dominante. Un campo en el que la competitividad se da entre las propias compañeras y que afronta como principal problema la dificultad de compaginar la vida profesional con las obligaciones familiares. Una situación también destacada por Lola López, actriz y cofundadora de la Companyia Hongaresa de Teatre. De acuerdo con esta profesional, la doble condición de mujer y madre no impide pero sí dificulta el trabajo de la mujer en las artes escénicas. Lo que hace necesario un nuevo tipo de legislación que tenga en cuenta la labor realizada en este campo y que no puede gestionarse igual que otras profesiones.


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