Ha muerto el escritor y dramaturgo Elías Amezaga
Ayer murió en su domicilio en Getxo y a la edad de 86 años el escritor y dramaturgo Elías Amezaga, autor de obras como ‘Redentor del mundo’, ‘El proceso de María Estuardo’, ‘Horno’ o ‘Eso’. Como dramaturgo estrenó obras en España y en varios países de América. Dio también a conocer en Madrid, en los teatros de la capital, a Arthur Adamov, Bertolt Brecht y Maurice Druon, aparte de varias obras del creador del teatro de la crueldad, Michel de Ghelderode, del cual tuvo la exclusiva de su obra toda durante un tiempo y estrenó Señorita Jairo, Escorial y La escuela de los bufones, amén de traducir al castellano casi todos los dramas de este autor flamenco.
Se hicieron adaptaciones dramáticas de sus libros sobre Chopin y Van Gogh, que se estrenaron en Televisión Española, así como El proceso de María Estuardo, que pasó por la cadena 1 de Radio Nacional. Cultivó el teatro infantil y en teatro de ensayo Los Cátaros interpretaron Espantajo. Y en la Universidad de Ponce (Puerto Rico) El hereje. La Compañía Lope de Vega representó en diversos países su Redentor del mundo. Abandonó el teatro tras un traspiés en el escenario del desaparecido Beatriz de Madrid con su obra El inventor de la luna. Nunca consiguió estrenar Yo, demonio, tetralogía sobre las andanzas de Lope de Aguirre, el caudillo de los invictos marañones. En opinión del escritor Francisco Ynduráin, ya fallecido, «sus piezas teatrales, con lujo de preocupaciones por la escena y, en algún caso, con la más audaz presentación formal, creo que merecen un lugar señalado en las más modernas corrientes del teatro que algunos han llamado del absurdo, no como censura, sino definitoriamente».
La historia del que se dedica a estos menesteres o se inclina hacia la vida o hacia la obra. Este último es el caso de Amézaga. Se abocó al trabajo y desde el principio supeditó a tales objetivos el discurrir de su existencia. Ha vivido y vive en razón a su obra y ella en suma ha guiado sus pasos. Un trabajo aislado en una biblioteca-torre, sobre la montaña y al margen del mundo, con salidas a instituciones científicas al objeto de procurar material para la creación o la recreación de cada momento.