El Alkantara Festival comienza el 22 mayo con el espectáculo Tempest II de Lemi Ponifasio (Nueva Zelanda) en el Sâo Luiz Teatro Municipal de Lisboa. Tras la función está previsto un cocktail en el Jardin de invierno y a media noche se podrá seguir la fiesta con un concierto sorpresa. A partir de entonces y hasta el 8 de junio se podrán presenciar un total de 26 espectáculos. En 17 días el Alkantara Festival contará con 26 espectáculos, en 78 sesiones de artistas que llegan de Portugal, Australia, India, Turquía, Nueva Zelanda, República Democrática del Congo, Bélgica, Holanda, Gran Bretaña, Suiza, EUA, Alemania, Argentina, República Checa, Brasil, Líbano, Francia, Argelia y Colombia en 17 teatros y espacios de Lisboa, permitiendo presenciar las creaciones de los siguientes artistas y compañías: Lemi Ponifasio, Stefan Kaegi + Lola Arias, Teatro Praga, Berlin, Companhia Nacera Belaza, Faustin Linyekula, Tiago Rodrigues + Rabih Mroué, Cláudia Dias / Re.Al, Filipa Francisco, Wonderfull’s Kova M & Convidados, Benjamin Verdonck, Fumiyo Ikeda, Alain Platel, Akram Khan Company + National Ballet Of China, Patrícia Portela, P.A.R.T.S., Vera Mantero, Zoo / Thomas Hauert, Zoitsa Noriega + Magdalena Sloncova, William Yang, Clara Andermatt, Jonathan Burrows And Matteo Fargion, Nature Theather Of Oklahoma, Aydin Teker, Tiago Guedes, Michel Schweizer, Miguel Pereira, Padmini Chettur y Projecto Teatral.
A la hora de presentar el Festival la organización se remonta al inicio del siglo XIX. Fue entonces cuando Hegel argumentó que la historia humana se desarrollaba en sentido creciente, creando sociedades cada vez más sofisticadas, equilibradas y justas. Hace 15 años atrás, el americano Francis Fukuyama concluyó que la humanidad había llegado finalmente al fin de esta teoría y alcanzado la organización ideal: un sistema bicéfalo de democracia liberal y capitalismo global. Dos décadas después, esta esperanza algo ingenua, se convirtió en un fracaso evidente. Las diligencias de la administración de Bush para exportar ‘su’ democracia, han logrado lo que ahora está a la vista: guerra, intolerancia y desprecio por el derecho internacional. La globalización del capitalismo corre bastante mejor, pero los resultados también son conocidos: una diferencia creciente entre ricos y pobres, una catástrofe ecológica a escala mundial y la supremacía del consumismo.
Por esta razón el Festival defiende que en tiempos del pensamiento único se necesitan voces disonantes, se necesitan nuevas vías. Utilizar el arte como una forma de resistencia. Una fórmula de visitar los mundos que se esconden tras ‘el mundo aparente’. Como una manera de cuestionar lo que es generalmente aceptado, fácilmente absorbido o simplemente cómodo.
