Roberto Torres, director del Centro de Artes Escénicas Teatro Victoria de Tenerife, se encuentra desde el 17 de mayo en Ziguinchor, al sudoeste del Senegal, impartiendo un curso de danza a componentes del proyecto Kairo 2008. El coreógrafo, que también dará rienda suelta a su faceta de bailarín en dos actuaciones previstas para los días 22 y 27, cuenta con el apoyo de Canarias Crea, el programa de fomento de la cultura canaria en el exterior del Gobierno Autónomo. Para Roberto Torres (Tenerife, 1962), esta no es su primera incursión al continente, donde ya se ha traslado en otras once ocasiones a destinos tan dispares como Mali, Burkina Fasso, Gambia, además del propio Senegal, debido a su interés profesional en las danzas de origen africano. En su trayectoria artística destacan cursos realizados con Ousman Sisse (Director del Ballet Sandaga de Dacar), Bouly Souko (Director del Ballet Nacional de Senegal), Fátima Carvalho (Profesora de Danza Afro-Brasileña en la Universidad de Salvador de Bahía, Grupo Folklórico Nacional de Cuba y Marianela Boan (Directora de Danza Abierta de Cuba). Sus inquietudes artísticas fueron reconocidas en 1.998 cuando fue el invitado español al VI Encuentro Internacional de Creadores, evento que reunió en Venezuela a veinte coreógrafos de todo el mundo, con el objetivo común de crear los postulados de la Nueva Danza.
Su efervescencia creativa fue la que le impulsaría en 1991 a crear la compañía Ukanka, cuyo espectáculo Namu sería galardonado con el Premio a la Joven Creatividad por el Departamento de Cultura de la Generalitat de Cataluña. Años más tarde, en 2000, fundaría Nómada en el seno del Teatro Victoria, centro en el que compagina la docencia, con la creación de espectáculos y su vertiente de actor y bailarín.
Las actividades que el artista tinerfeño desarrolla en Senegal este mes de mayo se encuadran dentro del proyecto Kairo 2008, que cuenta con el apoyo de la Generalitat de Catalunya, el Institut Ramon Llull y la Oficina Técnica de la Embajada Española en Dakar. Kairo 2008 aspira a estudiar la relación existente entre la tradición y la modernidad de la sociedad multiétnica, principalmente diola y mandinga, de la región de Casamance, a través de sus artistas y de su interacción con creadores foráneos. Roberto Torres es el responsable de impartir un curso de danza que comenzó el pasado 17 de mayo y que a lo largo de diez días iba a ampliar la formación de doce bailarines de Kairo 2008. No obstante, el éxito de a convocatoria ha sido tal, que las plazas han tenido que ampliarse hasta un total de 32 y desde el Senegal han manifestado su deseo de establecer una colaboración más continuada con el bailarín.
Poesía y danza
También están previstas dos escenificaciones del espectáculo Homo los días 22 y 27 en la sede de la Alliance Francosenegalaise de Ziguinchor y en la plaza Asseb de Diembering, respectivamente. Homo una producción compuesta por siete piezas dirigidas cada una por directores diferentes (Enzo Escala, Carmina Bencomo, Cecilia Martín, Jean Paul Wabotai, Laura Marrero y José Ramallo autor de los siete poemas en los que está inspirado el trabajo) y con la coordinación general del mismo Roberto Torres.
El espectáculo nació de la necesidad de Torres de retomar la voz y la palabra sobre el escenario, en un proceso propio de identificación como artista, que lo llevó a redefinirse como un actor-bailarín. Este anhelo vital lo animó a colaborar con el poeta José Ramallo, con el que entabló un juego de correspondencias del que eclosionaron siete piezas, concebidas de manera independiente, de palabra y movimiento, con un nexo común que es la naturaleza humana y sus conflictos (el hombre ante la sociedad, lo masculino-femenino, la decadencia física, conflicto realidad-imagen, la luz y la oscuridad, la prisión de los sentimientos…).
La búsqueda de nuevos medios de expresión fue el motivo de que cada una de las siete piezas que componen el espectáculo haya sido dirigido por un director diferente, dando como resultado una riqueza y un color inhabitual en esta clase de obras.
