Festivales

Miguel Poveda regala una noche memorable en la catedral del cante

El cantaor, ganador de cuatro premios en la edición de 1993 del Festival del Cante de las Minas, entre ellos la máxima distinción, la Lámpara Minera, volvió a entusiasmar al entendido y exigente público unionense, que lo tiene entre sus favoritos. Los asistentes a la Catedral del Cante correspondieron al buen hacer de Poveda entregándose al cantaor catalán desde un primer momento. La Unión recibía con los brazos abiertos a un Miguel Poveda que horas antes del inicio de la gala, recibía en la Casa del Piñón, la máxima distinción del Festival, el Castillete de Oro. Poveda que ha mostrado su calidad y versatilidad artística en auditorios de París, Madrid, Barcelona, Nueva York, dejó un gran sabor de boca entre sus seguidores del Festival Internacional del Cante de las Minas de La Unión.
Poveda comenzó su actuación con un pregón “El Uvero” muy popular de Los Palacios, un pueblo de Sevilla y siguió por cantiñas. Fue entonces cuando se dirigió al público con estas palabras: “No me deis mas premios, que me pesan mucho. Me pesan mucho, pero la verdad es que las disfruto mucho. En nombre de todos mis compañeros solo os puedo decir GRACIAS, con letras mayúsculas”. Y es que el Festival de La Unión le encumbró al éxito y ayer Poveda se lo agradeció como mejor sabe: sobre el escenario.
El baile también fue protagonista en la segunda gala del Festival con la actuación de la joven bailaora sevillana Rafaela Carrasco, una de las más destacadas representantes del baile flamenco de vanguardia.
El público de La Unión pudo disfrutar del espectáculo de una bailaora que es de las que no se conforman, de las que vuelan, de las que buscan constantemente.
Miguel Poveda y Rafaela Carrasco completaron una gala que se recordará durante mucho tiempo en la Catedral del Cante.


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