Boris Eifman de gira con la adaptación a la danza de ‘Anna Karenina’
El Eifman Ballet Theatre interpretará mañana martes 21 de octubre en el escenario del Teatro Gayarre de Iruñea, el 22 en el Euskalduna de Bilbao, el 24 en el Auditorio de Palma de Mallorca y el 26 en el Víctor Villegas de Murcia la obra ‘Anna Karenina’, adaptación de la obra de Tólstoi, coreografiada y dirigida por Boris Eifman. «La danza es un terreno muy particular que permite la realización de dramas psicológicos y ofrece la posibilidad de adentrarse en el inconsciente del ser humano. Cada nuevo espectáculo es una búsqueda de lo desconocido.
La novela Anna Karenina ha atraído siempre mi atención; leyendo a Tolstoi uno percibe la extraordinaria maestría del autor para descubrir el mundo psicológico de sus protagonistas. Una precisión y una asombrosa sensibilidad que refleja también la vida de la Rusia de la época.
En la novela Anna Karenina se percibe, no sólo el estudio exhaustivo del mundo psicológico de su heroína, sino la verdadera revelación psicoerótica de su personalidad. Ni siquiera en la literatura contemporánea podríamos encontrar pasiones, metamorfosis o fantasmagorías como éstas. Todo esto se ha convertido en el sentido de mis reflexiones coreográficas.
El ritmo tranquilo de la familia Karenina (funcionario del Estado, respeto riguroso, convenciones sociales), deja traslucir una ilusión de paz y armonía. La pasión de Anna por Vronsky destruye y trastorna la vida sosegada de ésta. La sinceridad de los sentimientos de los dos amantes fue rechazada y causó miedo por su autenticidad.
La hipocresía de Karenina era conveniente para todos excepto para Anna. Ella prefirió el amor, pasión que la absorbió completamente, a su deber de madre dedicada a su hijo. Se condenó a una vida de exclusión. Ya no vivía momentos felices, ni en sus viajes, ni en el seno de su ostentoso dominio familiar, ni en los placeres de la vida social. Sólo quedaban sensaciones trágicas debidas a la falta de libertad de esta mujer en sus relaciones pasionales.
Entiendo a esta mujer que se convierte en un ser dependiente de un hombre. Esta dependencia como cualquier otra, es una enfermedad y una tortura. Anna puso fin a sus días a fin de liberarse y abreviar su espantosa vida llena de sufrimientos.
Para mí, Anna es camaleónica ya que posee dos personalidades en ella misma: exteriormente, se muestra como una mujer mundana ,percibida así por su marido, su hijo y la sociedad que la rodea ; interiormente, es sin embargo, una mujer inmersa en un mundo de pasiones. ¿Qué es más importante ? ¿Preservar la ilusión aceptada por todos dentro de la armonía, el deber y el orden familiar o someterse a la auténtica pasión ? ¿Hasta qué punto tenemos derecho a romper una familia ? ¿Privar a un niño de la protección maternal por la locura de la carne ? Estas preguntas que una y otra vez se hacía Tolstoi en el pasado, tampoco hoy podemos dejar de planteárnoslas. ¡Seguimos sin respuestas ! Nada hay más importante que ser comprendido, no importa que sea en la vida o en la muerte«. Boris Eifman