San Francisco, Juglar de Dios/ Fo/El Brujo
Torres gemelas
Obra: San Francisco, Juglar de Dios
Autor: Dario Fo
Versión y traducción: Carla Matteini
Intérprete: Rafael Álvarez “El Brujo”
Escenografía: Dario Fo
Iluminación Miguel Ángel Camacho
Dirección: Rafael Álvarez
Producción: Compañía Rafael Álvarez “El Brujo”
Teatro Ayala –Bilbao- 25-04-02
La textura del espectáculo es una perfecta simbiosis entre el genial autor originario, Dario Fo, la buena traducción de Carla Matteini, la visión del director Rafael Álvarez y la interpretación de “El Brujo”. Todo es una misma cosa, un dechado de coherencia, un mismo tono, una misma capacidad para colocarnos ante la magia del teatro en donde tan importante es la presencia del actor, el contacto con el público, la credibilidad del individuo y su capacidad para llevar a los espectadores a un mundo imaginativo en donde todo debe expresarse con minuciosidad para contarnos una delirantes secuencias de la supuesta vida de San Francisco de Asís.
Podríamos asegurar que estamos ante la perfecta unión, la solvencia, calidad, ironía, recursos que propone el texto de Fo y la encarnación de “El Brujo” en un trabajo preciosista, en una especie de asunción del legado de Fo, como si se tratase de un extensión del genial italiano, pero agrandando, todavía más si cabe, toda su personalidad actoral, sus técnicas, facilidades, recursos técnicos y emotivos del actor para que se convirtiera en un suculento manjar teatral.
Y es que el texto es muy bueno, las aportaciones de “El Brujo”, las cosas que cuenta para engarzar los relatos están my apropiadas, logra crear dos niveles de comunicación, pero todo dentro del mismo espíritu, consiguiendo que dos horas y media de su presencia en el escenario sean un festín, que casi se sienta pena en que acaben de contarnos esas fantásticas historias, de Papas, curias, guerras, torres gemelas de Bolonia derrumbadas hace unos siglos, la figura de un hombre, Francisco, que buscaba la fraternidad, la ecología, el equilibrio y que estaba más cerca de los hombres que de los representantes de Dios.
El telón de fondo es un cuadro pintado por Fo, unos elementos escenográficos colgantes es todo lo que necesita “El brujo” para encandilarnos con sus matizaciones, sus cambios de ritmo, sus movimientos, sus susurros, su multiplicidad de voces, la concreción de otros personajes caricaturizados en un instante, arropado por una muy buena iluminación que forma parte de toda la pátina de gran espectáculo, sencillo, divertido, crítico, esperanzador, que conforma este encuentro en la quinta fase entre Fo y “El Brujo”. Dos torres gemelas de la interpretación.