Ícars/Res de Res
Amores ingrávidos
Obra: Ícars
Intérpretes: Marta Barceló, Biel Jordá
Música: Nacho Vegas
Iluminación: Miquel Albella
Dirección: Marta Barceló, Biel Jordá, Xisco Segura
Producción: Res de Res, En Blanc, Consell de Mallorca
Teatro Arriaga –Bilbao- 30-10-02 – B.A.D.
Todo enamoramiento produce una alienación transitoria, una pérdida de pesos y densidades del propio yo para fundirse en el otro, en el objeto del deseo, llegando a sentirse en un estado de ingravidez. Marta Barceló y Biel Jordá han conseguido armar una estructura dramatúrgica desde donde mostrar el amor en su estado de ingravidez más absoluta. Para ello utilizan la danza contemporánea, las acrobacias, el trapecio, las cuerdas de seda o trenzadas, los equilibrios, y todo ello presidido por un buen gusto estético, por un dominio del tempo escénico, buscando que los espectadores entren en el juego de desprendimiento de los bagajes y se introduzca en ese mundo de ensoñaciones, de choques, de encuentros y desencuentros, peor siempre narrado con una premisa superior, todo debe ser tan arriesgado como aparentemente sencillo, no se está ante alardes técnicos, se utilizan técnicas circenses pero totalmente asumidas como parte del lenguaje empleado para contar estos momentos de las relaciones entre una pareja.
Hay sensualidad, juego, sutileza, emoción, belleza, debido a una buena iluminación y, sobre todo, a un espacio sonoro que transporta a los espectadores por un recorrido de sonidos y melodías calientes que van dando cromatismo ambiental a las acciones de los dos intérpretes que pasan de los más leves gestos, a los ejercicios de fuerza y riesgo, pero siempre manteniendo el mismo espíritu comunicativo que deja un hálito de ensoñación, de buen gusto, de puesta en escena que ayuda a despojar del esfuerzo para que todo resulte un mismo ritmo, tanto en el juego de apareamiento, como en el desgarro de la ausencia o en la emoción del reencuentro. Es un relajante y expresivo juguete escénico, un lindo capricho, ligero y extenuante a la vez, muy bien planteado y perfectamente realizado.
Carlos GIL